martes, 5 de octubre de 2010

Tiembla Veracruz

Brenda Caballero
Números Rojos

Desperté con sobresalto, todos en la casa se levantaron lo más rápido posible y veía como corrían hacía la puerta, era inusual esa actitud de mi familia… había llegado un tío de la Ciudad de México, todavía traía la pijama puesta así como restos de caliche y polvo en su Volkswagen… su cara pálida desencajada y sus manos temblorosas denotaban su presencia en el terremoto de 1985.
¡Septiembre!… 25 años después… en Veracruz, no crujió la tierra, ahora fue el cielo, dejando salir agua en forma de lluvia, creando escenarios jamás imaginados donde más de un millón de personas aún piensan que están soñando al ver su patrimonio como se lo lleva el agua.
Aunque han cesado las lluvias… Veracruz tiembla.
Y es que tiembla desde el niño al entrar a su casa y sentir el agua helada a la altura de su pecho, hasta las instituciones gubernamentales al no contar con recursos necesarios para solventar las necesidades que el pueblo le demanda.
Tiembla la economía, pues se han perdido miles de fuentes de trabajo, el ganado ha sido arrastrado, los campos están inundados, los puentes rotos, incluso en las grandes tiendas comerciales se puede ver el desabasto por las compras de pánico.
Sí… hay desbasto hasta en lugares que no fueron afectados directamente como la capital Xalapa.
El fin de semana al acudir a hacer mis compras básicas a esa gran cadena comercial que prohíbe agruparse en sindicatos a sus trabajadores, esa misma que quería abrir a un costado de Jardines de Xalapa para que descargaran sus pesados tráileres y romper con la tranquilidad de sus habitantes, pude constatarlo.
Al ir al pasillo donde se encuentran los productos con el “cariño de siempre”, vi los anaqueles casi vacíos, apenas había algunos Gansitos, Chocorroles o Pingüinos, pero no había pan de caja, pan para preparar hamburguesas o hot dogs. ¡Upsss!, sentí “una gran falta de cariño”.
Tal vez tenía razón la Coparmex al comentar que debería constituirse un Fondo de Contingencia para Empresas, algo así como un Fonden, ya que sólo se veía los daños de la población en general, y aunque se otorgarán préstamos PYME, pagarán intereses las pequeñas empresas que resultaron ampliamente afectadas.
En el caso de Bimbo, el desabasto es generado por la suspensión de las operaciones en la planta Veracruz afectada por las inundaciones a sus instalaciones; y seguiremos extrañando al osito con mandil (que no mandilón), ya que la panificadora más cercana es la ubicada en Villahermosa, Tabasco, y con la región sur-sureste incomunicada vía terrestre a consecuencia del desbordamiento de ríos que dejó la depresión tropical Matthew, la provisión doble de insumos de la Ciudad de México retrasará la producción y la entrega de productos terminados.
Esta misma situación de desabasto y el miedo a otra inundación ha propiciado que la población damnificada efectúe compras de pánico en tiendas de autoservicio y abarroteras arrasando con atún, papel higiénico, leche, azúcar, agua embotellada, sopas, arroz, frijol, jugos, pañales desechables, así como insecticidas y espirales para ahuyentar mosquitos.
Las frutas y verduras han incrementado sus precios como es el tomate, la zanahoria, la cebolla, entre otros y ante la pérdida de más de 50 mil hectáreas de cultivo, hay que traerlas de la Central de Abasto en la Ciudad de México, Puebla o del norte del país como es el caso de la papa y la zanahoria, incrementándole a sus costos los gastos de flete y de combustible que, por el recorrido adicional, hasta se triplica.
Por eso, cada vez que la población damnificada de Veracruz entra a comprar sus alimentos tiembla al pagar, pues cada vez aumentan más los precios hasta tres veces como los conos de huevo.
Otra empresa que tiembla es ADO y empresas coordinadas, pues sus corridas se han visto reducidas por el cierre de carreteras en Veracruz, incluso me platicaban que en la corrida de Cosamaloapan hay un tramo de un kilómetro que se tiene que pasar en lancha y en el otro extremo espera otro autobús a los pasajeros para llegar a su destino.
El transporte de carga no ha sido la excepción, pues ha perdido más de cuatro millones de pesos diarios por el cierre de la autopista en Veracruz.
La economía en los estados afectados por los desastres naturales no dejará de temblar, incluso la industria automotriz estima una baja en ventas de 25 a 35 por ciento que equivale, aproximadamente, a tres mil vehículos menos vendidos en los estados de Veracruz, Tabasco y Oaxaca.
Pero en Veracruz los temblores siguen, y cada vez que se habla de recursos vienen las réplicas… aunque usted no lo crea tiemblan los funcionarios que, según declaraciones del secretario Reynaldo Escobar, no recibirán su bono de marcha al final del sexenio; tiemblan los burócratas cada quincena, esperando les sean depositados sus sueldos y compensaciones; tiemblan los miles de empleados de los ayuntamientos que, con los cambios, puede se queden sin chamba; tiemblan los proveedores de bienes y servicios de los gobiernos estatal y municipal, que aún no les han pagado; tiemblan los funcionarios ante posteriores auditorías de la federación; tiembla en la SEV ante las exigencias de los maestros que no les han dado una plaza; tiemblan las autoridades ante el agotamiento del fondo de pensionados…
En Veracruz tiembla tanto… que las malas lenguas dicen que el fallo del Trife con relación a las elecciones en los ayuntamientos de Veracruz y Boca del Río, así como a la gubernatura en el estado de Veracruz, ¡supera la escala de 9.2 grados en la escala de Richter!

brendacaballero1@hotmail.com

No hay comentarios: