Jorge Arturo Rodríguez
Tierra de Babel
Cierto, hay de gritos a gritos, estruendosos o en silencio. Hay toda clase de gritos, bien es sabido, como aquellos gritos de mi madre mandándome a chingar a mi propia madre o el de mi profe, enérgico, pidiéndome que me calle. Están también los gritos de alegría, de júbilo, pero de igual forma los gritos de tristeza y dolor. ¿Quién no ha gritado de placer? La lista es larga, como extensa y finita son nuestras vidas.
Nomás una probadita, sin orden de aparición: gritos de auxilio, rabia, desesperación, desasosiego, euforia, indignación, triunfo, lucha, coraje, impotencia, espanto, miedo, angustia, de guerra.
Y hay más: gritos del alma, en sueños, de esperanza, libertad. En suma, son gritos de desahogo.
En estos días de inundaciones en gran parte de nuestro México querido, nos inundamos también de patriotismo, tanto que estamos prestos para el Grito de la Independencia. Cosa curiosa, no sé qué vamos a gritar, porque me dicen que lo que realmente gritó el curita Hidalgo fue: "¡Viva la religión, viva nuestra Madre Santísima de Guadalupe, viva Fernando VII, viva la América y muera el mal Gobierno!". Vaya, yo voy a gritar: “¡Muera el mal Gobierno!” y lo haré a grito pelado.
Quizás, incluso, el mero día del Bicentenario grite leperadas en contra de un gobierno y de un sistema que premia cada vez más a la idiotez y no suele ser justo con la inteligencia, como siempre quiso hacerlo Germán Dehesa.
Gritaré también lo hastiado que estoy de tanta estupidez e injusticias, corrupción e impunidad. Gritaré de tantas muertes, de tantos olvidos. Me uniré al grito de los pobres, pa’ que realmente se escuchen las voces de quienes lamentablemente no tienen nada qué celebrar, como me comentan mis cuates: Desiderio Morales y Francisco Blanco.
Gritaré, con Elsy Alpire Vaca, que no roben, que no maten, que ya basta de combate, es mejor dejar de odiar. Gritaré que la vida es una sola, que se puede ir como una ola si no se sabe cuidar.
Hago votos porque los mexicanos integremos la palabra concordia a nuestro vocabulario, “porque es lo que nos hace, aunque no estemos de acuerdo o tengamos diferentes religiones o nuestros partidos políticos sean diferentes”, dijera el tenor Fernando de la Mora.
Como expresó mi amiguita Rosalinda Morales: “México es un país de contrastes, historietas, de malos convertidos en buenos y viceversa, pero eres mi México”. ¡Feliz mes patrio!
De cinismos y anexas
Hablando de gritos, ¿cómo puedes conseguir que tu esposa se ponga a gritar después de haber hecho el amor? Fácil: la llamas y le dices dónde estás y con quien...
Hasta la próxima
jarl63@yahoo.com.mx
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