domingo, 6 de junio de 2010

El futuro de Veracruz

Héctor Yunes Landa

Este artículo da inicio a una nueva forma de comunicación con la sociedad, con la que pretendo compartir todos los lunes en este medio de comunicación mis opiniones, para propiciar un intercambio de ideas que aporten al debate público y sean para beneficio de Veracruz.
Es menester como inicio, reiterar en este espacio lo que he dicho en diversas ocasiones: he decidido respaldar con toda mi fuerza y convicción la campaña política que Javier Duarte de Ochoa ha emprendido en pos de la gubernatura.
La razón fundamental de esto es que toda mi vida he sido un hombre de principios y he sostenido siempre que lo importante no somos los hombres, sino los proyectos y las instituciones, pues los primeros hacen progresiva y viable la actividad humana, y las segundas la soportan y le dan estabilidad y pervivencia a la sociedad.
En este sentido, el Partido Revolucionario Institucional representa sin duda una de las instituciones que más han aportado a México y a Veracruz; es el heredero de la tradición revolucionaria que permitió edificar la nación que hoy somos, con vicios sí, pero con muchas más virtudes. El PRI no sólo sacó al país de la barbarie y la agitación caótica de una guerra civil, también fue capaz de construir las escuelas y hospitales donde nuestros niños y familias son atendidos, así como de electrificar y comunicar en pocas décadas prácticamente todo el territorio nacional.
Hizo todo esto garantizando la seguridad social a los trabajadores y propiciando el surgimiento de una gran clase media que fue soporte de la estabilidad ejemplar que hemos disfrutado; incluso, cuando perdimos la Presidencia de la República en el 2000, los priístas dimos muestra de una civilidad ejemplar y, contra muchos pronósticos, acatamos la voluntad ciudadana y transferimos la conducción de la nación sin la menor agitación o resistencia. Por todo esto, es una gran satisfacción pertenecer al mejor partido de México en el que he militado y he de seguir militando toda mi vida.
Por eso es triste ver el actual estado de la nación. Duele observar nuestra economía sin crecimiento, la falta de empleo y oportunidades de progreso y, sobre todo, la falta de seguridad pública que tiene a nuestra sociedad presa del miedo y la zozobra.
Se ha perdido la tranquilidad y la paz pública que era orgullo de los mexicanos. Se ha perdido la oportunidad de que el país crezca y nuestra nación logre un desarrollo que responda a los anhelos de nuestra gente. Se ha perdido el rumbo de una transición largamente anhelada e indispensable para México. Durante casi diez años, el gobierno federal conducido por la derecha, ha dado claras muestras de incapacidad para gobernar y lo que en los primeros seis años resultaba hasta jocoso, en los últimos cuatro se ha tornado dramático.
Queda claro que la tarea de conducir una nación es delicada y requiere más que voluntarismo. La sociedad está consciente de esto, por eso no es casualidad, sino causalidad, que haya vuelto a colocar al PRI como la primera fuerza política indiscutible, que la ciudadanía le haya conferido a través del voto la alta responsabilidad de ser mayoría legislativa, y que la voluntad soberana de la nación esté colocando al PRI camino de recuperar la Presidencia de la República.
En contraposición, pienso que con el PRI Veracruz está en posibilidades de consolidar los avances que hemos logrado y no tengo dudas de que es el PRI quien debe seguir conduciendo el cambio social y las transformaciones que nos permitan edificar un estado próspero, donde haya oportunidades para todos y la democracia y la justicia social sean una realidad inobjetable en la vida y en el hogar de cada familia veracruzana.
No es una tarea fácil ni inmediata. Hay que seguir trabajando duro, con responsabilidad y compromiso por parte de todos los actores políticos, los grupos y los sectores sociales. Es una labor que requiere mantener y preservar lo bueno e innovar y mejorar lo que haya que cambiar. Especialmente, es necesario que los participantes del proceso electoral en marcha asuman un genuino compromiso con la democracia, para que, una vez concluida la elección se deje atrás esa etapa y pueda continuar el proceso político de deliberación legislativa y conducción ejecutiva, intensos pero equilibrados y responsables, para que mantengan el rumbo de Veracruz hacia el progreso y un mejor futuro.
Javier Duarte es la síntesis de un proceso institucional dentro de nuestro partido, y es un hombre de buena fe y preparación, que tiene con qué conducir a Veracruz hacia su destino superior. Al igual que muchos, deseo que responda a ese sueño y a ese compromiso. Por eso estoy participando con entusiasmo en esta lucha.
Más allá de las pasiones partidistas está el análisis de los resultados, que en política es lo que cuenta. En Veracruz hay buenos resultados, en la República desgraciadamente no. Más allá de la filias y las fobias ideológicas o personales está el destino superior de Veracruz.

*Diputado Presidente del Congreso del Estado de Veracruz.

hectoryunesdiputado@hotmail.com

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