El bautizo de Juan Pablo

Joaquín Alcántara Hernández
Desde Zimpizahua

Hace unas semanas se llevó a cabo en este lugar la celebración del bautizo de Juan Pablo, primogénito de un reportero televisivo poseedor de esa virtud considerada la llave mágica que abre todas las puertas, aún las selladas con ‘100 candados’, La Humildad. Me refiero al grandote Paco Martínez, grandote su tamaño… grandote su corazón.; ese es el buen Paco, cuyo poder de convocatoria fue capaz de reunir en la Hacienda Zimpizahua a los más connotados comunicadores que ven en él, a un compañero con vibra positiva, compartido, amable, sencillo y su mujer… ¡tal para cual!, dice un refrán: “Dios los hace y ellos se juntan”… ahí está la gran Yunuen en cuyas venas circulan los genes de nobleza de Benito Barradas, columnista fino y gran amigo del Mayor de Caballería del Primer Ejército Constitucionalista, don Joaquín Alcántara Tolentino.
Bien, la Hacienda se vistió de gala con tan selectas plumas que diariamente ponen su mejor esfuerzo señalando lo que debe corregirse y reconociendo lo que debe aplaudirse en aras de contribuir con la acción depurativa en el ámbito oficial por el bien de todos. Porque son del dominio público muchas ladronerías que solapan las falsas auditorias y componendas como el millonario desfalco de la Universidad Veracruzana. Ese es el compromiso ético de cualquier pluma digna.
No podían faltar tampoco al bautizo de Juan Pablo, mujeres valiosas cuyas letras en la opinión pública pesan con sus centrados comentarios, entre ellas saludamos a Martha Meza y Gina Domínguez. En fin, hasta Rogerio Pano caminaba por los corredores conociendo este lugar, en tanto Ramses Yunes no podía ocultar su buen humor, porque cuando da notas que causan indignación social, Ramses es muy duro ante los micrófonos.
Así estaban las cosas cuando de pronto vimos llegar al hombre cuyo idioma sólido a base de concreto, cemento, cal y arena se ‘escucha’ por todo Veracruz. Sencillo y sin guaruras el gobernador Fidel Herrera Beltrán bajó del vehículo y compartió con todos. Recorrimos ésta que es casa de toda la gente bonita que la visita y fue Benito quien sugirió entrar al santuario donde oraba al Gran Gurú Doctor José Manuel Estrada. Aquí apareció una interesante figura con forma de un Cristo. Creí que el ‘gober’ me estaba ‘cotorreando’ cuando expresó que lo veía; fue entonces que le pregunté, ‘¡A ver!... ¿hacia dónde esta mirando?’… “¡hacia arriba!” me contestó y enseguida describió con toda precisión la figura completa.
Luego, comprobando que no me daba el ‘avionazo’ le mostré otra figura que no cualquiera distingue y, la verdad, ‘Tio Fide’ me apantalló… dijo, “¡Claro, sí, aquí está!” y la enmarcó con la mano. Resulta que en una fotografía del eminente sabio francés Doctor Serge Raynaud de la Ferreire, aparece otra interesantísima figura que pocos la pueden distinguir. Un capitán, que era el único que lo custodiaba, expresó su asombro cuando también logró ver la figura.
Al salir de ahí ‘Tio Fide’ platicaba con gran sencillez y en corto le dije, “¡Nunca pierdas tu sencillez Fidel, llegues a dónde llegues!” sonrió y caminando en forma notoriamente relajada nos platicó entre otras cosas que en las pasadas elecciones tomó un taxi y fue a votar solo, sin acompañantes. Pensó… “¡De una vez!, ¡Aquí esta el ‘negrito’!; ¡Péguenle al ‘negrito’ si le van a pegar!”, -comentaba sonriente- nos dijo que la gente se portó amable con él sin agresiones de ninguna especie. Y es qué, la gente, el pueblo, siente la cercanía y el contacto con un gobernante sobrio, ecuánime, a diferencia de otros que se sienten semidioses, soberbios, ególatras.
En lo personal aprecié en el hombre una actitud comedida, de caminar pausado, observaba desde el mirador el paisaje, los cañaverales. Total, estuvo un buen rato cargándose de energía, -dicho por él- a lo qué, en total confianza y con el respeto a su alta investidura le contesté, ‘pues ésta también es tu casa y buena falta te hace tomarte un respiro de vez en cuando’. Obviamente en estas líneas le estoy hablando a usted, gentil lector, del gobernador amigo, del ser humano, del hombre con defectos, con errores, igual que usted, igual que yo, igual que todos. Pero también, en estricto honor a la verdad, con evidentes y grandes aciertos en obras materiales que hoy apuntalan el progreso de Veracruz.
Vino entonces a mi mente cuando el Gurú Estrada describía a una persona con solo observar sus facciones. Por ejemplo, decía que las orejas grandes son características de longevidad, de gente con mucha energía. Las personas de oreja grande son incansables. Recuerdo a mi padre que llegó a los 99 años de edad y todos sus amigos que lo recuerdan aluden su fortaleza, su apretón de manos.
El Gurú, pues, sabía ‘leer el rostro’. No necesitaba de apellidos, ni datos para él superficiales. Al conocer a alguien o verlo por vez primera inmediatamente sabía qué calidad de persona tenía enfrente. En fin, hablando del Gurú respecto a la política decía que el mundo estaba urgido de gobernantes con un elevado estado de consciencia que les permita poseer una visión superior para aplicar toda su energía en obras dignas de ser vistas por los ojos del Creador.
Viene a mi mente, el día que lo acompañé a una audiencia con el entonces gobernador Murillo Vidal, don Rafael mostraba desde un gran salón ubicado en la parte trasera del Palacio de Gobierno, la vista panorámica de lo que sería ‘El paseo de los lagos’… el gobernador lo había mandado llamar, quería platicar con él, conocerlo, escucharlo y ahí estuvo el Gurú dándole sus puntos de vista sobre una política trascendente, humanista, útil… en fin…
Y Mire usted amable lector, todo lo escrito hoy fue motivado por el inquieto y vivaracho Juan Pablo, simpático chiquitín orgullo legítimo de Paco y Yunuen.
Pero no podríamos concluir estas líneas, sin expresar nuestra gratitud al buen amigo y buen gobernante Fidel Herrera Beltrán quien, en su calidad de Primer Mandatario del Estado, nos hizo un significativo obsequio donde con su puño y letra reconoce nuestra lucha en el Barzón Coatepecano. ¡Viva México señores! Ajúa.

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