martes, 15 de junio de 2010

México en escabeche

Jorge Arturo Rodríguez
Tierra de Babel

Desayunamos, comemos y cenamos futbol, pos qué caray, faltaba más, faltaba menos; vaya, futbol hasta en la sopa. Qué diría mi recordable Mafalda, quien en cierta ocasión, sentada a la mesa, su conciencia le hablaba: “Señorita Mafalda. De mi mayor estima: en vista y considerando que la sopa es, tal cual sabemos, una porquería, vería con sumo agrado que no la tomáramos. Sin otro particular…” Y en eso su madre le gritó: “¡Mafalda, toma esa sopa de una buena vez!” Tal parece que eso nos grita a muchos mexicanos los medios de comunicación, que nos traguemos todo el día y durante un mes, futbol, futbol y más futbol, con todas las estupideces de comentarios y demás que le rodean, y de nada sirve que nuestra conciencia y cansancio intenten mandar tanta mediocridad televisiva a la chingada. No, sencillamente es casi imposible, pos está en todas partes. México secuestrado por el futbol. La realidad real de nuestro país que se vaya mucho por donde llegó…
En fin, que al no poder con el enemigo, pos me uno a él y pienso con Juan Villoro que el futbol es como las manitas de puerco en vinagre, es un placer especial que no tiene por qué gustarle a todo el mundo. Clarines, tons, aunque me aumente el colesterol, pos lo saboreo, al diablo el México jodido.
En todo caso, intento seguir a Albert Camus cuando dijo que “todo cuanto sé con mayor certeza sobre la moral y las obligaciones de los hombres, se lo debo al fútbol”. O ya de plano creerle al entrenador inglés William Shankly: “Mucha gente piensa que el fútbol es un juego a vida o muerte, pero es mucho más importante que eso”.
Que Laguna Verde sea un peligro latente porque tiene un equipo radiológico obsoleto, dañado o en malas condiciones, qué importa. Que se hayan muerto hace un año no sé cuantos niños en la guardería ABC y sea lo que sea lo que determine la Corte, qué importa. Que sigan las muertes por el narcotráfico y los secuestros; que suban los precios de la canasta básica; que el presi Calderón se haya ido a Sudáfrica; que se sigan gastando la lana en propaganda electoral; que sigan los dizque debates donde no dicen nada, salvo lo mismo de siempre, promesas que prometen ser incumplidas, qué importa todo eso y más… Tenemos futbol e “Iniciativa México”, pero eso es otra historia, aunque la misma pero revolcada.
Por eso, con Juan Villoro: “Hago una selección literaria posterior al siglo 17. En la portería se necesita un solitario de inquebrantable ética: Albert Camus. Los laterales deben correr bien y ser ligeros: Italo Calvino y Anton Chéjov. Los centrales deben tener dramática contundencia: Tolstoi y Dostoyevsky. El medio de contención debe mostrar resistente enjundia: William Faulkner. Los dos medios creativos deben de reinventar la fantasía: Jorge Luis Borges y Vladimir Nabokov. El extremo izquierdo debe ser un conocedor de los fantasmas: Juan Rulfo. El centro delantero, un maestro en la economía de efectos: Raymond Carver. El extremo derecho, un artífice capaz de burlar a cualquiera: Georges Perec.
“Como ven, mi equipo de clásicos modernos juega en 4-3-3.
“Su entrenador debe dominar las causas perdidas (Joseph Conrad), tener un asesor que le plantee escenarios pesimistas (Franz Kafka) y un motivador que le renueve la confianza en los misterios de la vida diaria (Jorge Ibargüengoitia)”.
Así, al menos, soportaré la sopa, pa’ luego comer manitas de puerco en escabeche.

Los días y los temas
Lo dijo Juan Antonio Nemi Dib: “Yo quiero para Veracruz, para los míos y para mí, un futuro libre de rencores, violencia desde el poder y ánimos de venganza, apegado a los principios constitucionales y en general al Estado de derecho, que parta de la realidad y no de promesas vanas, demagógicas e irrealizables, que abra la puerta a nuevas opciones y visiones, que sea incluyente, modernizador, optimista, amable”. De acuerdo, ojalá entiendan nuestros políticos.

De cinismo y anexas
El Instituto de Acceso a la Información Pública del Distrito Federal (Info-DF), rechazó un recurso de revisión de un ciudadano que solicitó conocer el peso de cada uno de los diputados de la Asamblea Legislativa, a fin de saber si estaban gordos. Pa’ qué preocuparnos, con seguridad al término de la gestión, los asambleístas se irán cabezones y de lado, pero ya sabemos por qué.

Hasta la próxima
jarl63@yahoo.com.mx

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