martes, 12 de octubre de 2010

Bomba de tiempo

Luis Alberto Romero

Poco importó a las 200 personas que bloquearon la carretera de la sierra del Totonacapan el hecho de que con su bloqueo a la vía de comunicación, detuvieran la actividad económica de ocho municipios de la región.
Lo importante para ellos era manifestarse así, como ellos acostumbran, en un zona sin más ley que la establecida por los caciques locales: realizando el bloqueo a la vía de comunicación como instrumento de presión a los Gobiernos federal y estatal para que “obliguen” al TRIFE a modificar su fallo y dar el triunfo al PRI en el municipio de Coxquihui.
Reveriano Pérez Vega, alcalde de ese lugar, movilizó a unas doscientas personas que se apostaron a la altura de la comunidad Oriente Mediodía, a fin de impedir, primero el acceso a su municipio; luego cambiaron de opinión y acordaron que tapar el paso a Coxquihui era poca cosa porque la población afectada no era suficiente. Es cuando decidieron el bloqueo a todo el Totonacapan, afectando también a los municipios de Coyutla, Espinal, Filomeno Mata, Mecatlán, Zozocolco de Hidalgo, Coahuitlán y Chumatlán.
En una región donde la única actividad productiva tiene que ver con el sector agropecuario, paralizar la circulación vehicular equivale a impedir que salgan los productos del campo a las zonas de comercialización.
El Totonacapan es una región donde tres de cada diez habitantes son indígenas y donde el porcentaje de personas en pobreza extrema es preocupante. La marginación y el rezago en el Totonacapan son parte de paisaje cotidiano.
Así, la pobreza y el analfabetismo son caldo de cultivo para que la gente sea manipulada, al grado de llegar al extremo de bloquear las vías de comunicación para defender una posición indefendible, porque a fin de cuentas, el fallo de TRIFE no cambiará: es inapelable e irrevocable.
El caso es que este lunes, envalentonados, los seguidores del alcalde de Coxquihui amenazaron con más violencia. Argumentan que defenderán “el triunfo” de su candidato, José Vázquez Martín, quien, por cierto, convocó a la resistencia civil para impedir que se lleven a efecto las elecciones extraordinarias; dice que ya votaron y que ya ganaron, por lo que no tiene caso volver a hacerlo.
Ya sólo faltó que pidieran el conteo voto por voto, casilla por casilla; el problema de eso es que ellos mismos se robaron las urnas y así, el conteo es imposible.
De esa manera defienden su voto los priistas de Coxquihui, quienes también acusan que los panistas del lugar ya se encuentran en franca campaña con el apoyo de personal de la Secretaría de Desarrollo Social, a quienes –dicen–, nadie sanciona.
Al final, los inconformes dieron por terminado el bloqueo, luego de que el ex candidato de su partido, José Vázquez Martín, informara a sus seguidores que desde Xalapa, el dirigente priista, Ranulfo Márquez Hernández, le ofreció intervenir para que las partes tengan una reunión con el gobernador del Estado, en la que supuestamente también participará León Humberto Pérez Candanedo, candidato panista.
Lo malo de todo esto es que las expectativas de los priistas de Coxquihui son demasiado altas: esperan que el TRIFE modifique su dictamen por intervención del gobernador; esperan también, que Ranulfo Márquez convenza a los panistas de arrojar la toalla y dar por perdido un caso que además los azules tienen prácticamente en la bolsa; y que por consiguiente, se reconozca como alcalde electo a José Vázquez. Todo esto, por la presión del bloqueo carretero…
Coxquihui se está convirtiendo en una bomba de tiempo y por ello es necesario que los grupos locales y el propio gobierno del estado asuman su responsabilidad y dejen de actuar como hasta ahora: los primeros, irresponsables y poco cuerdos; y el segundo, en una actitud casi contemplativa.

luisromero85@hotmail.com

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