La cosecha de políticos nunca se acaba…

Jorge Arturo Rodríguez
Tierra de Babel

Anduve en días pasados como golpeado por todo el cuerpo –y no soy boxeador-, tirando la toalla –y no soy entrenador de boxeo-, como arrumbado en espíritu y alma –¿no es lo mismo?-, sin alas –¿quién chingaos me las había cortado?-; vaya, anduve como reflejo de lo que pasa en nuestro país, creo que ahora sí me entienden; pos eso, así anduve… Pero sin ser Lázaro, algo o alguien me dijo: “Levántate y anda”, a lo que inmediatamente mi ser se “levantó y andó…” Y aquí ‘toy, otra vez chingando al prójimo con mis palabrerías, pero no más que nuestros ¿entrañables? políticos, se los aseguro. Y dense cuenta que últimamente como que los políticos se han multiplicado –“aliens” recargados-, como que la política es un negocio redondísimo donde no hay imposibles; carajos, donde hasta es posible encontrar la cuadratura del círculo.
Podremos carecer de todo, pero políticos, o dizque políticos, o seudo políticos, vaya, políticos a la mexicana, nos requete sobra; podríamos incluso parodiar aquella canción que dice: “Se acaba la yuca, se acaba el maíz, se acaban los mangos, se acaban los tomates, se acaban las ciruelas, se acaban los melones, se acaban las sandías, se acaba el aguacate, y la cosecha de políticos nunca se acaba…” Pos cómo, si ahí está la lana, ¿o no, borregos?
Claro, como la misma canción lo dice, “unos salen buenos, otros salen malos”, pero aún así, “se acaban los trabajos, se acaban los quereres, se acaban los dineros, se acaban los placeres, se acaban los amigos, los buenos camaradas, se acaban las parrandas y aquí no queda nada”. Pero la cosecha de políticos nunca se acaba, y los jijos de la…Llorona seguimos de la chingada.
Hace unos días, un taxista, molesto, me dijo que “ya la vida la vivimos de pura puta política”, a lo que mis castos oídos no soportaron la palabra “p…”, esa… pero luego, inmediatamente me dije a mismo para mis adentros que este cuate tiene razón, es una prostitución nuestra política mexicana, ni dudarlo…Tons, ahora que se avecina la jornada electoral, por quién madres votaremos, ¿por qué voto nos inclinaremos?, ¿por el voto duro?, ¿el voto de castigo?, ¿el voto blanco?, ¿el voto difícil?, ¿anularemos nuestro voto?, ¿o, en definitiva, apostaremos por el voto inútil? En fin, aún hay tiempo pa’ pensarlo.
Entre tanto, como dijo Catón, no hay duda de que “uno de los muchos problemas que en México tenemos (según la última cuenta suman ya 124'563,896'708.922 millones de problemas) es que hablamos mucho de lo que hacen los políticos. Y eso que los políticos no hacen nada. Dedicamos demasiada atención a sus manipuleos, a sus pleitos de vecindad en el Congreso, a sus diretes y sus dimes, y no nos ocupamos de lo que verdaderamente importa en la hora actual: el trabajo, la producción, el tema de la inseguridad, la lucha efectiva contra la pobreza. Hoy por hoy estamos enfermos de política. Quizá eso sea el noviciado de la democracia, no lo dudo -después de la calma vino la tempestad-, pero días mejores serán aquéllos en que no hagamos tanto caso ya de los políticos. Nosotros, con nuestro trabajo, queremos hacer de México un mejor lugar para vivir. Ellos, en cambio, parecen empeñados en hacer de este país un lugar mejor para medrar...” ¿A poco?

Los días y los temas
No se quién me comentó que hay que cacarear las cosas buenas, pero también hay que mantenerse alerta y evidenciar siempre las cosas malas, exigiendo si no la perfección al menos un acercamiento a ella. En este sentido, enhorabuena por la realización de la Cumbre Tajín 2010, felicitaciones a la señora Rosa Borunda de Herrera y su esposo, mi Gober Fide, pero ojalá, de verás que ojalá, los papantecos vean más beneficios concretos en sus comunidades.
Y vaya que hay que estar atentos. Por eso habrá que ver qué acciones y obras concretas propondrán los candidatos a alcaldes, diputados y gobernador…Y cuántas promesas cumplirán. Ahí está el detalle…

De cinismo y anexas

Miguel Ángel Bastenier mencionó que en la prensa latinoamericana hay un exceso de declaracionitis, “sustitución de la acción por la declamación”; que la agenda informativa se centra en lo que dicen los políticos y se descuida a la sociedad; por eso, dijo, “hay que hacer periódicos útiles, que le sirvan de algo al ciudadano, que sean el nuevo electrodoméstico de la casa”, porque la declaracionitis es “periodismo de sobras y agujeros negros, sin luz, movimiento ni personalización”. (“Laberinto”, suplemento cultural de Milenio/20 de marzo/2010).

Hasta la próxima
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