lunes, 12 de abril de 2010

El extravío de la política

José Emilio Lobato Corrigeux
Comentario Abierto

Los cambios políticos en México nos permiten hablar por el momento de dos tiempos en la vida contemporánea de México: el régimen unipartidario y el de la pluralidad, donde los hombres que antes se rebelaban contra el régimen unitario del PRI tenían que hacerlo en la clandestinidad para salvaguardar su integridad física, incluso su vida y el de los tiempos de la pluralidad, donde en un asomo de sensibilidad, algunos exponentes del poder sugirieron que aquellos fueran incorporados al régimen político a través de la creación de nuevos partidos políticos.
Lejos estábamos de imaginar que esta incorporación a manifestarse políticamente a partir principalmente del gobierno de Adolfo López Mateos fuera a pervertirse de tal forma que en vez de ventilarse realmente las diferentes expresiones ideológicas de nuestro mosaico plurietnico y social, se convirtieran en reductos exclusivos de apropiación grupal ya no de la distribución del poder sino del privilegio de figuras que se han perpetuado en el mismo.
De esta forma observamos como en la maraña del pluripartidismo, los actores de la política siguen siendo los mismos de hace 25 o más años que en su momento no prepararon los cuadros que habían de gobernar o representar a nuestra sociedad con experiencia y sensibilidad y lejos de eso impulsaron a botepronto a personajes a similitud de cofradías que se apropiaron de las membrecías partidarias que entre éstos y aquellos pujan por no salirse de los vagones del tren del poder, los nombres y los hombres únicamente no cambian.
No había que ser un especialista en la materia para ponerse a pensar que el empequeñecimiento de los espacios en el otros tiempos partido único en el poder, fueran abriéndose en las incipientes siglas políticas pero con los mismos protagonistas y darían lugar a la migración de estos últimos de una fuerza a otra para no perder la oportunidad de competir con el poder público, de tal forma que, en la actualidad el espectro de la democracia mexicana se desarrolla en los entretelones de las conveniencias de los grupos que gravitan al interior de los partidos políticos.
Hoy lo estamos viendo y la transfusión de militantes de una fuerza política a otra, nos muestra que se ha superado el principio de la lealtad institucional para pasar al principio de la lealtad al derecho al poder, todo menos estar fuera de él, así que no debe sorprendernos en este mundo cambiante la postulación de ex prisitas por parte de Acción nacional y la de ex panistas por parte del PRI, es únicamente la viva expresión de la indiscriminada lucha por el poder en donde las estrategias, tácticas, mañas, reglas y recursos serán ingredientes primordiales para lograr la supremacía por sobre los adversarios, donde los viejos enemigos serán los nuevos aliados y los viejos aliados serán los nuevos enemigos, en fin, así están las cosas.
En Veracruz se avizora una férrea y competida lucha electoral que servirá como laboratorio para evaluar la reciente reforma electoral y medir el nivel de madurez de la eso sí, controversial clase política veracruzana actual donde todos esperamos que se resuelva en las urnas con el repito a la voluntad popular y no a través de la judicialización de los procesos electorales.
Será interesante ver si se da una lucha irracional no solo de grupos políticos sino también entre generaciones o bien se se definen por amalgamarse para formar un todo político capaz de impedir que el sentido de la política sufra una desviación en la que el fin se convierte en el medio y es el ciudadano.
Por último, el elector habrá de demostrar su verdadero papel protagónico en las elecciones para instalar a cada quien en su exacta dimensión, es decir, que dentro de la pluralidad vote a favor de todos los candidatos de un solo partido o alianza o difiere el sentido de su voto y mas que decidir por los partidos, resuelve por los candidatos sin importar siglas, lo importante es que el ciudadano vote y participe en el proceso de la democracia electoral y no se abstenga, recordemos que si no votamos es como si votáramos en contra de nuestra democracia.
Usted tiene la mejor opinión

lo-corrijo@hotmail.com

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