jueves, 11 de febrero de 2010

¿Secretaría de educación superior?

Álvaro Belin Andrade
Hora Libre

El tema ha estado por muchos años en boca de directivos universitarios y científicos connotados, para quienes la ausencia de una política de Estado en materia de educación superior, ciencia y tecnología, representa una causa importante, histórica, de la catástrofe económica que vive México y de la cual muy difícilmente saldrá en el mediano plazo.
Ha sido José Ángel Gurría, ex gobernador del Banco de México y hoy secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), quien ha presentado el resultado más tangible de diversos estudios hechos por el organismo sobre políticas de innovación en México, y que apuntan a la creación de una secretaría de Estado en materia de educación superior, ciencia y tecnología.
Las conclusiones de dichos estudios son severamente críticas. Asegura, por ejemplo, que en la administración de Vicente Fox y en lo que va de la de Felipe Calderón los bajos recursos y la dispersión de responsabilidades “provocaron un gobierno ineficaz y una mezcla de políticas distorsionadas”, según difundió en su momento el periódico El Universal en nota de la periodista Nurit Martínez.
La nueva secretaría, que reuniría bajo su administración tanto las funciones que hoy cumple la Secretaría de Educación Pública, a través de su subsecretaría de Educación Superior, como las del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), podría paliar los efectos en la baja productividad y pérdida de competitividad del país, producto de la baja inversión en tecnología e investigación.
En el actual modelo, con la docencia y la política presupuestal para educación superior a cargo de la SEP, y la investigación y parte de su soporte financiero a cargo del Conacyt, este rubro enfrenta un verdadero marasmo burocrático y una desarticulación entre la formación de científicos y la propia investigación científica y tecnológica.
Si a ello agregamos una proverbial desatención de los sucesivos gobiernos federales, más obvia en los dos sexenios panistas pero igualmente grave en los priistas que los precedieron, ya nos podemos imaginar el papel obrero de nuestro país.

Caímos 10 sitios en competitividad
Al participar en una charla por internet organizada por El Universal, Rosaura Ruiz Gutiérrez, presidenta de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), se refirió al tema de la creación de una secretaría de educación superior, ciencia y tecnología; ella agrega innovación.
La primera presidenta de la AMC en su medio siglo de existencia, elegida por cierto en una organización cuyos miembros son en un 80 por ciento hombres, Rosaura Ruiz dijo que es indispensable unificar estos temas en una sola dependencia para lograr una política de Estado en la materia.
Para Ruiz, lo más preocupante de México es que el país ha caído 10 lugares en el nivel de competitividad mundial y, ojo, no estábamos en lugares de privilegio, lo que quiere decir que fuimos de mal a peor. En efecto, pasamos del lugar 42 en 2001, al lugar 52 en 2007. Tres años después, créame, las cosas no han mejorado y ya veremos si nos hundimos más en un aspecto que repercute tanto en el nivel económico de todos los mexicanos.
El problema es que nuestros productos, los que destinamos al comercio internacional, no tienen conocimiento incorporado porque prácticamente no inventamos ni innovamos, de manera que nos hemos convertido en los obreros de los científicos de otras partes del mundo, y el trabajo manual es infinitamente menor al intelectual.
Para la también secretaria de Desarrollo Institucional de la UNAM, del que hablamos es un tema estratégico para el desarrollo económico y social de este país. “Desde mi punto de vista, sin educación superior, ciencia, tecnología e innovación, México no tiene futuro. En este sentido, el dotar al país de un órgano que coordine, regule y promueva estos ámbitos, es fundamental. Considero que ya es urgente la creación de la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación”.
Esta nueva secretaría, según Rosaura Ruiz haría posible desarrollar una política de Estado que mejore la cobertura y calidad de la educación superior, la investigación científica y humanística, así como la vinculación con las empresas.
Constituiría un reconocimiento a la importancia que el Ejecutivo federal le otorgaría a este tema clave para el avance del país, y permitiría una mayor capacidad para negociar el presupuesto asignado al sector, con la meta de lograr lo que no se ha logrado hasta ahora: que el país dedique el 1 por ciento del PIB a ciencia y tecnología.
Además, posibilitaría centralizar dicho propuesto, que ahora se reparte entre el Conacyt, que controla un 33 por ciento; la Secretaría de Educación Pública, que controla otro 33 por ciento, y las demás secretarías, entre las que se distribuye la tercera parte restante.

Para el recreo
***¿Huelga de académicos en la UV? No parece asomarse riesgo alguno de que el próximo primero de marzo, la Universidad Veracruzana amanezca clausurada tras banderas rojinegras del sindicato de su personal académico. La UV salió bien librada, este año electoral, de situaciones de inestabilidad política, al saldar la negociación con el SETSUV. Por supuesto, se intuye una participación decisiva del gobierno estatal, para cuyo titular es indispensable mantener tranquila la gallera, previo a la elección que quien habrá de sucederlo. En el caso de los académicos parece mucho más sencillo, dado que este sector ha sido de los más favorecidos, en respuesta a su compromiso con la calidad educativa que ha propuesto la institución educativa. Lo muestra el reciente desayuno que compartieron el rector Raúl Arias Lovillo y Enrique Levet Gorozpe, secretario general del Fesapauv, y todos los dirigentes estatales y regionales de ese gremio. ¡Que sea por el bien de Veracruz!

***Directores por oposición. Este lunes, el titular de la SEP Alonso Lujambio tomó protesta a 140 directores de escuelas de educación media superior, cuya designación derivó de un concurso por oposición que puso de manifiesto sus méritos académicos y directivos. Lujambio se jactó de que estos directivos no fueron producto de un dedazo o una recomendación. Esto ocurre apenas unos días después de que dispusiera la salida de Miguel Székely Pardo, quien fue sustituido por Miguel Ángel Martínez Espinoza, de la subsecretaría de Educación Media Superior, en medio de la sospecha de que ese movimiento había sido empujado por Elba Esther Gordillo, molesta por la imposición que Székely había hecho para que, efectivamente, la selección de directivos de prepas y bachilleratos no fuera tocada por el SNTE. En fin…

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