jueves, 23 de septiembre de 2010

La protección a periodistas

Luis Alberto Romero

Desde hace más de una década, el periodismo se convirtió en un oficio de alto riesgo en nuestro país. El grado de peligrosidad se disparó a la par que el problema del narcotráfico; ello se refleja en el creciente número de amenazas, atentados y asesinatos contra quienes trabajan en los medios informativos.
Para la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, el problema es tan grave que México ya alcanzó e incluso superó, en las estadísticas, los niveles de agresiones contra reporteros que se registran en países como Irak, Colombia o Afganistán.
Ahora, a nuestro país se le compara con naciones antidemocráticas o de alta marginación de Asia y África, de acuerdo con los informes del Instituto Internacional de Prensa, que ubica a México como uno de lo más peligrosos de mundo, para quienes se dedican a la tarea de informar.
Y es que en la última década, del 2000 al 2009, 59 periodistas fueron asesinados en México.
Sólo el año pasado, 12 reporteros fueron victimados; y este año, de enero a la fecha, la cifra mortal asciende a 14, considerando el caso de Luis Carlos Santiago Orozco, reportero gráfico de 21 años, que trabajaba para El Diario de Juárez.
Al margen de los asesinatos, la organización Reporteros sin Fronteras contabiliza otros 11 periodistas desaparecidos desde 2003, lo cual –junto con la cifra de homicidios– convierte a nuestro país en el más violento e inseguro de América Latina.
Así, México se ha convertido en uno de los países más peligrosos del mundo para ejercer el periodismo, lo cual resulta lamentable.
Por otra parte, el crecimiento exponencial de la violencia contra periodistas es fiel reflejo de un estado incapaz de dar seguridad a quienes se dedican a esta labor y no sólo ello: es reflejo, también, de un estado rebasado por la delincuencia.
Las regiones que en nuestro país registran mayor movimiento del narco son, paralelamente, las más inseguras y las más violentas para los reporteros, que literalmente reciben línea de la delincuencia –en la mayoría de los casos debido al miedo–. Y es que en algunas zonas, las amenazas son pan de todos los días en los diarios. Hay lugares donde prácticamente las organizaciones delictivas son las que deciden cuál nota entra y cuál no. Y es que bajo condiciones de amenazas o de evidente riesgo para la integridad física o para la misma vida de los trabajadores de los medios, no hay consideraciones éticas que valgan.
El caso más reciente se produjo en El Diario de Juárez, donde los editores decidieron capitular, porque en el último año dos colaboradores han sido victimados bajo diferentes circunstancias. En ese caso, resulta comprensible que la postura del medio sea en el sentido de evitar exponer a sus colaboradores al peligro del asesinato.
Por todo ello, llama la atención el anuncio oficial en el sentido de integrar un plan para la protección de los periodistas. Ayer, el presidente Calderón se reunió con representantes de la Sociedad Interamericana de Prensa y del Comité para la Protección de los Periodistas, ante quienes se comprometió a instrumentar acciones para garantizar la seguridad de los reporteros.
Dicho plan, dijo el presidente, no será un intento de control de la prensa, sino un instrumento que se utilizará en los casos de periodistas amenazados. En resumen, el proyecto resulta muy similar al modelo colombiano e incluye un sistema de alerta temprana, la creación de un consejo consultivo que permita identificar los motivos de las agresiones contra periodistas, así como reformas legales para prevenir la prescripción de los delitos.
Se analiza, asimismo, pasar al fuero federal el delito de homicidio, cuando éste se cometa contra un periodista.
Todas esas acciones, al menos en el papel, contribuirán a lograr menores niveles de inseguridad y violencia contra los trabajadores de los medios.
Falta ahora, que el gobierno ponga el mismo empeño en cuanto a la seguridad de otros grupos, porque en nuestro país, los ricos, los empresarios y hasta los profesionistas y las mujeres enfrentan factores de riesgo por la operación de las bandas delictivas que se dedican lo mismo al narcotráfico que a la extorsión y a la trata de personas.
luisromero85@hotmail.com

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