domingo, 20 de junio de 2010

Padres y tíos

Salvador Muñoz
Los Políticos

El día del padre siempre pensé que se celebraba en honor de San José, el carpintero, tutor de Jesús.
Bueno, al menos en México no es así…
La celebración del día del padre en este país se lo debemos a una lagunera de nombre Carmelita Tostado que no fue una “hija de la tostada” porque honró siempre a su padre una vez al año, sin fecha fija alguna (hemos de suponer que el festejo era aparte del cumpleaños).
Le hablo del siglo pasado, allá por “1930 y tantos”.
Dicen que se juntaban hijos y esposa para hacerle una comida a don Pedro Tostado Ontiveros.
El asunto llegó a los oídos de un familiar radicado en Estados Unidos, quien le comentó a Carmelita que allá, una vez al año se celebraba el día del padre… entonces empezó a germinar la idea.
Junto con un reportero, Carmelita decidió un 15 de junio de 1946, celebrar el día del Padre para todos los laguneros.
Mañanitas, mariachis, programas en radio, lectura de poema, asados y vino… ¡y lágrimas! Muchas lágrimas en ese festejo.
Así se celebró en México, el primer día del padre.
La figura del padre es curiosa en nuestra sociedad… tiene cara de proveedor, de cansado, de chelero, futbolero… también tiene cara de borracho, golpeador de su esposa, de sus hijos, de desobligado… también tiene cara de amigo, de confidente y de apoyo.
Sí, tiene miles de caras.
Creo que ya está en desuso la frase “Soy tu padre”, que más que una petición de respeto resultaba una ofensa tan similar a “chingo a tu madre”.
Pero la condición que parece que nunca habrá de acabar en nuestra sociedad, es el “Paternalismo” de nuestros gobernantes… y de algunos (si no todos) candidatos.
Lo peor es la aceptación de uno, como sociedad, a ese “paternalismo”.
Hace poco, una mujer vio a un grupo de personas que eran identificadas con algún candidato de rojo… había tumulto.
La mujer se acercó a otras y preguntó: “¿Qué están dando?”
La respuesta fue rápida: ¡Nada! Entonces, se retiró… no había “papá” que le diera su Domingo.
Somos hijos pedinches… esperamos a que nos den o pedimos.
A ciencia cierta, no sé cómo se educa a un hijo pero uno lo hace bajo la idea de que un hijo es el reflejo de un padre (aunque en nuestra sociedad es tan común que lo sean más de la madre, que cumplen o tratan de cumplir, la mayoría, con ambos papeles).
Vaya… hasta se habla de que los pecados de los padres los han de pagar los hijos…
Sentencia escalofriante, que no creo pero a veces sucede.
Como lo ocurrido hace una semana, cuando tras darse a conocer un escándalo de espionaje telefónico al Gobernador, un joven fue agredido por sus compañeros de escuela al grito de “ratero, ratero, ratero”.
Tuvieron que llegar los “bodyguards” a “rescatar” al joven para sacarlo de esa escuela…
Por supuesto, aquí no se cumplió ese adagio perverso… aquí, fue el sobrino quien pagó el pecado del tío… del Tío Fide.
¿Cuál fue su pecado?
Dejarse grabar… y eso, ¡no fue padre!

e-mail: dor00@hotmail.com

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