miércoles, 1 de julio de 2009

No sólo cambiar rector en la UV

Álvaro Belin Andrade
Hora Libre

Los ciclos se repiten en la Universidad Veracruzana. Como en 1997, las propuestas de fondo para lograr una mejor universidad están apareciendo principalmente entre aquellos académicos que no sólo se preocupan por lograr el mando de su casa de estudios sino que están replanteando la viabilidad de la institución de cara a sus nuevos y enormes retos.
Tres de los ocho (y no cinco) candidatos a la rectoría han ido desgranando sus propuestas a los medios de comunicación y a los universitarios, mediante comunicados de prensa y documentos en forma, que reflejan no sólo posiciones políticas sino, fundamentalmente, propuestas de cambio bien sustentadas.
El propio rector Raúl Arias Lovillo lo ha hecho mediante la difusión de los resultados de foros realizados en todas las regiones de la UV y del propio Consejo Universitario celebrado el lunes de esta semana, si bien los comunicados han dimensionado más las manifestaciones a favor de la continuidad del proyecto de su administración que puntos finos para un proyecto de gobierno. Faltaría conocer (no afirmo su inexistencia) un documento que sistematice sus propuestas.
Francisco Monfort Guillén ha empezado a manejar de manera general su discurso en torno a lo que debe cambiar y señala la necesidad de modificar las condiciones de trabajo, la estructura organizativa y la forma de proceder que imperan en la Universidad Veracruzana.
La causa fundamental de los problemas de la UV, dijo, es de carácter sistémico: “nuestra institución tiene todo el potencial para transformarse en una de clase mundial, pero para ello necesita reorganizarse, requiere sobre todo reorientar presupuestos, pagar mejor a los maestros, dejar de gastar en eventos pseudoacadémicos que consumen una enorme cantidad de recursos que invertidos en su planta de profesores, redituarían mucho mejor en términos de calidad”.
Félix Báez-Jorge, un académico de reconocida trayectoria, miembro del Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales de la UV, del Sistema Nacional de Investigadores y de la Academia Mexicana de Ciencias, ha atraído a experimentados universitarios que están aportando sus análisis sobre la realidad de la UV, y en el tramo de la comunicación, ha incorporado a una muy estimada amiga, Lourdes Hernández Quiñones, quien pronto ha puesto en forma un blog en la internet (www.felixbaez.blogspot.com) que está sirviendo como escaparate del antropólogo.
Hasta aquí quienes han hecho una valoración más allá de la diatriba en pos de convencer sobre un proyecto de universidad.
La diputada Celina Medina Sagahón se mantiene en la superficialidad al invocar como su argumento más fuerte su condición de género y, por desgracia, ha sustentado la difusión de su candidatura en el ataque frontal a la institución que busca gobernar mediante las desafortunadas declaraciones, al estilo del dirigente panista Germán Martínez, pronunciadas por el diputado blanquiazul Antonio Remes.
Estamos a la espera de los pronunciamientos de Rafael Arias Hernández, mientras que la Junta de Gobierno ha hecho públicas las nominaciones de otros candidatos que este periodista no conoce: Maryli Violeta Andrade Perera, René García Toral y Alejandro Alfonso Hassey Esparza.

Crear tres, cuatro, cinco UV
Convertir a la Universidad Veracruzana en tantas universidades públicas como campus regionales existen empieza a ser una de las soluciones a su gigantismo, a las brechas de desigualdad que se siguen ampliando entre las dependencias regionales a pesar de los esfuerzos financieros y a su imposibilidad para ampliar su oferta académica tanto en opciones profesionales nuevas como en número de lugares para una demanda que crece cada año.
La intención de transformar las estructuras académicas actuales, en que hay un divorcio entre la docencia y la investigación, para unirlas en un modelo departamental como sucede en la Universidad Autónoma Metropolitana y, en el paquete, convertir cada región universitaria en una estructura autónoma, independiente, con gobierno y proyecto de desarrollo propios, ha estado en la mente del equipo que encabeza Raúl Arias Lovillo.
Lograrlo no sólo ha llevado su tiempo, también ha empeñado palabras que a la hora en que deben cumplirse han debido postergarse por los innumerables pasos que conlleva y que, de entrada, pasan por romper una estructura centralizada, profundamente enraizada, y por modificar radicalmente todo su andamiaje legal.
Este modelo descentralizador se ha hecho indispensable no sólo para romper la disparidad en el desarrollo de cada una de las regiones universitarias, sino también porque no se puede pensar en un crecimiento importante de la oferta de espacios educativos en una institución que hace años rebasó el criterio de población estudiantil máxima impuesto por la SEP y la ANUIES.
Esta ruta, al parecer, sería de los más importantes propósitos de Arias Lovillo para su segundo periodo de gestión.
Pero no es el único de los candidatos que lo plantea. Es posible que también esté en el proyecto del candidato Félix Báez-Jorge si consideramos que uno de los más connotados académicos que respaldó con su firma su registro ante la Junta de Gobierno, Octavio Ochoa Contreras, lo está planteando en un documento que generosamente nos ha compartido: “A doce años de la autonomía: una reflexión crítica sobre el presente y el futuro de la Universidad Veracruzana”, en proceso de edición.
Ochoa Contreras reconoce los avances mostrados en los últimos tres lustros por la UV pero señala que “el análisis cuidadoso, no superficial, de algunos componentes estructurales de la UV muestra una clara tendencia al agotamiento del actual modelo de organización y de desarrollo institucional”.
Por ello propone la constitución de un sistema universitario, descentralizado pero orgánicamente integrado, de cinco universidades públicas.
Luego de un análisis exhaustivo, documentado, de los principales obstáculos que impiden modernizar la gestión administrativa y académica de la UV, quien fuera candidato a la rectoría en 1997 propone transformar la estructura orgánica y el gobierno universitario, transitar hacia un sistema universitario integrado por cinco universidades regionales, ampliar y diversificar la oferta educativa, renovar la organización académica, evaluar y perfeccionar el modelo educativo, transformar la administración universitaria y contar con una nueva legislación.

¿Por qué y para qué cinco UV?
El tema de las trabas estructurales, tanto en los aspectos legislativos y normativos como en el esquema de poder y en las relaciones internas que todo ello genera, es ampliamente analizado por el investigador del Instituto de Investigaciones y Estudios Superiores Económicos y Sociales (IIESES) en el libro de próxima aparición.
Me detengo en la argumentación en que sustenta su propuesta de aspirar a un sistema universitario de cinco instituciones autónomas, unidas orgánicamente, una propuesta que, como hemos visto, no sólo él plantea.
De entrada se cuestiona sobre las razones por las que la UV no es capaz de ampliar su oferta educativa y señala que, además de las razones de orden financiero, una primera causa está vinculada a las políticas del sistema nacional de educación superior acerca del tamaño de las universidades.
La UV, señala, ha rebasado desde hace muchos años la cifra de 35 mil estudiantes (cifra tope cuyo rebasamiento genera problemas de gobernabilidad, según SEP y ANUIES), por lo que “no es susceptible de recibir, de manera significativa, un mayor subsidio federal para ampliar su oferta educativa”.
Y añade:
“A pesar de su desconcentración regional, la UV ha sido y sigue siendo una institución que se administra y gobierna de manera centralizada (…). Por esta razón, el Gobierno Federal y la misma SEP, contemplan sólo la matrícula global universitaria al momento de asignar los subsidios, ordinario y extraordinario, y no toman en cuenta el tamaño de la institución en cada una de las regiones universitarias”.
La decisión de convertir cada campus en una universidad pública diferente permitiría la gestión de mayores recursos y ayudaría a desahogar las profundas brechas en cuanto a infraestructura física y educativa que los separan.
Este carácter centralizado de la toma de decisiones institucionales “ha derivado no sólo en la relativa concentración de los recursos disponibles en la región de Xalapa, sino en la falta de desenvolvimiento de una capacidad endógena de cada comunidad universitaria regional para gestionar su propio desarrollo y atender las necesidades sociales, entre las que figuraría prioritariamente, ampliar y diversificar la atención a la demanda regional de educación superior”.
Ya veremos qué otras propuestas se suman en este proceso. También estaremos atentos a cómo, quien sea designado Rector, las analiza y las incorpora a su gestión al frente de la Universidad Veracruzana, de considerarlas pertinentes.

Para el recreo

***Sin pretexto para no estudiar. Este martes, por instrucciones del gobernador Fidel Herrera Beltrán, el Consorcio Clavijero y el sistema estatal de educación tecnológica realizaron una jornada informativa para dar cuenta de la amplia oferta de educación superior con que pueden disponer los egresados de bachillerato. Simultáneamente, en Xalapa, Veracruz, Poza Rica, Córdoba, Coatzacoalcos y Tantoyuca, se realizó la segunda Expo Educación Tecnológica y en Línea, en que se informó de la amplia variedad de posibilidades educativas de nivel profesional que ofrecen los 25 planteles de educación tecnológica (21 institutos tecnológicos, tres universidades tecnológicas y una politécnica), así como el Consorcio Clavijero, este último en la modalidad a distancia en línea. Durante ocho horas, representantes de ambas instituciones brindaron información a estudiantes y padres de familia, para orientarlos sobre las diversas opciones profesionales que les ofrece el sistema educativo estatal, adicional a la que ofrece la Universidad Veracruzana.

***Nuevas dependencias universitarias. Si no consigue reelegirse, Raúl Arias Lovillo al menos dejará como herencia la creación e integración de la Comisión Universitaria para los Festejos del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución Mexicana, la Coordinación Universitaria de Observatorios Metropolitanos, el Centro de Estudios de la Cultura y la Comunicación, la Comisión de Compromisos con la Tierra, el Centro de Estudios sobre Derecho, Globalización y Seguridad; la Coordinación del Programa de Neurobiología y la Coordinación del Programa para la Inclusión e Integración de Personas con Discapacidad, además de convertir unidades de investigación en institutos: el de Investigaciones Multidisciplinarias y el de Ciencias Marinas y Pesquerías, todo ello aprobado por el Consejo Universitario. Por cierto, el máximo órgano universitario de decisión se pronunció contra diversas manifestaciones que han puesto en duda la honorabilidad de la Junta de Gobierno.

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