Extorsión telefónica

Salvador Muñoz
Los Políticos

¿Ha recibido una extorsión telefónica?
En cierta ocasión, estando en su humilde depa, sonó el teléfono. Al responder, un sujeto con voz inyectada de amabilidad, saludó preguntando por la familia.
–¿Quién habla?
–Hablo de Estados Unidos…
No hubo más respuesta de mi parte, colgué el teléfono.
Hoy, confieso, creo haber sido víctima de una extorsión telefónica.
Durante algunos meses, recibí constantemente mensajes amenazadores.
En estos últimos días aumentaron y se hicieron más demandantes.
No importaba lugar, hora, las amenazas me llegaban.
Con exactitud no recuerdo la frase pero decía algo así:
–Si no registras tu número de celular, ¡te lo cortamos!
¡Vaya! ¡Ni Arturo Bermúdez, el del C-4 pudo hacer algo por mí!
Ya estoy registrado ante el Renaut y este sábado, descanso pero no dejo de pensar o sentirme víctima de un moderno tipo de “Extorsión Telefónica”.
Sí, porque si bien me registré, no lo hice tanto por un deber ciudadano, conciencia cívica sino por temor… temor porque me cortaran el servicio.
Luego entonces, no sé si usted esté de acuerdo, ¡fui víctima de una extorsión telefónica!
Tengo amigos que me dicen que no se van a registrar porque se sienten invadidos en su intimidad…
Respetable su opinión.
¡Ahhh! ¡Cuántos años han pasado desde que salieron los celulares!
¿Recuerda?
Traer celular antes era tener estatus, ser importante, llevarlo en el cinturón, con una funda de cuero… sonaba y quien lo traía, sabía que era el centro de atención de todos que maravillados, observaban su pose de hombre de mundo con el celular en la mano.
¡Vaya! Hasta servían como arma de defensa personal. Se les llamó alguna vez “ladrillos”.
La evolución del celular ha sido sorprendente… hoy, quien lleva un celular en el cinturón ¡se ve naco!
La moda es traer el cel de moda… en el gobierno estatal de Veracruz, si es con funda roja ¡mejor!
Hoy, con su celular, usted toma fotos, videos, oye música, manda mensajes, se conecta a Internet, ve películas, entra al Facebook … ¡ah! Y puede hablar por teléfono.
Lo curioso es que en estos tiempos, siendo más práctico y ligero, el cel dejó de ser un arma de uso personal para convertirse en el arma de quienes hacen extorsiones telefónicas… Quesque por eso es el Renaut…
Pero el lunes será crucial…
Veré de qué tamaño era mi miedo reflejado en aquellos valientes que no quisieron registrarse en Renaut ¡y que no cayeron en la “extorsión telefónica” como su servidor!

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