martes, 20 de julio de 2010

Animales y alcaldías

Salvador Muñoz
Los Políticos

¿Alguna vez se ha sentido gobernado por un burro?, ¿o a lo mejor por una bestia?, ¿quizás por un chango?
Calmen sus ansias de matador, que no me refiero a nadie en especial, más que al sentir del lector sobre sus gobernadores, extendiendo el comentario a alcalde, mandatario estatal y presidente.
Por supuesto tampoco me refiero a que los principales contendientes a la gubernatura eran calificados como animales: un delfín, un perro y un caballo loco.
El asunto es que en torno a la política prevalece siempre el dejo animal en cada uno de nuestros políticos, bien lo dice tío Fide en “2012: La sucesión” de Rafael Loret de Mola: “el buen gavilán no chilla”.
Pero, vuelvo a la pregunta… ¿alguna vez se ha sentido gobernado por un animal?
¡Vamos, reflexione!, piense en esa administración o en su jefe inmediato (que no deja de ser una especie de gobernador)…
Puede que sí… puede que alguna vez haya percibido esa sensación pero pues si así fuera, es quizás un accidente político tener a alguien en el mando que va desde unos votos, un dedazo o un tirano con poder (y empresa) que garantiza cada quincena el salario.
El asunto es cuando uno elige, por “motu proprio” al animal.
Sí… se crea o no, si hay un animal en el poder es por nuestro voto (¡tate nene! Calmen de nuevo esas ansias de matador)… generalizo no centralizo… esto es casi una ley universal o como dicen: en todos lados se cuecen habas.
Y el mejor ejemplo se vivió hace años con Cacareco, un rinoceronte negro que llegó a Sao Paulo, prestado por Río de Janeiro, para ilustrar la inauguración del nuevo zoológico.
Algo tuvo el paquidermo que causó sensación en los paulistas. Es más, hasta el dueño del zoológico empezó a dar largas para devolver a Cacareco a su lugar de origen. Total que teniendo las elecciones a la vuelta de la esquina, en un ambiente cansado de corrupción política, un periodista tuvo la ocurrencia de decir entre sus compañeros que él preferiría votar por Cacareco. De ahí, vino una ola de comentarios en los que se promovió la imagen de Cacareco. Días antes de las elecciones, entre discusiones en el Senado para saber si se quedaba Cacareco en San Paolo o regresaba a Río, partió el paquidermo a su destino y ya no pudo estar presente en los comicios: 100 mil votos obtuvo. El más votado. Años más tarde surgió la figura de Tiao, un chango que obtuvo un honroso tercer lugar con miles de votos… no recuerdo la cifra.
Pero el caso de Cacareco fue tan extraordinario que en Canadá se fundó un partido, el del Rinoceronte.
En Estados Unidos, hace algunos años se dio un caso igual de singular:
Una pequeña comunidad eligió a su alcalde y pasó a la historia como el más joven del mundo: Se llamaba Junior Cochran y fue elegido por la gente de Rabbit Hush, Kentucky, poblado no mayor de 40 familias.
El caso es que Junior Cochran era un perro labrador. El afecto por el can ganó en ese pequeño poblado.
De Brasil a Canadá y de Estados Unidos ¡a Veracruz!
Sí…, aquí en Veracruz ocurrió lo increíble.
En el municipio de Tecolutla no escogieron rinoceronte, chango o perro…
¡Escogieron a un Cobra! En masculino porque es macho.
Se trata de Javier Méndez Rivera, quien formara parte del equipo de Seguridad del gobernador y utilizara como nombre secreto para evitar pájaros en el alambre la clave “Cobra”.
Le deseamos suerte al “Cobra” en la aventura que inicia, pero más suerte a Tecolutla…, por el animal político (zoon politikon) que eligió como su representante…

e-mail: dor00@hotmail.com

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