martes, 21 de julio de 2009

Ante la adicción a las drogas, fortalecer el concepto Familia

Vicente Luna Hernández

Ante el creciente consumo de drogas que desgraciadamente se presenta en nuestro país, es vital cerrar filas alrededor de la familia, sin importar si esta solo esta integrada por uno de los padres, otro fenómeno de desintegración social que también lastima a nuestra sociedad.
Considero que una de las grandes deficiencias dentro del ambiente familiar es el erróneo intento de los padres de ser amigos de sus hijos, cuando la responsabilidad fundamental es ser en el estricto sentido padres de ellos, en este aspecto coincido plenamente con el filosofo español Fernando Savater que en su libro Ética para Amador señala “me parecen fastidiosos esos padres empeñados en ser el mejor amigo de sus hijos”.
Es una realidad que los hijos en un momento dado de su adolescencia requieren saber que hay alguien con la autoridad suficiente esperando en casa, alguien que los quiere y por lo mismo desea lo mejor para ellos, alguien que sin importar circunstancias ni condiciones siempre estará a su lado, alguien que por realmente quererlos a veces los castiga con un golpe o una llamada de atención, siempre pensando en hacer de ellos personas responsables en la toma de decisiones que hagan al trascurso de su vida, que en su libertad procuren adquirir un cierto saber vivir… ese es un buen padre o una buena madre.
Pienso que en estos tiempos donde la oportunidad de tener acceso a cualquier tipo de droga es una realidad, es necesario enseñarles a nuestros hijos que se puede vivir sin saber ciertas cosas de la vida, como puede ser el no saber jugar ajedrez o no tener conocimientos de carpintería, pero hay otras cosas que por su propia sobrevivencia deben de saber, ejemplo de ello es el consumo de las mismas, el cual lastima, destruye, separa, enferma al consumidor y lastima a quien los quiere, estos jóvenes deben aprender que se puede vivir de muchos modos pero hay modos que no dejan vivir.
Es necesario mantener canales de comunicación permanentes con los hijos, saber donde andan, con quien se juntan, que hacen en sus tiempos libres, que lugares frecuentan y por que los frecuentan, y dejar de consentirlos en sus horas de presunta diversión, ya que antes nuestros padres nos decían “regresa temprano” y ahora los padres les ruegan a los hijos diciéndoles “regresa” ¿que hacen eso jóvenes casi al amanecer lejos del cuidado y vigilancia de sus progenitores? ¿Acaso no son en ese momento victimas propicias de aquellos enganchadores que les ofrecen drogas para mantenerlos cautivos? ¿Están concientes estos jóvenes de lo que están tomando o comiendo en esos momentos? ¿Es el gobierno más responsable en esos momentos de su protección por encima de la responsabilidad de los padres?
He sido testigo como algunos padres de familia prefieren que sus hijos se mantengan ocupados sentados frente a una computadora en el hogar o en sitio de Internet durante horas, que mantener una conversación amena o compartir alguna convivencia entre todos los integrantes de la familia, ahora resulta que para tener amigos solo se requiere apretar un botón e iniciar una conversación con alguien que no tiene rostro y si lo tiene no se sabe si es con quien se esta platicando, me desconcierta como con esta herramienta de nuestra modernidad, los jóvenes se encuentran mas cerca de otros pero mas distante de los suyos.
Señalo todo lo anterior ante las escalofriantes estadísticas que da a conocer el Consejo Nacional contra las Adiciones ( CONADIC) que señala que en el 2002 había 203 mil adictos y en el 2008 la cifra creció a 361 mil consumidores de estupefacientes, esto es 78% más en un lapso de seis años, algo esta fallando en la estructura principal de nuestra sociedad… la familia, a pesar de que el Gobierno ha puesto en marcha programas de prevención de adicciones, su funcionamiento no se ha reflejado en la disminución del uso de drogas, lo que refleja que el tema de la prevención ha sido uno de los mas descuidados en la lucha antidrogas.
La presente administración se fijo la meta de contar con 329 centros Nueva Vida” para la prevención y atención de adicciones, de los cuales, según el ultimo reporte de este año del Consejo Nacional para las Adicciones indica que 302 ya se encuentran operando y 27 se encuentran en proceso, algo lejos de la realidad, ya que en Nuevo León operan 8 de 22 programados y en Veracruz 13 centros no han sido abiertos de un total de 17.
P.D.- Con el ánimo que las únicas drogas que queden en la familia sean las contraídas por esta crisis económica… escribiré otro día.

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