martes, 25 de agosto de 2009

Un mundo feliz

Salvador Muñoz
Los Políticos

El mundo se espanta ante la exótica figura de Semenyá, hasta duda de su feminidad; se maravilla ante la velocidad de Bolt al grado de pensar que no es humano, pero se ríe de que Elba Esther Gordillo pida vacunas contra la “Influencia AHLNL”.
Más que reírnos debe preocuparnos.
Se supone que esa mujer representa a un número increíble de maestros que, supuestamente, educan a nuestros hijos.
Independientemente de su ausencia de conocimiento respecto al tema que trata, es sorprendente que no se tome la molestia de ensayar la lectura de su discurso porque suma entonces una pésima dicción.
El ingrediente que faltaba y que ha motivado el grito en el cielo de muchos vasconcelistas, es la anulación de “la Conquista” y “la Colonia” en los libros de Educación Básica.
No hay que temer ni de qué preocuparse…
Si quieren que sus hijos sepan asuntos de la conquista que se memoricen el año: Entre 1519 y 1521.
¿Algo de la colonia? Igual: Del 1521 a 1810…
¿Es difícil? No, verdad…
Pregúntele a su hijo cuándo se descubrió América y de seguro le responde el año tan rápido como la luz, pero que le explique por qué si un italiano, que trabajó para portugueses, la “descubrió”, hablamos español.
Si fue apoyado por la reina Isabel, por qué no se puso al continente nuevo algo así como “Isabelia” y se le tuvo que poner el nombre de ¡otro italiano!
El asunto al que voy es que nuestra educación histórica está plagada en nuestras clases de fechas y hechos, así como de actos heroicos (casi todos los mexicanos son valientes, bragados, machos y entrones) en una mal entendida “memoria colectiva”, pero no hay entendimiento.
Es decir: No comprendemos nuestra historia.
Un ejemplo más: Se ha preguntado cómo ve Estados Unidos sus invasiones a México, incluyendo el ataque al Castillo de Chapultepec… se imagina a un maestro diciéndole a sus gringuitos: “Nuestros soldados confundieron a unos niños con un ejército”.
O los franceses: “Los mexicanos celebran el triunfo de una batalla cuando nosotros tuvimos varias en su territorio”.
¿En verdad razonamos nuestra historia en la primaria o sólo se siembra un patriotismo o nacionalismo burdo que sólo florece en septiembre y durante los partidos de México contra Estados Unidos?
Es cuestión de analizarlo… quizás esté equivocado y venga el espíritu de Moctezuma a quemarme, digo, a jalarme los pies esta noche.
Siempre he sido de la idea de que es más fácil que en primaria nos hubieran enseñado a hablar inglés, francés, nos dieran civismo, danza (pero la nuestra, la autóctona, la regional… no que ahora ponen quebraditas, hip hop y coreografías de Michael Jackson) y música, así como español y las bases primarias de las matemáticas.
¿A poco no le gustaría que su hijo a los doce años hablara dos idiomas?
Créame que será más fácil que su vástago, con dos idiomas consiga empleo en cualquier parte del mundo dominando tres idiomas que saliendo de la Facultad de Leyes.
Ya en la secundaria, ideal sería que los maestros nos dieran historia de México, Historia Universal pero razonada, analizada, no memorizada… y demás materias propias de este nivel…
¡Chale! el Mundo Feliz de Aldous Huxley pero invertido…
La idea (pinche idealista) es hacer de cada persona, un ser que reflexione, sensible y consciente de su entorno…
Pero no… tenemos algo mejor, el Mundo Feliz de Televisa, el Mundo Feliz de TV Azteca, el Mundo Feliz de Elba Esther y el Mundo Feliz de quienes prefieren dejar todo en manos de los maestros… Aldous nos está ganando.

e-mail: dor00@hotmail.com

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