Salvador Muñoz
Los Políticos
He leído un artículo entre interesante y romántico sobre el apareamiento de los murciélagos.
Según la investigación de científicos de universidades de Texas y Austin, los quirópteros “cantan canciones” para atraer a la hembra.
Suena redundante pero al decir “cantan canciones” es decir que hay un tema, una letra, que en este caso es silbido, trino y otros, que le dan cierta complejidad al acto del apareamiento.
Por supuesto, al oído humano es difícil poder escuchar los tonos románticos de estos mamíferos y creo que más difícil es verlos en la actividad de procreación aunque yo tuve la fortuna y desgracia, alguna ocasión de ser testigo de ello.
Digo fortuna, porque una noche, subiendo por Clavijero, casi llegando a la escuela industrial Concepción Quiroz, esquina con Juárez, de la fresca Xalapa, vi cómo descendían en círculos dos murciélagos… una danza aérea de sexo y amor… voyeurista por circunstancia me envolvió su rito…
Digo desgracia porque no fui el único testigo de ese hecho. Un taxista igual lo vio. Paró su carro, bajó y se dirigió a la pareja nocturna que, sorprendida, intentó levantar vuelo, pero la hembra murió bajo el zapato de un estúpido ante mi incredulidad, coraje y tristeza. El tipo se volteó a verme y se rió de forma idiota, por un triunfo burdo, que no logro entender. Arrancó el taxi y se perdió en la noche.
Recuerdo en Bachilleres Independencia, allá en Orizaba (o Ixhuatlancillo, donde realmente está esa prepa), cuando maravillados, muchos compañeros descubrimos que entre pared y pared del edificio que ocupábamos para recibir clases, los murciélagos habían encontrado un refugio. Maravillados porque era todo un espectáculo en la caída de la tarde la nube negra que se desprendía de la fisura del inmueble.
Pero el romanticismo del que hablan los investigadores universitarios sobre las prácticas de apareamiento de los murciélagos me tiene fascinado.
Fascinado desde dos perspectivas.
1) la que involucra de sentimiento a los animales. Me decía mi hija si nos podemos comunicar con los animales… le respondí que de acuerdo a la teoría, para que hubiera comunicación, debería ser de ida y vuelta bajo un mismo código y puse como ejemplo a mi buen “Harry”, mi fiel Scotish Terrier que si le digo “Vamos a dormir”, “salimos”, “¿quieres jamón?” “¿leche?” “Allá va un caballo”, “espérate” y una infinidad de lenguaje que nos maravilla, nos da una respuesta con su actitud, pero (lamentablemente) no nos puede responder con el mismo código: “Sabes, no tengo sueño… adelántate”; “me quedo en casa, tengo flojera”, “¿no tienes pollo?” “¿un caballo? ¡son varios!” en fin…
Pero, independientemente de ello, en un plan ajeno a la teoría, coincidimos no sólo mi hija, sino toda la familia, que SÍ PODEMOS comunicarnos con “Harry” porque así lo creemos y porque al igual que nosotros, él también nos quiere… sentimiento.
La otra perspectiva es ver (leer) a otro tipo de científicos que hablan de que los murciélagos cantan canciones de amor, dejando a un lado tecnicismos y escepticismos… me pueden decir que los pájaros, que otros mamíferos y demás animales pueden emitir sonidos o cantos para atraer a la hembra… pero “hacer canciones” para la hembra le da al apareamiento otro aire, como de romanticismo, al grado de imprimir un cariz antropomórfico a los animales aunque es probable que haya hombres que carezcan de la sensibilidad de un murciélago para atraer a la hembra.
No sé si a ustedes les interese si los murciélagos le susurren canciones de amor a su “murciélaga” mientras se aparea, pero si es así, es momento de preocuparnos:
La Araucaria de Xalapa, llamada el símbolo de esta ciudad, se ha visto invadida por palomillas que ni las mismas aves se dan abasto… ¿dónde están los murciélagos? ¿qué pasó con sus depredadores naturales nocturnos? ¿han levantado la cabeza una noche y se percataron de que ya no se ve tanto el vuelo rápido de un murciélago por nuestros cielos? ¿Olvidaron su sonido?
La invasión de palomillas en la Araucaria es preocupante, pero no porque moleste a los vecinos y comerciantes de esa zona, sino por lo que se está rompiendo en nuestra naturaleza… Esperemos que no sea con insecticidas, sino de una forma más natural como se confronte este ¿problema? por parte de nuestras autoridades municipales.
Y ojalá no sólo por lectura, sino por gracia, tenga la fortuna de ver esa danza aérea que les platiqué para poder imaginarnos con ello una canción de amor… estamos a tiempo.
e-mail: dor00@hotmail.com
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