martes, 5 de enero de 2010

¡Esperando mis Reyes!

Salvador Muñoz
Los Políticos

¡Ah! ¡Los reyes magos! Si no encontró nada querido lector, créame que de seguro se portó mal o sencillamente dejó de creer.
Y es que en el creer está el milagro y es por eso que muchos de nuestros políticos tuvieron la suficiente fe para pedir su regalito de reyes… ¿sigue sin creer? ¡mmm! ¡Déjeme ayudarlo!
Si cierra los ojos y es capaz de proyectar su mente a la emoción que se tenía al despertar este día y acudir al pie de la cama para descubrir que, nuevamente ocurría la magia que la conciencia infantil nos daba cada seis de enero, lo felicito.
Le pediría que mantuviera más tiempo los ojos cerrados pero podría asemejarme a los políticos que gustan de vernos así, con los ojos cerrados.
De los cuentos que nuestra educación judeo-cristiana nos lega, sin lugar a dudas entre los más bellos está el de los Reyes Magos o Santos Reyes.
Veleidosos a lo mejor por ser Reyes, sus regalos eran extraordinarios, al menos en mi infancia lo fueron, como por ejemplo ese guante, bate y pelota me siguen sorprendiendo… ¿por qué creían que a mí me gustaba el beisbol?
Sin embargo, a pesar de que tampoco me gustaron los carros (a la fecha), adoré la carcachita que se deslizaba por una autopista para ser devorada, si pasaba por la meta, por un dragón.
La leyenda de los Reyes Magos, Santos Reyes o Magos de Oriente es fantástica y mucha gente le da diversas lecturas.
La que más me gusta a mí es la que refiere a que, siendo magos (especie de sacerdotes de otras religiones), llegaron a adorar al verdadero hijo de Dios…
Es igual a la política en procesos electorales.
Me explico:
Nuestros políticos nos ponen a un candidato (niño Dios) y mueven cielo, tierra y mar para que vengan otros reyes a adorarlo (es decir, sindicatos, agrupaciones, cámaras y hasta periodistas).
Ok… puede ser una analogía extrema…
Los regalos igual pueden ser similares… oro, incienso y mirra. Dicen que el metal era para reconocerle al niño Jesús su estirpe real aunque otros dicen que el darle oro significaba que lo encontraron pobre; el incienso, su lado espiritual y la mirra, su resurrección.
En política los regalos son similares: El oro, para apoyar su campaña; el incienso, para que no apeste su campaña y la mirra, para el que no esté de acuerdo con él, se le aplique en su embalsamiento.
Analogía extrema, estoy de acuerdo…
Pero no ensuciemos esta leyenda y vayamos al punto…
Les decía que muchos de nuestros políticos y no políticos escribieron su cartita…
* Como Javier Duarte, que espera un “carrito… completo” en la designación de candidato en el PRI…
* Como Héctor Yunes, que pide un trompo… con quien sea para disputar la candidatura por la gubernatura…
* Como los vecinos de las avenidas Américas y 20 de Noviembre, demandados por el jurídico del Ayuntamiento de Xalapa por bloquear dichas rúas, que piden otro “Presidente”… o un “Viejo Vergel” para entrar en calor…
* Como Fidel Herrera Beltrán, que nada más pide su “Delfín”… pero podrían traerle un “Yo-yo”…
* Como Alejandro Virgen Enríquez, que pidió un Barney… y si no lo tienen, un Dino…
* Como Juan Manuel Velázquez Yunes, que pide un curso para aprender a tocar “violín”…
* Como Celestino Rivera, quien para bajar los kilitos de fin de año, sólo pide “carnita de monte”…
* Aunque al final, a estos dos bien les caerían unos patines… ¡pero por la cola!
Claro que a mis 40 años todavía creo en los Reyes Magos y escribí mi cartita que aquí expongo:
“Querido Reyes Magos
Este año me porté muy bien, le cumplí como todo hombre que se preste de serlo a mi vieja; también obedecí a mi esposa, hice todas las cosas que me pidió, no fui a ningún teibol, le entregué la quincena completa y soporté a mi suegra santamente…
No les voy a pedir juguetes, ni cosas materiales, ni ropa de superhéroe (porque ya tengo tres)…
La cosa que les pido es muy sencilla: Díganle a Tío Fide y a Javier Duarte que me regalen una serie completa de Lotería, de las que ellos saben, para que al igual que el gober y el suegro de Duarte, le pegue al Gordo (a Duarte no, al de la Lotería) pero eso sí, no aspiro a hacerme rico como Montiel y Theurel, nada más millonario.
Sabiendo que para ustedes no es mucho lo que pido (a los Reyes… bueno, tampoco al Gober y Duarte), espero despertarme con mi serie completa… ¡nada de huerfanitos! Porque el único huerfanito soy yo…
PD Pinche negro, ¡no me vayas a fallar! (me refiero a Baltasar, ¡mal pensados!)”.

e-mail: dor00@hotmail.com

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