viernes, 12 de noviembre de 2010

Gregorio Barradas Miravete: Los culpables

Claudia Guerrero Martínez
Entre lo utópico y lo verdadero

Hace cuatro años, conocí a Goyo en una conferencia de prensa de Acción Nacional Estatal. Temperamental y apasionado por la política. Quería un mejor Veracruz. Buscaba mecanismos para detener la inseguridad en el estado, entidad federativa que ya sufría de secuestros, ejecuciones, extorsiones y la proliferación del crimen organizado, por culpa un Gobierno Estatal complaciente, omiso y cómplice.
Desde su trinchera en el Congreso Federal, de San Lázaro, como diputado por el distrito de Acayucan, Gregorio Barradas Miravete me concedió una entrevista el 12 de enero del 2008, en la cual, informó su postura sobre los serios problemas en Veracruz. En ella, criticó la situación preocupante de inseguridad en el estado y la pasividad con que actuaba el Gobernador de Veracruz, Fidel Herrera Beltrán.
Al ser integrante de la Comisión de Seguridad Pública, Goyo Barradas hizo el reclamo al propio General Sergio López Esquer, a quien le pedía terminar la disyuntiva de ser militar de carrera y activo, para luego acatar las órdenes del Ejecutivo Estatal y me dijo: “Si Fidel Herrera no le da la orden de actuar y combatir al crimen organizado, él no puede hacer nada, si el propio Gobernador no hace nada por combatir este problema, que ya ha sobrepasado lo imaginable en Veracruz”.
Al darme pie, para cuestionar sobre el desempeño de miembros del Ejército dentro de Gabinetes Estatales, le pregunté si los militares han fallado en puestos como funcionarios fidelistas y comentó: “No es que fallen, el Ejército ha dado resultados, pero en el caso de López Esquer, él, al aceptar el puesto en la Secretaría de Seguridad Pública, se sometió a las órdenes de su jefe, Fidel Herrera y el propio Gobernador no ha hecho nada para combatir la delincuencia, sino al contrario, con su pasividad y benevolencia, ha incrementado estas células delictivas”.
Después de ese día, vinieron más entrevistas en los meses subsecuentes. Sus declaraciones aumentaban de tono, criticando el Gobierno de Fidel Herrera y asegurando que la delincuencia había traspasado lo imaginable en Veracruz. En esa plática periodística, presagiaba lo que ocurriría el lunes, 8 de noviembre: "Yo mismo tengo miedo de vivir en este estado, ante tanta violencia". Estas declaraciones fueron hechas el 29 de septiembre del 2008, en una entrevista abierta y sin tapujos.
Ese mismo día fue tajante en decir: "La policía ha relajado la vigilancia, pues a mí me han dicho los amigos, empresarios, y personas que tenían un negocio productivo, que mejor se van a vivir a otra parte, pues ya no es seguro este estado". Aseguró que con la extorsión, las llamadas anónimas, y con los cobros de cuotas a los vendedores informales y establecidos, la delincuencia organizada estaba tocando a personas de todos los estratos sociales. Opinó que es un análisis serio el tema e invitaba a todos los ciudadanos a que contribuyeran a pedir una respuesta a este conflicto. Enfatizó no utilizar estos temas para fines electorales como algunos dicen y sin embargo, alegó: “Alguien lo tiene que decir y me tocó a mí”.
Al dejar su curul en el Congreso Federal, se integró al Partido Acción Nacional Estatal, en el área de comunicación. Constantemente platicábamos y concordamos en temas para beneficio de Veracruz. Además, quería que el PAN, su otro amor, al igual que a su esposa Xóchitl y su pequeño hijo, cambiara y se posicionara como la primera fuerza en el estado. En corto me comentó, no estar de acuerdo con algunas acciones internas, ni tampoco con traiciones de panistas, quienes tenían un interés personal y a la larga, aseguró, afectarían éstos al candidato del PAN a la Gobernatura de Veracruz… Frases futuristas, que a la larga, fueron ciertas.
Al contender por la Alcaldía de Juan Rodríguez Clara, supo desde el principio, lo difícil de obtener el triunfo y emprendió una campaña de acercamiento con la gente. Demostró su don de servicio, amistad y sinceridad, comprometiéndose a convertir este municipio sin Ley, en una ciudad en paz, con desarrollo y cumpliría su promesa, limpiando desde adentro, para lograrlo…
Al ganar, la Alcaldía de Rodríguez Clara y su ratificación, la que aquí escribe tuvo la oportunidad de hablar con él, para felicitarlo por su triunfo. Fue una plática de amigos, en la que percibí su franco compromiso con los que votaron por él y Goyo me invitó a su toma de protesta el 31 de diciembre. “No me puedes fallar”, me dijo. Comentó estar feliz por su triunfo y gracias al apoyo de su esposa y querida Xóchitl, quien siempre lo apoyó en todo momento. En su discurso al recibir la constancia que lo acreditaba como Presidente Electo de Juan Rodríguez Clara dijo: “Gracias a todos ustedes, a todos los que participaron de lleno en la campaña, tenemos en nuestras manos la constancia de mayoría, no de Gregorio Barradas Miravete, sino de todos ustedes que eligieron este cambio, por lo que ahora me comprometo a comenzar a trabajar y demostrarles que sí se puede, que sí podremos sacar adelante nuestro municipio, no tengo palabras para agradecer a las mujeres que caminaron todos los días en las comunidades, acompañadas de mi esposa Xóchitl. No tengo palabras para agradecerle a los muchachos que nos apoyaron de manera gratuita con el sonido, a los jóvenes, a los hombres que pelearon limpiamente, a los profesores, a las distintas iglesias, a los sectores campesinos, a los estudiantes, a todos aquellos que aguantaron insultos, a los que aguantaron restricciones, a todos ustedes que vivieron esta intensa campaña que nos favoreció, les pagaré con resultados y vamos a trabajar intensamente para que comencemos a hacer los comités ciudadanos, además de estudiar las necesidades para arrancar con los proyectos, gracias por su confianza, gracias por estar cerca de mí, gracias a mis padres que son un motor importante en esta carrera de mi vida, gracias a mis hermanos, gracias a Dios por permitirme tener esta oportunidad para ustedes mis paisanos de Rodríguez Clara. Yo invito a todos los pobladores, no sólo a los de mi partido, a unirse para que el logro sea general y todo el pueblo tenga beneficios y no sólo unos cuántos. Vamos a hacer equipo, vamos a trabajar, vamos a sacar del agujero a Rodríguez Clara, vamos a impulsar Rodríguez Clara, y vamos a cambiar a Rodríguez Clara.”
Hombre abierto, sin ocultamientos, sin intereses oscuros. Era un político comprometido con su gente y su partido.
Pero no todo era miel sobre hojuelas… Su apoyo a Miguel Ángel Yunes Linares, le creó problemas y confrontaciones con panistas de otros grupos, quienes boicoteaban la campaña del candidato por la Alianza “Viva Veracruz”. Esa deslealtad, no le gustó al propio Gregorio Barradas y buscó consensar la unificación de grupos radicales, quienes eran señalados de estar vinculados con el propio Fidel Herrera Beltrán. Esto fue en tiempos electorales, cuando los aires partidistas contenían información incomprensible y la militancia e ideología se perdía en alguna negociación. Después, en los siguientes meses hubo una lucha frontal interna en el PAN Estatal y Gregorio Barradas Miravete era pieza clave en la elección de Consejeros Estatales del sur, próximos a elegirse el 14 de noviembre…
Lo que pasó ese fatídico día. El lunes 8 de noviembre, recibí la llamada de un amigo periodista. Me dijo que había sido secuestrado nuestro amigo Goyo y dos de sus colaboradores en Ciudad Isla, en las afueras de un restaurante. Me quedé helada. No lo podía creer. Me invadió el coraje y busqué comprobar la información, la cual viniendo de ese periodista, estaba convencida de ser verdad. Él nunca juega con estas cosas, pensé. Había algo de esperanza, de que fuese otro “borregazo” o mentira, de las muchas que circulaban durante estos meses electorales y de entrega-recepción.
Hablé a mi contacto en el sur, lloraba si poderle entender. Sólo oía llantos y lamentos. Me colgó sin darse cuenta. Con eso, comprobé ser cierta la información. Ahora, sólo pedía que regresara sano y a salvo. A los pocos minutos, el mismo contacto me aseguró que la policía municipal de Loma Bonita, Oaxaca, había reportado tres cadáveres dentro de una camioneta lujosa, con las mismas características del vehículo de Gregorio Barradas. Con el tiro de gracia y maniatados con cinta plática. Tenían una cartulina y fueron abandonados en una congregación de Agua Fría.
La noticia causó indignación en la comunidad, medios de comunicación y ámbito político. La dirigencia estatal del PAN se vio tibia, sin fuerzas. No defendieron a quien les dio mucho y ahora, Goyo necesitaba de su voz para exigir, que le hicieran justicia. No hubo reclamos, solo silencios… Silencios extraños y sospechosos.
Y hay sospechosas actitudes… Una de ellas es la de la Alcaldesa de Juan Rodríguez Clara Amanda Gasperín Bulbarela, quien ella, junto a su esposo, Rafael Rodríguez fueron sacados en una patrulla del municipio el día del asesinato de Gregorio Barradas; el Gobernador de Veracruz no hizo acto de presencia y sólo mandó una corona por helicóptero, como si en ese municipio no hubiesen coronas; la actitud del Procurador Salvador Mikel Rivera de evadir a los medios de comunicación y no dar pormenores de la investigación; la actitud de la dirigencia estatal al no asistir al velorio y entierro, sólo la asistencia de algunos panistas y de Miguel Ángel Yunes Linares.
Qué pasa, con todos aquellos que se decían amigos de Gregorio Barradas Miravete. Por qué creer en una cartulina con leyenda apócrifa. La actitud de los pobladores de Rodríguez Clara es de enojo e indignación y pronto, es posible, habrá culpables… Mientras, Fidel, PAN Estatal, Sergio López Esquer, Salvador Mikel Rivera, Amanda Gasperín, Los grupos panistas en Veracruz y otros, son culpables morales, directa o indirectamente de su ejecución…
Por último, te mando un saludo, Goyo, donde quiera que estés…

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