martes, 23 de noviembre de 2010

Brindis

Salvador Muñoz
Los Políticos

El refrán reza más o menos así: “Algo viejo, algo nuevo, algo prestado o usado y algo azul”.
Esos cuatro elementos son esenciales en algunas bodas pero cuyo origen se remonta a la Edad Media.
“Algo viejo” era la simbología en la novia de la conexión con su pasado y representaba la continuidad de su matrimonio. Podía ser alguna joya de la madre, abuela o bisabuela… mientras más antiguo, mejor.
Eso era antes… hoy, “lo viejo”, si es el marido, mejor. Si no, pregúntenle a Salma Hayek.
“Algo nuevo” era la representación de la esperanza y un futuro óptimo.
Hoy, “lo nuevo” en un matrimonio, será el calzado porque lo más seguro es que lo demás “ya se haya estrenado”.
“Algo prestado o usado” era el símbolo de la amistad y el deseo de que la felicidad de los amigos o el de una pareja que prestara un objeto, se trasladara también al nuevo matrimonio.
Hoy es usual que se pida “prestado” para “echar la casa por la ventana”, aunque la manera más decente de pedir prestado es conformar “padrinos” ¡de todo!: De salón, de música, de chupe, de arreglos, de anillos, de velo, de… de… ¡de todo!
En los políticos, la moda es agarrar de padrino a un gobernador. Incluso, entre los periodistas hacer compadre a un mandatario, es una tradición.
“Algo azul”… aunque no lo crean, representaba la fidelidad de los contrayentes. Por supuesto, les recuerdo, ¡eso era en la edad media! En Veracruz, vestir de azul entre los políticos en el poder, se consideraba todo lo contrario.
En mis tiempos, los novios vivían cada quien en su casa, y una vez celebrada la boda, se iban a lo que sería su hogar. Hoy, los novios viven en unión libre, o cada quien en su casa y a veces, se casan.
Para alejar a los malos espíritus, se acostumbra a hacer mucho ruido. Quizás por eso las latas que cuelgan del carro donde se despide a los novios una vez que se festejó su boda. En los políticos, “hacer ruido”, es salir en sociales del periódico local siempre y cuando los invitados “de peso” y “de pesos” hayan estado presentes.
El tirar arroz después de la ceremonia religiosa es una forma de desearle pronta descendencia a los contrayentes… Claro que actualmente no faltan los canijos que en lugar de arroz quisieran tirarse a la dama de compañía, a la hermana de la novia o a esa desconocida que llegó sin pareja.
Eso sí, las bodas aún emocionan a mucha gente. Si no, no se hubieran casado hace unos días Cuauhtémoc Velázquez Martínez con Armida Ramírez Corral, nuestra ex alcaldesa xalapeña por un mes.
O los reporteros no le hubieran preguntado a Enrique Peña Nieto sobre su próxima boda este sábado con la actriz Angélica Rivera, la Gaviota.
Y quizás los convidados a la unión de Marisol Ramírez y Gilberto Bravo Vera hubieran disfrutado más de esta boda que de la otra “boda” que se escenificó en dicha fiesta.
¡Sí! ¡Hubo doble boda!
Por un lado, Marisol y Gilberto disfrutando al máximo su amor y por otro lado un político, descompuesto, con unos whiskyes de más, haciéndole pasar un mal rato al gobernador electo.
Sí, la otra boda que se celebró ese 20 de noviembre fue la de Tomás Ruiz… ¡La “boda-chera”!
¿Y si mejor en lugar de Finanzas va a Salud? Digo, ¡para seguir con los brindis!

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