lunes, 15 de noviembre de 2010

¿Sueldo bien merecido?

Arturo Reyes González
Burladero

En punto de las 2 de la mañana de ayer lunes, la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara de Diputados aprobó por unanimidad, en lo general, el decreto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2011. Una de las novedades es el incremento en el salario de nuestro Presidente Felipe Calderón Hinojosa, quien tendrá una percepción mensual de 198,870 pesos en el 2011, lo que representa un aumento de 24.2% respecto del actual, que es de 160,000 pesos al mes.
El presidente Felipe Calderón gana cuando menos dos millones y medio de pesos netos al año. La cifra que aparece en el portal de transparencia de la Presidencia de la República reporta un total anual de un millón 761 mil 960 pesos. Pero esta cantidad no contempla las prestaciones adicionales que percibe Calderón, como por ejemplo la gratificación de fin de año a la que tiene derecho la cual se fija “en los términos que prevea el decreto que para tal efecto emita el Ejecutivo”.

Dos millones y medio de pesos anuales, libres, como dirían, de polvo y paja al año. Lo primero que me vino a la mente fue: ¿Se lo merece el presidente? ¿Es lo justo? En teoría, para la responsabilidad de dirigir el destino de más de cien millones de personas, me parece que no. Para los resultados que el presidente ha dado me parece que sí.
Cabe destacar que al aumentar el salario del Presidente de la República se incrementarán las percepciones de todos los funcionarios públicos. Así, un Secretario de Estado ganará 196,847 pesos mensuales a partir del 1º de enero del próximo año.
Prácticamente cada mes sube la gasolina, el gas, el diesel y en consecuencia los mexicanos padecemos sendos incrementos en la luz, el agua, el predial, impuestos, los transportes y los productos de la canasta básica.
¿Será porque el Presidente Calderón no paga ni el agua, ni la luz, ni el gas, ni su gasolina, que posee la visión que hoy tiene de México? Los gastos que se ejercen en la Presidencia, en los que van incluidos los de la residencia oficial de Los Pinos, se ejerce bajo criterios de "seguridad nacional". El punto es que el Presidente gana y no gasta. Se entiende que tiene asuntos de mucha mayor importancia como para ocuparse de ver sus gastos, para los cuales cuenta con una buena cantidad de ayudantes y asesores.
O sea que el Presidente no gasta y le aumentan; ahora sí vemos que todo sube, hasta el sueldo de Calderón y en un 24.2% aproximado. Y la pregunta que de inmediato me salta es: y si su salario sube, ¿por qué el de los honestos, honrados, pero jodidos trabajadores mexicanos no? ¿Por qué cuando la base trabajadora del país pide un aumento al salario se dan distintas explicaciones del por qué no y al final de cuentas se queda igual?
Usted qué opina amable lector, ¿cuánto debería de ser el sueldo de un Presidente mexicano; debería andar en un automóvil Tsuru como el Jefe del Departamento del DF, López Obrador?
¿Está usted de acuerdo con lo que Calderón percibe? Y eso es nada más el sueldo neto, sin tomar en cuenta muchos “busines” que en su nombre se deben de realizar a lo largo y ancho del país.
Sí, la responsabilidad es otra, totalmente mayor a la de millones de mexicanos, sí. Pero en esta ocasión no estamos comparando su carga con la de los ciudadanos comunes y corrientes. Estamos planteando una evaluación de lo que creemos y sentimos ha hecho con nuestro destino como país en los últimos años de su gobierno, en el que el consenso es generalizado: su desempeño ha sido mucho peor de lo que esperábamos al inicio de su mandato.
¿O es que le subieron el sueldo para ver si se motiva más y da mejores resultados? Yo hasta ahora no logro entender para qué o por qué el aumento. ¿Alguien nos puede ayudar?
Otro dato
Los once ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ganan mensualmente 347 mil pesos netos cada uno. Más del doble de lo que gana el presidente Calderón, más del 35% que los ministros españoles. Además, una vez retirados, reciben una pensión vitalicia que va de 155 mil a 255 mil pesos mensuales. Lo cual no quiere decir que se trate de un retiro total, ya que no se impide a los ministros retirados volver a ejercer su profesión de abogado en el sector público o litigando. Pueden hacerlo sin perder su pensión. ¿Realmente se lo merecen?

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