Fernando Fernández Hernández
El Marcaje
Son dos añitos de total irresponsabilidad en el equipo que tiene Roberto Bueno Campos en el Instituto Veracruzano del Deporte al terminar la Olimpiada Nacional. Tal parece que acaba el evento y es momento de sentarse en el reposet a rascarse los hue…sos.
Otra vez la gente que “trabaja” al lado de “El Flamer” se hizo del avión para hacer un post análisis, como para saber en qué disciplinas se mejoró, en cuáles no tanto o las que de plano fueron un fracaso a pesar de tener apoyos; conocer a los elementos que sí se merecen becas y cuáles ya no; en sí, tener ese contacto directo con los presidentes de Asociación para planear mejor el ciclo 2010.
La iniciativa de Rafael Belmonte Olivares, en su subdirección del Desarrollo del Deporte, no ha existido en los recientes dos años. Él tendría que tomar en sus manos el decir “yo me aviento el toro”, pero no; mejor nada más sale en la foto cuando Bueno Campos no está y navega por aguas tranquilas. De hecho, dicen al interior del IVD que está más preocupado por las clínicas y competencias de su escuela de natación. Qué bueno que piense mucho en la capacitación de los entrenadores, pero su cargo tiene un “poquito” más de responsabilidad que eso.
Otro contagiado de ese aletargamiento es el nuevo subdirector de Alto Rendimiento, Israel Benítez Morteo, que decía llevarla más fácil al tomar el puesto que abandonó Alejandro Cárdenas Robles, ya que según con sólo asistir a la oficina cumpliría más que el sonorense que hoy está en Conade. Pues no, el xalapeño no puede escudarse en que acaba de llegar, sino debe ser propositivo y evitar las cosas que él mismo criticó durante mucho tiempo.
De Liliana Allen y sus metodólogos mejor ni hablamos, la cubana naturalizada mexicana tiene más preocupaciones y ocupaciones con el jet set de la zona; es más, tengo mucho interés de conocer qué tendría que decir José Garis Zilli de cómo le fue al béisbol en Culiacán, por ejemplo, entre otras cosas con esos hombres que debían revisar el desarrollo de los atletas para dar propuestas.
En fin, sigamos con rumbo a lo desconocido y que Dios nos agarre confesados para el nuevo ciclo de Olimpiada Nacional y ojalá que a la Ola Roja no se le acabe la suma de oros, porque la fiesta que se vivió en el 2009 con superar los 40 metales dorados, podría convertirse en catástrofe para el próximo año, aunque ya es fin de sexenio y probablemente ya les vale un verdadero sorbete lo que pase en el deporte de la entidad.
Hasta la vista
fhernandez1980@gmail.com
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