lunes, 15 de marzo de 2010

Panismo: sinónimo autoritarismo, corrupción y represión

Raúl Abraham López Martínez*
Coyuntura Política XXI

Sólo los ciegos, los sordos y los desmemoriados pueden sostener a estas alturas la creencia de que el Partido Acción Nacional, representa un partido político que actúa con un fuerte apego a principios democráticos.
Los casos de la renuncia de Gerardo Buganza y el acuerdo antialiancista signado entre Cesar Nava y Beatriz Paredes, son hechos que se articulan a una elite dirigente panista empeñada a mantener el poder sin importarles los medios a los que tengan que recurrir.
De los acuerdos entre Diego Fernández de Cevallos, para legitimar a Carlos Salinas de Gortari y aprobar las reformas neoliberales, de promover de manera permanente la represión como elemento distintivo de sus gobiernos estatales para contener a las disidencias, de su espíritu criollo, racista, clasista, y excluyente, de las promesas de gobierno incumplidas por Vicente Fox a la imposición de Felipe Calderón, el PAN ratifica con los recientes acontecimientos su desprovisto interés de buscar el bien común.
Lo que ha predominado en este partido de derecha, ha sido un ejercicio autoritario del poder aderezado con mentiras para crearse una falsa imagen de legitimidad y el uso sistemático de la corrupción para acrecentar las finanzas de los panistas que se han colado en las redes de los grupos de interés que encabeza Calderón Hinojosa.
Partiendo de este perfil político del partido blanquiazul, no hay nada de extraordinario en la falta de la aplicación de las reglas internas para seleccionar a su candidato a la gubernatura en Veracruz. Buganza se equivoca al señalar en su carta de renuncia que: “El PAN que hoy se presenta es tan igual a su adversario…”. Increpando al senador habría que preguntarle en qué momento el PAN se ha diferenciado realmente de su adversario. El PAN de hoy es el mismo del de ayer, el mismo que desde que llegó a Los Pinos le ha demostrado a la ciudadanía su verdadera cara, la de una derecha que sin el menor resquemor ha mantenido las prácticas autoritarias que heredó del PRI.
Al autoritarismo, corrupción y la represión, que han sido los elementos distintivos en la acción política de los panistas colocados en los puestos de poder, hay que añadirles la burda insistencia de llevar a un nivel de políticas públicas conductas sociales propias del ámbito de la religión, acuñando una moderna forma de sinarquismo que no escatima recursos para criminalizar el aborto, satanizar los matrimonios entre personas del mismo sexo y en proteger a los curas señalados de pederastas.
Señor Buganza, el PAN del “ayer” al que usted hace referencia de manera implícita no encuentra registro alguno al momento de evaluar el ejercicio de los gobiernos, federal, estatales, y municipales, del partido al cual usted perteneció por 16 años.
En torno al escándalo mediático que ha suscitado el pacto Nava-Paredes, se puede decir que no hay nada nuevo bajo el sol, entre el PRI y el PAN siempre ha existido a una afinidad extraterritorial, relación que se ha tejido por la simpatía que ambos partidos han sostenido en mantener e intensificar el modelo económico neoliberal.
Sólo que en esta ocasión, Felipe Calderón decidió echarse para atrás en lo pactado con Beatriz Paredes, con la intención mermar la capacidad de competencia electoral del PRI rumbo a la disputa por la presidencia.
En síntesis, el panismo del ayer y el de hoy, son sinónimo de autoritarismo, corrupción y represión

*Director de la revista digital independiente Voz Universitaria
www.vozuniversitaria.org
mxraul@vozuniversitaria.org.mx

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