martes, 12 de mayo de 2009

20 años del PRD: Diagnósticos y escenarios

“Queremos que nuestra organización
sea un instrumento de la sociedad,
y no tan sólo de sus miembros o dirigentes...”

Cuauhtémoc Cárdenas

Asamblea Nacional Constitutiva del PRD
5 de Mayo de 1989



Raúl Abraham López Martínez*
Coyuntura Política XXI

En junio de 1991 decidí formar parte del PRD, me afilie en plena campaña para la elección de diputados federales, este fue el primer proceso electoral federal en el que participó el Sol Azteca. Recuerdo cuando saqué de la cartera mi credencial de estudiante para llenar los datos de la hoja de afiliación, posteriormente me entregaron mi credencial de afiliado, la credencial era de color blanco con letras negras cuya validez estaba signada por la firma del primer presidente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del partido, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.
En esos días el PRD se encontraba aglutinando a lo movimientos sociales más representativos que apoyaron la candidatura presidencial en 1988 de Cuauhtémoc Cárdenas, de esta manera el PRD se convirtió en la punta de lanza de una serie de movimientos sociales que se opusieron al fraude electoral del 6 de julio de 1988 y a las reformas neoliberales de Carlos Salinas de Gortari y del Partido Acción Nacional.
En el campo, la Unión Campesina Democrática (UCD ) y la Coalición Obrera Estudiantil del Istmo (COCEI), eran dos de las organizaciones que lograron aglutinar a un importe grupo de campesinos que se manifestaron en contra de la privatización del ejido, y en defensa de una concepción comunitaria de producción rural.
En las ciudades, el Movimiento Urbano Popular, hizo presencia de organización y movilización en las colonias populares bajo la demanda social de contar con un espacio digno en donde vivir.
Estas manifestaciones sociales, tuvieron un fuerte auge principalmente en el occidente, centro y sur del país.
Bajo esta efervescencia social, el PRD se perfiló como un partido anclado en la movilización social, logrando abrir dos grandes frentes de carácter táctico para enfrentar al salinato en el periodo 1989-1994.
Por una parte, los movimientos sociales se articulaban con el PRD para hacer presión de distintas formas y rechazar la ola de privatizaciones que promovió Salinas de Gortari.
Y por el otro lado el PRD insistía en la demanda de respeto al voto participando en los procesos electorales locales y federales.
Estos dos frentes tácticos, lo social y lo electoral, permitieron expresar por la vía pacífica movimientos poselectorales de la envergadura del Éxodo por la Democracia (1991) en Tabasco encabezado por Andrés Manuel López Obrador, éxodo que movilizó una caravana de tabasqueños que marcharon rumbo al Distrito Federal en demanda de limpieza electoral, quienes a su llegada al DF fueron recibidos por miles de capitalinos y en la Secretaria de Gobernación se logró abrir una mesa de negociación para atender las demandas electorales de los tabasqueños en protesta.
Y el movimiento poselectoral de Michoacán, que en un acto inédito en la historia política del país, el PRD realizó la toma del Palacio de Gobierno de Michoacán de manera pacífica (1991) al mismo tiempo que Heberto Castillo, Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo le tomaban la protesta como gobernador en rebeldía a Cristóbal Arias mientras que Salinas de Gortari respaldado por el Ejercito Mexicano, le tomaba protesta como gobernador emanado del fraude electoral a Eduardo Villaseñor.
Yo tenía poco tiempo de estar afiliado al PRD, e intercalaba mis actividades cotidianas asistiendo a las movilizaciones que convocaba el PRD, recuerdo de manera especial la de Michoacán, ya que tuve la oportunidad de participar de manera solidaria con una brigada de militantes del PRD del estado de Querétaro que estuvimos presentes en la toma de protesta de gobernador en rebeldía Cristóbal Arias.
Recuerdo con mucha claridad ese día, el sol estaba en pleno apogeo, miles de campesinos abarrotaron el centro de Michoacán, cuando nuestra brigada llegó era imposible dar un paso, y al grito de: ¡Querétaro! ¡Querétaro! ¡Querétaro! Los asoleados asistentes al mitin nos respondieron de manera enérgica: ¡Ese apoyo sí se ve! ¡Ese apoyo sí se ve! Mientras que la multitud nos abría paso para llegar a unos metros del templete.
Este era el PRD en el cual me inicie, un PRD en pie de lucha, congruente con la gente, un partido repleto de militantes dispuestos a realizar actos heroicos con tal de concretar la lucha por la democracia.
Sólo desde esta perspectiva militante, se puede entender la ola de más de quinientos asesinatos selectivos que ejecutó Salinas de Gortari, sólo con la muerte iban a poder detener a este grupo de hombres y mujeres que aspiraban a construir una mejor sociedad, democrática y más justa para todos.
Ahora, a 20 años de haber nacido el PRD el escenario ha cambiado radicalmente, la barbarie neoliberal que se encuentra devastando las estructuras sociales, ha tocado a las puertas del Sol Azteca, ha llegado hasta el tuétano del partido, se ha enquistado culturalmente dentro de sus filas, bajo el termino de corrupción política. Corrupción política que expresa en la falta de respeto a sus procedimientos internos para la selección de sus dirigentes, en la mercantilización de la militancia, en vender al mejor postor las candidaturas, en promover un práctica política que sustituye la ética política por el mantenimiento de privilegios políticos y económicos de sus dirigentes.
Ante esta situación queda preguntarse ¿Cuál es el futuro del PRD?
El futuro del PRD es limitado, con la ruptura de los movimientos sociales que le dieron origen, con la fractura política Obrador-Ortega, con la corrupción neoliberal que ha penetrado en su estructura partidaria, y la grave crisis de identidad política por la que atraviesa. El PRD se encuentra ante la expectativa de los dos siguientes escenarios:
b)Sus militantes y cuadros medios, asumen el reto de repensar el estado de cosas, rebasando la estéril pugna Obrador-Ortega y convocan a todas las fuerzas políticas sociales, de izquierda y de centro, para conformar un nuevo partido, en donde uno de los ejes centrales sea oponerse al neoliberalismo.
a) O aceptan pudrirse en la corrupción y el asilamiento social para convertirse un partido satélite de las esferas de poder local y federal.
La moneda está en el aire, ya veremos que va a suceder después del 5 de julio.

*Director de la Revista Digital Voz Universitaria
www.vozuniversitaria.org.mx y asesor del Frente Amplio Social de Veracruz
raul@vozuniversitaria.org.

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