domingo, 9 de agosto de 2009

Seguridad y los síndromes

Claudia Guerrero Martínez
Entre lo utópico y lo verdadero

La intolerancia en el Gobierno de Fidel Herrera Beltrán, ha llegado a un límite inconcebible, pues la prohibición a varios medios de comunicación en publicar los graves acontecimientos de inseguridad pública en el estado, te lleva a una encrucijada, si es para no fomentar el pánico o es para ocultar que en Veracruz, todos los días hay ejecuciones, balaceras y grupos de poder que tienen en la zozobra a los empresarios, comerciantes, profesionistas, notarios, banqueros, tarjetahabientes, en fin, todos los que manejan dinero y pueden pagar protección, por miedo a no ser agredida su familia ni a ellos mismos.
Ante esta omisión de terminar con este viacrucis, se nos ocurrió buscar el nombre de algún síndrome, que podría ayudarnos a combatir algunos problemas en la gestión de este sexenio fidelista. Encontramos un catálogo médico, que nos podría orientar cómo comprender el por qué de estas decisiones tan precipitadas. La primera que encontramos, es el síndrome de Jerusalén, consistente en que la persona se siente Mesías, el cual podríamos adaptarlo a Veracruz, pues el poder ha segado a funcionarios que habitan en Palacio de Gobierno y se obsesionan controlar todo lo que pasa, perdiendo el tiempo y espacio de las cosas, además de caer en los comentarios malsanos, llenos de retórica y subjetivizar palabras, cayendo en lo gracioso, disfrazando la mentira.
Otro síndrome que observamos es el de Estocolmo. Éste es conocido en los secuestros, de los cuales, la persona que se encuentra en cautiverio, al no ser maltratado, siente agradecimiento y hasta a veces, se enamora de su captor. Este síndrome lo adaptaríamos al Gobierno Estatal fidelista, el cual es represor y los involucrados, se siente agradecidos de no ser corridos y aunque les griten o insulten, lo aceptan, pues el jefe no tienen la culpa, sino ellos, por no ser entendidas las órdenes correctamente, aún cuando se afecte la dignidad del propio empleado, tienen que callar y no oír ciertas cuestiones aberrantes, para seguir en el juego político.
Otro más es el síndrome "Burnt Out" o Síndrome del Desgaste, en el cual se atribuye a las personas que están cerca de enfermos en etapa terminal o en hospitales en el área de urgencias. Este síndrome lo podemos aplicar a todos los políticos que han estado en la lista de espera, para hacer cumplir las promesas del mandatario estatal, quien hace más de cinco años, prometió, pero no les dijo cuándo, aplicando la técnica del “Ya merito”, hasta cansarlos y perder interés del proyecto. También la actitud de políticos de oposición, quienes exigen justicia y la aplicación de la ley, observando que la justicia no es pronta ni expedita, sino al contrario, tarda, pero con la esperanza de que algún día llegará. Mientras tanto, prolifera el ánimo para lograr un mejor Veracruz y no, que caiga en picada por el saqueo desmesurado y el endeudamiento voraz por la cofradía de unos cuántos.
También podemos comentar el Síndrome de Gilles de la Tourette, mismo se manifiesta con manías y tics que se adquieren en la adolescencia y se ven incisivos en la edad adulta. Fidel Herrera Beltrán cuenta con algunos tics. Como buen orador, las palabras le fluyen, controlando en la mayoría de las veces, sus sentimientos y hasta actitudes. Lo que no ha podido evitar, es el tic que presenta al levantar los talones constantemente, cuando habla en público, que se manifiesta, una y otra vez. Además, la falta de humedad en los labios, tiende a moverlos continuamente.
El síndrome X Frágil, ataca a varones con problemas de autismo y son obsesivos. En éste, podemos asegurar que varios altos funcionarios de Seguridad Pública y Procuraduría, tienen este mal, pues la guerra entre bandas del crimen organizado y la corrupción interna en estas corporaciones, no son advertidas por estos funcionarios, quienes se limitan a actuar como los tres monos: “No oigo, no digo, no veo”.
El síndrome de Prader-Willi, el cual sufre de labilidad emocional y apetito insaciable que conduce a una obesidad importante, además de trastornos en la temperatura corporal. Ante este contexto, vemos a políticos en el gabinete de Fidel Herrera que entraron siendo delgados, para ponerse colosalmente gordos, afectando sus estados de ánimo e importantes decisiones. Entre ellos, Reynaldo Escobar Pérez, Secretario de Gobierno; Alfredo Gándara Andrade, Director de Comunicación Social; Javier Duarte de Ochoa, candidato ganador por el distrito de Córdoba y quien ya realiza campaña para la Gobernatura, cuando todavía no se sienta en el curul de San Lázaro; Iván Hillman Chapoy, perdedor por el distrito de Coatzacoalcos, mismos son regañados por el mandatario estatal, pues no pueden controlar su peso, siendo incongruente con la campaña de Gobierno del Estado, luchando por la Obesidad en el estado, donde somos el primer lugar de obesos en la República. El propio Gobernador ha dicho a los medios de comunicación que se siente gordo, pues reclamó que sólo le dan sándwiches, como comida básica. En este contexto, pensamos no ir a los extremos…
Por último, el Síndrome de Blancanieves, en el cual, la envidia afecta a gran extremo que destruye la autoestima y el equilibrio personal. Creemos que a veces caemos en esta catalogación, pero hay personas que les afecta totalmente en su opinión y hasta en lo que escriben. Gracias a la ética de muchos periodistas, que día a día, luchan por la censura y las represalias, publican comentarios propositivos, realizando críticas constructivas y de valor agregado. Muy al contrario de algunos, contados por cierto, viles sirvientes del jefe en turno, se ponen como tapetes decorativos, escribiendo calumnias y subjetivizar con su pluma, hechos que no pueden comprobar ni mucho menos, tienen pruebas de lo que escriben, poniendo en evidencia su falta de compromiso con la ciudadanía y utilizando sus medios de comunicación, como herramienta de extorsión y marrullería.
Lo que nos resta comentar, es que cada uno de nosotros, como seres humanos con defectos, podemos caer en la larga lista de síndromes conductuales. Lo único que nos deferencia, es que los citados tienen poder en turno y nosotros, como ciudadanos, tenemos el poder para elegir a quienes nos gobiernen. ..¿Entonces quién tendrá el poder, querido lector?

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