El rey simio

Salvador Muñoz
Los Políticos

Estamos a escasos días de elegir nuevos líderes.
Digo “Líderes” porque pocas veces son “representantes populares”.
Se vuelven inalcanzables, inasibles e intangibles… simplemente no los podemos tocar, ver o alcanzar. Pero eso sí, ellos se encargan de resolver todos nuestros problemas (y conste que no es una alusión personal al “Yo me encargo” de Yunes Linares) asumiendo el papel de eso, de “Líderes”, insisto, no “representantes populares”.
Pudiera ser inevitable… a veces no podemos evitar nuestro lado animal y seguir, como parte de la manada, a un líder… Zoon politikon.
Vaya… sin ofender a nadie y cualquier parecido es pura coincidencia, un gran sector de la sociedad y de nuestros políticos, siguen siendo de cierto modo, simios, chimpancés, gorilas que buscan y obedecen a un líder simio… pasivos, observamos a los contendientes a buscar un liderazgo y tras un choque, que a veces es para medir fuerzas o hasta sangriento, uno se asume como cabeza de manada.
El domingo, entonces, algunos habremos de votar por un nuevo “Líder”, un ser que refleje la seguridad, el aplomo, la fuerza y la valentía que todo cabeza de manada refleja…
La percepción es particular de cada quien. Unos pueden ver en el rojo esas cualidades; otros las verán en el azul y algunos más en el naranja…
Claro… habrá muchos más que se sientan Charlton Heston en el Planeta de los Simios, incapaces de aceptar el liderazgo de un chango y se rebelen.
La rebelión podría ser una anulación del voto o no votar, que para mí, es lo mismo.
Sin embargo, la apuesta de la democracia es tener a un representante popular y acabar con esos liderazgos.
Esto me recuerda a un rey simio que un día se acercó a Buda y le dijo: “Yo soy el más fuerte, el más hábil, el más intrépido”.
Buda lo escuchó y guardó silencio.
El rey simio volvió a repetirle: “Yo soy el más fuerte, el más hábil, el más intrépido y te lo puedo demostrar”.
Buda sonrió mientras lo escuchaba sin mediar palabra.
Insistente, el rey simio repitió: “Yo soy el más fuerte, el más hábil, el más intrépido y te lo voy a demostrar yendo al fin del mundo y regresaré contigo”.
Buda lo escuchó pero no le dijo nada.
El rey simio partió, empezó su recorrido; caminó y caminó hasta que perdió la noción de los días transcurridos.
Un día, sus pasos lo llevaron a un espacio plano, con cinco columnas que lo limitaban a un abismo. Observó la profundidad de éste y entendió que había llegado al fin del mundo.
Tomó camino de regreso y cuando estuvo frente a Buda, le dijo: “Fui hasta el fin del mundo y ahora estoy de regreso frente a ti… Yo soy el más fuerte, el más hábil, el más intrépido”…
Buda entonces rompió el silencio: “¿Ya te fijaste dónde estás?”
Y entonces el rey simio pudo ver que estaba en la mano de Buda y que esas columnas que observó habían sido sus dedos.
En conclusión: Ojalá que nuestro voto signifique un día tener a nuestros gobernantes en nuestras manos porque si no, ¡nos seguirá llevando la changada!
¡Ejerza su voto!

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