jueves, 23 de septiembre de 2010

La prueba de Vitruvio



Salvador Muñoz
Los Políticos

La longitud de los brazos extendidos de un hombre es igual a su altura, decía el arquitecto de Julio César.
Claro, había que seguir determinados pasos para que tal tesis fuera tan exacta, como los lados de un cuadrado.
Leonardo da Vinci lo vio así y de ahí surge un famoso boceto, basado en un libro de arquitectura (¿o pintura?) escrito siglos antes por Marco Vitruvio.
De los bocetos más representativos de Da Vinci, sin duda, es el hombre de Vitruvio, no sólo para el artista sino por todo lo que representa para el Renacentismo y también por el hecho de darle a su época el reconocimiento que merece el mejor arquitecto que haya tenido Roma.
Un boceto es una serie de trazos, quizás sombras y algo más, pero la esencia de ese esbozo es la idea que quiere ser forma.
II
¿Qué me diría si le digo que por 50 pesos conozco a alguien que le puede hacer un boceto de lo que usted quiera? Incluso de su cara.
¿Se lo imagina en un cuadro en la sala de su casa?
Bueno, vamos por más…
Por cien pesos le hace un personaje (el que usted quiera) a color, con detalle, con sombra, como usted quiera… Ok… le metemos 50 pesos más y van dos personajes que pueden ser usted y el ser amado.
Se le da la imagen vía correo electrónico y usted la lleva a la tienda fotográfica para que la saque al tamaño que quiera, la enmarca y créame que tendrá una obra de arte que puede adornar su casa o el regalo perfecto.
III
El amigo Samolo encontró su casa, en Puente Moreno, bajo las aguas del río Jamapa. Afortunadamente su mami logró salir antes de que el agua subiera. Perdieron muchas cosas y extraviaron a un gatito que aún buscan, pero el coraje por salir adelante, no.
Así que, pues para ir juntando un poco los gastos que vendrán, Samolo ofrece su arte con esos precios.
Les dejo su dirección de correo electrónico: http://samolo.deviantart.com/journal/35137584/
No se arrepentirán y será otra forma de ayudar.

IV
Angelina, hace unos días, hizo tortas. Ayer, espagueti y salchichas. Fueron tres kilos de pasta porque le dijeron que se hace mucha. Imagino que las salchichas fueron para acompañar el espagueti.
Desde hace varios días, Angelina se volvió cocinera de un grupo de gente que vive en las azoteas de la Carranza, allá en la zona conurbada.
Es esa gente que se quedó cuidando sus pertenencias, sus cosas… su hogar.
Su familia y ella acudieron al llamado de auxilio de una amiga suya que sólo le pidió comida.
El primer día prepararon treinta tortas.
Se citaron en la calle Ocho y la avenida Uno, en la esquina de una escuela, donde pudo bajar de la lancha que le dio un aventón desde su casa a ese punto. Sí, las 60 botellas de agua y todas las tortas no eran para la familia de su amiga, sino para la gente que se volvió vigilante de la desgracia.
La mayoría no come mucho, dicen que no quieren estar llenos porque regresan a su casa nadando. Tampoco se han puesto pesados y entienden cuando ya se acabó lo que se les lleva.
Esta mujer, que se volvió de repente cocinera, tiene razón: no se lleva comida, se lleva esperanza.
Les dejo el teléfono de ella, 2291694257 y su id 62*15*40622. Pregunten por la señora que cocina y ella les puede decir cómo pueden ayudar.
En fin…
V
Total que dice Vitruvio que si abres tanto las piernas que tu altura mengüe en 1/14, y tanto extiendes y alzas los brazos que con los dedos medios alcances la línea que delimita el extremo superior de la cabeza, has de saber que el centro de los miembros extendidos será el ombligo, y que el espacio que comprenden las piernas será un triángulo equilátero. Entonces, la longitud de los brazos extendidos de un hombre es igual a su altura.
Yo lo invito a que se haga la prueba de Vitruvio, extienda los brazos y vea cuánto puede abarcar de ayuda para Samolo, para mi amiga y para todos aquellos que hoy necesitan de nosotros… ¡Hágalo! Y entenderá por qué Da Vinci era más que un inventor… fue un gran hombre.

e-mail: dor00@hotmail.com

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