martes, 3 de agosto de 2010

Parte de guerra

Luis Alberto Romero

La artillería priista de Veracruz entró en operaciones para defender el resultado avalado por el Tribunal Electoral del Poder Judicial del Estado, que dio la constancia de mayoría a Javier Duarte de Ochoa; paralelamente, se inició una ofensiva para repeler el ataque de panistas y convergentes.
La estrategia adoptada por el alto mando tricolor se concentra en dos direcciones: la primera tiene que ver con la defensa legal y la presentación de argumentos ante el Trife, a fin de evitar un fallo desfavorable; la segunda está encaminada a desalentar expresiones adversas, con el objetivo de generar en la opinión pública la percepción de que el triunfo no sólo fue contundente e inobjetable, sino también legal.
Y aunque la última batalla de esta guerra se librará en terrenos neutrales, como en teoría en el Trife, existe la equivocada percepción de que quien lanza golpes mediáticos, gana posiciones de batalla.
Por lo pronto, en respuesta a la ofensiva legal de PAN y Convergencia, que interpusieron ante el Trife juicios de revisión constitucional para lograr la nulidad de la elección de Gobernador en Veracruz, el regimiento de artillería priista, integrado por el Comité Directivo Estatal del partido, el representante ante el IEV y el delegado estatal, se lanzaron al campo de batalla para desacreditar las casi cinco mil pruebas que dicen tener los adversarios.
Ayer, Jesús Medellín Muñoz, Delegado del Comité Ejecutivo Nacional del PRI en Veracruz, restó importancia a la impugnación de Yunes Linares y afirmó que las posibilidades de éxito del oriundo de Soledad de Doblado son nulas porque el dictamen del tribunal estatal electoral es sólido.
Medellín Muñoz enfocó su mira a la defensa jurídica de Yunes Linares y señaló que la demanda ante el Trife no procederá debido a la ineptitud de los abogados panistas: “Afortunadamente para nosotros, los abogados que está utilizando Miguel Ángel Yunes son muy malos, tiene muy malos abogados, malos defensores…”; en todo caso, ese argumento resulta frágil porque no dijo qué pasaría si los abogados adversarios fueran eficientes.
Por su parte, Eduardo Andrade, representante del PRI ante el IEV, salió también a los medios para señalar que el candidato panista, Miguel Ángel Yunes, utiliza la calumnia y el ataque para desacreditar “un proceso legal y democrático.”
Antes, el ataque blanquiazul se concentró en los consejeros del Instituto Electoral de Veracruz y en los magistrados del tribunal estatal, quienes, de acuerdo con las palabras de Yunes Linares, "cargarán toda su vida con la vergüenza de haber pretendido legitimar el mayor y más cínico fraude electoral que se haya cometido en Veracruz".
Incluso, Reinaldo Escobar Pérez, secretario general de gobierno, entró al tema postelectoral y descartó que la impugnación panista tenga posibilidades de prosperar.
El proceso electoral -dijo- está finalizado; tenemos gobernador electo.
A los perredistas, lo valiente les duró poco, apenas unos días: José Luis Amaya Huerta, delegado nacional de ese partido, ya asomó la cabeza y mencionó que debe respetarse el triunfo de Javier Duarte.
Los perredistas aclararon que en la impugnación ante el Trife, el partido Convergencia va solo y que el PRD ya da por perdido el caso.
El parte de guerra dice que la infantería perredista ya capituló y puso tierra de por medio.

luisromero85@hotmail.com

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