Gaudencio y la prueba Enlace

Luis Alberto Romero

De antología, la declaración del dirigente de la Sección 32 del SNTE, Gaudencio Hernández Burgos, quien no solo cuestiona la confiabilidad de la prueba Enlace, instrumento que representa la posibilidad de medir y evaluar el desempeño escolar, sino que deslinda a los maestros de las deficiencias de un sistema educativo que se ha caracterizado más por la mediocridad que por los grandes avances.
Para Hernández Burgos, los responsables del atraso en materia de educación son tanto el gobierno federal, que no destina recursos suficientes a este rubro, como los padres de familia, que no participan en la educación de sus hijos. Cuestionó, asimismo, que los resultados de Enlace se den a conocer a destiempo, un año después de aplicado el examen, lo cual no refleja la realidad actual de las escuelas… y ni siquiera son creíbles, dice.
Lo que no dice el dirigente de la Sección 32 es que el sindicato que él representa poco hace para mejorar la calidad de la educación en Veracruz. Los maestros, como ovejas, están organizados para buscar cuotas de poder para sus pastores, o mejores condiciones laborales, pero no para efectos de preparación y capacitación.
El sindicato magisterial es uno de los más poderosos de América; su influencia política es tan fuerte que tiene un partido político a su disposición, el PANAL, y espacios permanentes en el Congreso de la Unión y en prácticamente todas las legislaturas estatales. Sin embargo, esa fuerza no se refleja a la hora de evaluar el desempeño profesional de los docentes.
Muy fuertes como gremio, muy organizados como sindicato, mucho músculo a la hora de exigir posiciones políticas, pero desnutridos cuando se trata de proponer acciones para mejorar la calidad de la educación en un país que destina el 7 por ciento de su Producto Interno Bruto a dichas áreas de gobierno.
Excluir a los maestros de la responsabilidad que tienen en el sistema educativo resulta absurdo, porque son, finalmente, un eslabón en la larga cadena de deficiencias: nuestro país, de acuerdo con datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) se ubica en el lugar 55 en acceso a la educación, con 34 millones de personas en rezago o, de plano, en el analfabetismo.
Mención aparte merece la poca competitividad de los alumnos de escuelas mexicanas frente a estudiantes de otros países.
De esos problemas educativos no podemos excluir a los maestros, como pretende hacerlo el profesor Gaudencio, porque las limitaciones que prevalecen en las escuelas también tienen que ver con la preparación de los docentes: la última semana de julio, por ejemplo, se hicieron públicos los resultados del concurso nacional de asignación de plazas docentes 2010-2011, que planteaba el otorgamiento de más de 14 mil nuevos espacios laborales para profesionales de la educación; los aspirantes, maestros en funciones muchos de ellos, simplemente fueron reprobados: de los 145 mil 983 personas que buscaron plaza como maestros, solo 39 mil 143 fueron consideradas “aceptables”.
Y es que en las limitaciones del sistema educativo, los maestros solo pueden ser parte del problema, parte de la solución o parte del escenario; los líderes sindicales, evidentemente, han descartado las dos últimas opciones.
Volviendo al tema de los resultados de la prueba Enlace en Veracruz, las autoridades educativas y los dirigentes sindicales no se ponen de acuerdo: ayer, Víctor Arredondo, Secretario de Educación, hablaba de ese logro importante de su gestión, porque Veracruz –dijo- se ubica entre las diez entidades con más alto puntaje, a pesar del millonario adeudo que enfrenta la federación con el estado.
Veracruz, sostuvo Arredondo, se ubicó en el lugar 10; no está mal; sin embargo, ese mismo día, el dirigente de la Sección 32 manifestaba que la prueba no era creíble y que ellos, los maestros, no son los culpables de los malos resultados.
Solo faltó que Gaudencio dijera algo así como “la culpa es de todos ustedes, quién los manda a tener maestros como nosotros.”

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