domingo, 31 de enero de 2010

¿Cuánto vale tu ética?

Claudia Guerreo Martínez
Entre lo utópico y lo verdadero

Hablar de ética es hablar de un tema personal, del que muy difícil llegará a ser colectivo. La ética es medida por varios factores y por cada escenario personal. La ética se codificará con base a la historia de vida en cada individuo y se reduce a su mínima perspectiva. Hablar de este tema, sobresalen algunas aristas del ser humano y peor, cuando la ética es llevada a la política, en la que trata de matar a este valor tan gastado, pero necesario para una sociedad carente de este valor intangible.
En el inicio del proceso electoral rumbo al 4 de julio, las fichas en el dominó político se cambian para el interés personal de quien hoy goza del poder, trazando el camino a futuro, sin importar el beneficio de quienes votaron por él. El marcaje en listas y listas de posibles aspirantes, quienes trabajaron durante uno, dos años o todo el sexenio, formando estructuras políticas para beneficio del partido, no son considerados para una candidatura, imponiendo a quienes son bendecidos por la gracia de “Dios Herrera”, dejando en la banca a quienes tienen esa militancia partidista, amor a la camiseta y aplicar el valor ético de pertenecer a su partido en las buenas y en las “muy malas”.
Este fenómeno se observa en todos los partidos, pero se aplica puntualmente en el PRI de Veracruz…
Hay una diferencia abismal entre el pequeño grupo de rojos fidelidad y el grosor de militantes priistas, quienes han luchado por la reingeniería del PRI en el siglo XXI. Los priistas de la base buscan que el partido se fortalezca día con día y recuperar lo perdido en julio del 2000, cuando triunfó el Foxismo en un México que exigía un cambio, una esperanza para este país, con graves problemas de miseria, pobreza e inseguridad.
Ante esta derrota, sobresalió un PRI golpeado y agraviado por las traiciones y el clientelismo. Después, supo capitalizar su derrota y lograr ganar gobernaturas en muchos estados en el 2004 y recuperar algunos que eran panistas, en el 2009. En Veracruz, estado considerado como una de las joyas de la corona presidencial, en la estrategia política no se percibe el interés por ganar este estado, actuando en la imposición e interés personal, cayendo en el antagonismo de Fidel Herrera Beltrán afectando a su partido. La intención de imponer al costo que sea y con recursos estatales, la candidatura de un personaje sin militancia priista, con una historia política de cinco años y dejar las finanzas al borde de la quiebra, no hablan bien del Mandatario Estatal, quien su obsesividad compulsiva lo aleja del código ético al que juró cuando tomó protesta ante el pleno, el 1 de diciembre del 2004.
Quién garantiza, la lealtad y ética de Javier Duarte de Ochoa hacia Fidel, si llegara a ser Gobernador. Nadie, sólo él.
Cabría acotar varios factores que le afectarían esa lealtad e impedir realizar lo conducente, lo ético, para cubrir este lodazal administrativo del Gobierno Fidelista. Nos referimos al dinero. Sabemos que a Duarte de Ochoa le gusta el dinero y en cantidades industriales. Tener un piso en la Torre Mayor en el Distrito Federal o varias oficinas en la Torre Hákim en Xalapa y en otras importantes ciudades del estado, no hablan bien de él. Tener vehículos con placas oficiales para su avanzada y su uso personal, tampoco hablan bien de él. Peor aún, cuando tiene una mansión en el Club de Golf en Miradores y cuentas bancarias en el extranjero, cuando hace cinco años y medio, no tenía ni para pagar la cena en restaurantes modestos.
El tema de la ética se polariza. En este momento, Duarte de Ochoa es leal y fiel a Fidel Herrera por gratitud, pues gracias a él, es uno de los nuevos millonarios en el estado y gracias a Fidel, le han creado todo un escenario político, con base a la simulación mediática y la imposición de un Gobernador enfermo del poder sexenal. Quién nos puede garantizar que “El Delfín” está vacunado y no se contagiará de ese poder que traiciona y lucra bajo su interés personal. Nadie, sólo él.
Por otro lado, hablar de los medios de comunicación es un tema basto, que en la mayoría de ellos, pregonan una ética estéril, carente de valores y el dinero pesa más que el compromiso con los veracruzanos. Lo que vende, se publica, si es morbo, mejor aún.
En éstas próximas elecciones para Gobernador, ya sobresalen publicaciones llenas de partidismo, nula objetividad y teledirigidas a un aspirante en común, olvidando adrede, la existencia de otros candidatos. Han caído en los excesos de publicaciones guiadas, tergiversadas y sin ningún contenido ético. La guerra de lodo sin sustento en notas informativas es la portada “exclusiva” o peor, la nota de color con mentiras declaradas por el propio Ejecutivo Estatal. Y todo, por la venta de publicidad disfrazada de propaganda, con imposición para censurar toda información que ventile el Veracruz agonizante, en temas de miseria, desempleo, desvíos de recursos estatales y la anómala situación de estar enquistado el crimen organizado en el estado. Comprar la conciencia y criterio editorial de los medios de comunicación, demuestra que la ética se ha extinguido.
¿Cuánto vale tu ética? Les pregunto a cada uno de los dueños de medios de comunicación en el estado, a los reporteros, a los fotógrafos… Vale un sexenio, vale la credibilidad de la opinión pública, vale tu propia ética ante la avaricia que te ofrecen gobernantes quienes no han aplicado en su administración ese valor… Vale la pena vender tu criterio por dinero… Nadie sabe, sólo ustedes…
El sexenio fidelista pasará a la historia como el más corrupto; el que más endeudó a Veracruz; el que más censuró a los medios de comunicación independientes; el que más permitió el asentamiento de grupos criminales; el que más mentiras dijo; el que más regaló y benefició a amigos y socios; el que más enriqueció a sus colaboradores y el Gobernador, quien más amasó fortunas y dinero que nadie…
Desde el inicio de la administración de Fidel Herrera Beltrán, el tema central de su gestión y spots publicitarios-propagandísticos, era el fondo musical de la película Gladiador. En la película, hay muchas similitudes en este sexenio fidelista, pues se entretejía la traición, ambición, muerte y destrucción del pueblo romano, pero ante todo esto, emergía la lealtad y ética al César, quien siempre estuvo preocupado por su pueblo. La traición tuvo mayor peso y fue en manos de su propio hijo, Cómodo, quien quiso tener riquezas y sentía un enfermo amor a su propia hermana y rencor a su padre. Ante esta historia, sacada de la historia universal convertida en drama, se extraen algunos valores de lealtad y ética, que son necesarios en toda sociedad. Con base a la historia, el pueblo romano, uno de los más poderosos imperios, cae ante el enemigo, por sus excesos y anarquía, por los intereses personales y su ambición desmedida.
Los priistas de Veracruz esperan que en éstas elecciones el 4 de julio, la historia no se repita, como lo fue el Imperio Romano…
PD: Agradecemos los comentarios de nuestros lectores que nos retroalimentan.

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