miércoles, 8 de septiembre de 2010

Amor por la tierra

Arturo Reyes González
Burladero

Hay distintas maneras de expresar nuestro amor por la tierra que nos vio nacer. Así hemos podido conocer y apreciar diferentes expresiones artísticas y culturales que lo demuestran. Me viene a la mente, sólo por poner un ejemplo, ahora con el lamentable asunto de Tlacotalpan a Agustín Lara haciendo referencia a Veracruz a través de sus canciones ahora mundialmente conocidas. El ex beisbolista Beto Ávila cuando triunfo en el extranjero, dada su fama como deportista, siempre ponía en alto al puerto cuando hablaba de él. El poeta Díaz Mirón, El Bate. Jaraneros, decimistas como Rutilo Parroquín, conocido como El Decimero de los presidentes; el amigo Rodolfo Casanova cuando habla de Las Choapas donde quiera que va, escultores, artistas y otros.
Y es que el secretario de Turismo veracruzano, Ángel Alvarado Peña, nos mueve y motiva a la reflexión colectiva jarocha, al criticar a la empresa del ex gobernador veracruzano Miguel Alemán Velasco –y de paso al mismo–, Interjet, al manifestar: “Si se fueron es porque no les convino, ellos tiene un idioma nada más, es el de los centavos, el del dinero, no le tiene amor a Veracruz, no le tiene amor a nadie, tienen amor al dinero, si a ellos nos les conviene Veracruz, a Veracruz no van a venir”. Esto es, Alemán no viene a Veracruz porque le interesa el dinero; no le tiene amor a su tierra.
Vamos por partes, “…no le tiene amor a nadie”, falso, estoy seguro que a su esposa –muy guapa respetuosamente dicho– la señora Magnani le tiene mucho amor, el cual quedó demostrado a lo largo de sexenio anterior, cuando siempre se les veía juntos, sonrientes, dialogando, era algo evidente que irradiaban. Bien dicen que el dinero y el amor es algo que no se puede ocultar.
“…si a ellos nos les conviene Veracruz, a Veracruz no van a venir”. Claro, nada más cierto que eso don Álvaro, pues si se trata de una empresa privada, hecha y derecha, que lo que busca es hacer negocios y, por supuesto, se ve reflejado en dinero, en hartos centavos, y si es moneda extranjera qué mejor.
¡Claro don Álvaro! Si no se está refiriendo usted a la empresa propiedad de la extinta madre de Calcuta ni es de la fundación Teletón ni de la familia Jolie-Pitt (el apellido de ella primero porque bien parece ella trae los pantalones) dedicada al altruismo, no, es del empresario y también ex gobernador Alemán.
Es de muchos mexicanos y veracruzanos sabido que los hombres de negocios a eso se dedican, que en ocasiones por centavos no cierran un trato, que como muchas empresas cumplen con su compromiso de “responsabilidad social”, por ser parte del protocolo de acción de las empresas modernas, pero hasta allí. Por eso tienen dinero, porque suelen no regalar nada. No es caridad.
La semana pasada mi sobrino, quien estudia en el Cobaev, me pidió ayuda porque en una clase le dejaron de tarea que pensara en qué hacer, en el caso hipotético, de que en una pequeña o microempresa necesitaran equipo de cómputo y no hubiera recursos, pero que era forzoso adquirir el equipo así que había que hacer algo y que si era conveniente recortar personal, para con ese dinero comprarlo.
Yo, en un plan todavía “romántico” de la vida, le dije que no, que mejor pidiera un financiamiento o buscara otra opción. Al pasar de los días me dijo que la maestra de la clase les comentó que lo mejor y lo único era despedir personal, recortar ese gasto y ya después con el tiempo si la empresa crecía, volvían a contratar gente. Pero eso, a ver.
Entonces, he allí un claro ejemplo del deber ser de las empresas. Sí donan al Teletón don Álvaro, pero es para deducir impuestos y ayudar su imagen, nada más. ¿Y la alcaldesa Burelas?
Cierto… se pasó de bueno Fidel.

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