¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?

Jorge Arturo Rodríguez
Tierra de Babel

Jaime Sabines dijo: “Te recuerdo en mi boca y en mis manos. Con mi lengua y mis ojos y mis manos te sé, sabes a amor, a dulce amor, a carne, a siembra, a flor, hueles a amor, a ti, hueles a sal, sabes a sal, amor y a mí”. Luego, preciso, exclamó: “estamos en el sexo, belleza pura, corazón solo y limpio”.
Ah, el sexo… Si el sexo no fuese la cosa más importante de la vida, el “Génesis” no empezaría por ahí, me comentó Cesare Pavese. Pues creo que sí, porque sólo existen dos cosas importantes en la vida: es el sexo y no me acuerdo, me importunó cierta vez Woody Allen, cuando Groucho Marx me preguntaba que por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo. Entonces, Robert Louis Stevenson intervino diciendo “sexo: lo que sucede en diez minutos es algo que excede a todo el vocabulario de Shakespeare”.
Creo que está claro, entonces por qué empeñarnos en empañarlo todo, echarlo a perder, buscarle tres pies al gato, cuando el sexo es lo más divertido que se puede hacer sin reír, como bien me apremió Woody Allen. Desde luego, la salud sexual es el bienestar físico, emocional, psicológico, espiritual y social relacionado con la sexualidad; es el bienestar de todas las áreas de nuestra personalidad en relación con la sexualidad, de acuerdo con un trabajo de consulta de la World Association For Sexual Health (WAS) con la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud.
Este sábado 4 de septiembre, se celebra el Día Mundial de la Salud Sexual, y el presidente del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), Ricardo Bucio, señaló que “los índices de desarrollo humano de las naciones están estrechamente relacionados con los prevalecientes en temas como la inequidad de género, homofobia, corrupción y falta de acceso a la justicia, porque mientras estos sean altos, el desarrollo humano de sus habitantes es menor”. Pues ya vemos, en consecuencia, que en México estamos requetejodidos en estos y muchos menesteres.
Bucio reconoció que en nuestro país, “en materia del ejercicio de derechos sexuales tenemos mucho que hacer, pues se trata de un asunto que no sólo es legal sino cultural”. Carajos, peor tantito; así no juego, ¿eh?
Por ahí deberíamos empezar, por la educación y la cultura, lo cual me suena en chino, empezando por el terror que a muchos todavía les provoca hablar de sexo. Que el amor es la respuesta, claro, pero mientras usted la espera, el sexo le plantea unas cuantas preguntas, me recordó otra vez Woody Allen. Y no contento me asestó diciendo que el sexo sin amor es una experiencia vacía, pero como experiencia vacía es una de las mejores; además, el sexo sólo es sucio si se hace bien. Pero qué caray, mis lectores fans, recuerden que la inactividad sexual es peligrosa, produce cuernos.
Como dice aquel chistecito, ¿cuántas marcas de cigarrillos conocen?, ¿cuántas marcas de condones conocen? Si enumeraron más marcas de cigarrillos, que es lo más seguro, entonces fumen menos y cojan más. Ahí se las dejo.

Hasta la próxima
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