lunes, 16 de agosto de 2010

Caos y apatía vial

Brenda Caballero
Números Rojos

¡Piiiiii, Piiiii, rrrrrrrr! ¡Animal!, ¡fijate %&$! es lo que mis oídos escuchan casi diariamente camino al trabajo, o de regreso. Es el ruido normal en las horas pico, acompañado del smog de los camiones de pasaje (que pasan tranquilamente la verificación) y si está muy pesado el tráfico, alguna que otra carambola finalizada con mentadas de madre entre los conductores.
Es el afloramiento del instinto animal del ser humano con poder detrás del volante, es más, ¡creo que yo me he ido civilizando al manejar!, he controlado mi ira y mi estrés, trato de salir más temprano y dar al menos el uno por uno, además de que nunca sabes quién está detrás del volante del otro coche.
¿Cuántos conductores no mueren por discusiones triviales al manejar? ¡Cómo olvidar el asesinato del taxista en la calle Bustamante (en pleno centro de la capital)!, es increíble que nadie haga nada al respecto, ni autoridades ni ciudadanía. No espero que haya héroes en las calles, pero sí seguridad. La gente tiene miedo, no se siente segura…, y según André Maurois “el miedo es el más peligroso de los sentimientos colectivos”.
Porque Xalapa ya no es la misma que hace unos años. La invasión de vehículos nuevos y usados crece cada día más. Se calcula que aproximadamente 150 mil carros generan tremendo caos por todas las calles desde el centro hasta la periferia. Basta con entrar al centro de la ciudad y seguritito te llevas allí más de media hora, ¡claro!, si no te toca una o más manifestaciones, como los ya célebres 400 pueblos que ahora bailan en fila a orillas de Palacio Municipal y el parque Juárez, entrecruzándose sobre los autos, arriesgándose por cien pesos, a ser atropellados, mientras sus líderes se llenan los bolsillos con dinero del gobierno.
Todos los días escucho que nuestras autoridades tienen conocimiento del problema pero desgraciadamente hasta hoy, después de varios años, siguen tratando de plantear una solución para mejorar la vialidad.
Las notas sobre informes de pavimentación por parte del ayuntamiento están a la orden del día, pero si Usted maneja y quiere tomar atajos para evitar el tráfico, seguro tendrá que regresar por donde vino ya que encontrará calles a medio pavimentar o abiertas por obras que nunca se pueden terminar.
¿Dónde están los agentes de tránsito cuando los carros se estacionan en doble fila frente a las escuelas, o cuando los conductores se pasan el ámbar, imposibilitando la circulación por alguna vía secundaria? Espero no estén recogiendo basura…
Hace unos días proponían caminar en vez de conducir, ya que se avanzaba más rápido, ¡claro que sería ideal! pero resaltaban la apatía de la ciudadanía por dejar la comodidad de las cuatro ruedas, y nuestras autoridades ¿no son apáticas?, para muestra un botón al ver como son esperados por sus choferes a la puerta de sus vehículos oficiales, en las calles de Enríquez, Leandro Valle o Zaragoza. ¿Será por eso que el cierre del centro histórico sólo es un proyecto a muy largo plazo?
Definitivamente el “hoy no circula” tampoco sería la solución pues los informes muestran que las familias cuentan con más de dos carros y pueden adquirir otro con terminación de placa y color de calcomania diferente, incrementándose aún más el caos vial por el aumento de vehículos.
Tal vez la solución sería recurrir a las bicicletas, propician el ejercicio físico combatiendo la obesidad, no pagan derechos vehiculares, no se verifican, no gastan diesel o gasolina y sobre todo se puede ver quien está detrás del manubrio.
Pero existe una desventaja si usted tiene chofer… “le tendrían que pedalear la bicicleta”.

Email:brendacaballero1@hotmail.com

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