domingo, 13 de diciembre de 2009

Una paleta fría, gigantesca, para la Tierra

Jorge Arturo Rodríguez
Tierra de Babel

“La cosa está que arde”, se suele decir cuando algo se pone bueno; a veces también cuando ciertas cosas están a punto de estallar, explotar, reventar…vaya, irse a la chingada. O sea, se trata de un peligro inminente, próximo, cercano…vaya, aquí al ladito. Un peligro peligroso, si no se hace nada. Si no se toman las medidas necesarias para aliviar la fiebre. De lo contrario, se puede generar un caos. Y llega la confusión, luego las alucinaciones y el delirio; más tarde, quizás, el estado de coma, para finalmente el fin.
Entonces ya no se sabe nada. Si en verdad Shakira, sin canciones y sin el movimiento de sus caderas, puede ocasionar aplausos y suspiros; si Alejandro Fernández, “El Potrillo”, es un macho y nos incita a serlo o a seguir siéndolo con su canción “Unas nalgadas”; si Angelina Jolie tuvo un pecho más grande que el otro –así como se asegura que todos tenemos un brazo más largo que el otro, un pierna más grande que la otra, un güevo más…; o si en realidad es cierto que Silvio Berlusconi dijo de Rosy Bindi: “Usted es más bella que inteligente. No me interesa lo que dice”.
En estos tiempos de calentura global, ya no sabemos, estando con fiebre alta, si el cielo y el infierno existen, si hay que preocuparse por que los gay, bis y trans no entrarán al reino de los cielos. ¡Jesús! Pos yo como dijo Jorge Luis Borges: “El hoy fugaz es tenue y es eterno; otro cielo no esperes, ni otro infierno”.
Porque, así como están las cosas, el cielo y el infierno coexiste aquí en la Tierra: el amor y el odio; la paz y la guerra; la esperanza y desesperanza; la ayuda y la indiferencia; la honradez y la corrupción; la riqueza y la pobreza. Tú, nosotros, ellos, yo andando, ¿pa’l infierno o pa’l cielo?
Y la tendencia al calentamiento está aumentando, comentó el jefe de la Organización Meteorológica Mundial, Michel Jarraud, al participar en el marco de una conferencia sobre cambio climático organizada por la ONU en Copenhague. Pos sí; ya Guillermo Cárdenas Guzmán escribió que la información científica disponible indica que desde fines del siglo XIX, la temperatura promedio en la superficie terrestre ha aumentado 0.74° C (muy probablemente por la actividad humana) y subirá aún más, de 1.8° hasta 4° o 5° C hacia 2100 si no se aplican las medidas de mitigación y adaptación necesarias. (El Universal/7 de diciembre/2009). Chido, ¿no?
Pero si ya sabemos que “todo aumento en la temperatura corporal es ocasionado por diferentes enfermedades, principalmente infecciones; nunca es síntoma exclusivo de un solo mal. La fiebre es aviso de una enfermedad, por ello es necesario investigar su origen.” (www.saludymedicinas.com.mx). Chin, nos la ponen difícil para nuestro planeta.
Hagamos como el poema de Marco Aurelio Chavezmaya: “Cuando sea cumpleaños de la Tierra, ¿qué le regalaremos en su día? Una paleta de limón, fría, fría y gigantesca, GIGANTESCA, porque dice la maestra que la tierra se está calentando y tiene en sus polos mucho calor”.

Los días y los temas
La labor de la presidenta del DIF Estatal, Rosa Borunda de Herrera, es indiscutible y de reconocimiento. En su Quinto Informe de Resultados dijo que a lo largo de cinco años de intenso trabajo asistencial, se han realizado acciones a favor de veracruzanos que viven en zonas apartadas, comunidades rurales e indígenas y centros urbanos, además de instrumentarse programas para resolver la situación de pobreza, salud y vulnerabilidad que enfrentan niños, adolescentes, mujeres, adultos mayores y personas con discapacidad. Excelente.

De cinismo y anexas

* Versifica Marco Aurelio Chavezmaya: “La imaginación/es una abeja/ encerrada/ en el panal/ de mi cabeza”. Claro, pero muchos ni con zánganos cuentan –con perdón de tan inofensivos insectos.

Hasta la próxima
jarl63@yahoo.com.mx

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