martes, 10 de agosto de 2010

¿Y dónde está el Estado?

Jorge Arturo Rodríguez
Tierra de Babel

Pues la cosa no es tan sencilla. No se trata de andar de junta en junta, de reunión en reunión, de foro en foro, de consulta en consulta, de debate en debate, de echarle la culpa al indio, de dizque reconocer que estamos de la chingada y todo para qué, finalmente, sea puro desgaste de saliva y de recursos. Incluso, el asunto no es tan sólo lograr aparentes conclusiones y acuerdos para que nunca nada se concretice, a lo sumo se definan unos cuantos puntitos que ni mella hacen al narcotráfico, todo lo contrario, los maleantes hasta se cagan de la risa. La cuestión va más allá.
Miren ustedes si no, pues dijo Luis Astorga, investigador de la UNAM, que de facto existe una negociación entre el poder político y los líderes del crimen organizado, “porque de otra manera no se explica cómo hay ciertas preferencias de los grupos delincuenciales por atacar; lo vimos en las elecciones, en ciertos lugares del país hubo preferencias por eliminar y amenazar a candidatos de ciertos partidos” (El Universal/8 de agosto/2010).
Y el chucho este en investigación social, afirmó que en las operaciones del crimen organizado distintos partidos “están gobernando estados productores, en donde circula la droga hacia Estados Unidos y no hay un sólo partido político que no tenga responsabilidad en esto (...), en otras palabras, no hay nadie que pueda tirar la primera piedra, sólo hay unos que tienen más responsabilidad que otros”. ¿Qué tal, eh?
En entrevista con Ricardo Ravelo, el director del Centro Binacional de Derechos Humanos, con sede en Tijuana, Víctor Clark Alfaro, sostuvo que la desaparición de Ignacio Coronel beneficia al presidente Felipe Calderón “por su necesidad de credibilidad y reposicionamiento ante tantos embates del narco que exhiben su debilidad frente al crimen organizado”, y agregó: “el narcotráfico tiene muchos intereses; hay políticos y empresarios implicados” (Proceso número 1762/8 de agosto/2010). ¡Pero qué cosa más grande, chico! ¿En serio?
Total, que volviendo a Astorga, señaló que se requiere una visión de Estado en la que intervengan todos los niveles de gobierno, pues la clase política en las distintas regiones del país tiene tres opciones: “Aplicar la ley, asociarse con los narcos o que los traficantes se les suban a la yugular”. ¡Ay, nanita! Como que las tres opciones resultan igual, ¿no?
En fin, Alejandro Páez Varela destacó que la salud, la educación y el trabajo combatirían mejor a la delincuencia que el Ejército y las ametralladoras. Claro que sí, pero por dónde empezar, o más bien, reempezar, porque nuestra salud es precaria, nuestra educación está por los suelos y el trabajo anda de la chingada, lo que nos vuelve presa fácil, vaya, “sensibles”, a los embates de los malandrines y maleantes, de todos los bandos.
Cierto, como dijo el escritor Antonio Navalón, “toda nuestra vida está afectada por el tema de las drogas y la violencia, y la pregunta obligada es: ¿y el Estado dónde está?”

Hasta la próxima
jarl63@yahoo.com.mx

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