Con profundo agradecimiento a todos y cada uno de los amigos de RTV que brindaron ayuda a mi esposa y su servidor en nuestro ligero accidente en moto. ¡Son buena onda!
Salvador Muñoz
Los Políticos
Era un puente peatonal… “Era”, porque muchos lo convirtieron en un puente de esperanza.
Fidel Herrera tiene a partir de este lunes, la cuenta regresiva en ocho días para culminar su administración y la gente todavía lo busca, lo llama, lo clama y por supuesto, no faltan los paleros que lo aclaman.
Pero la gente, papel en mano, cuadro en mano, solicitud en mano, o petición en boca, hacían posible la metamorfosis en ese puente un mil 133, para darle otro matiz al que tenía en ese día y convertirlo en su última esperanza para resolver una infinidad de problemas que los rodea.
En el templete, el diputado local Américo Zúniga Martínez; doña Maru Rojas López, presidenta del patronato que hizo posible ese puente peatonal en la colonia Pomona que cruza ahora la avenida Lázaro Cárdenas; Guillermo Herrera Mendoza, titular de Secom, quien día antes, disfrutó a su familia en conocida plaza de Xalapa… dicen que estuvo enfermo, pero lo que evidencia son más canas en las sienes; como testigo de honor, Nica Melgarejo Ortiz, presidenta del Colegio de Arquitectos de Xalapa y el alcalde David Velasco, a quien alguna vez le pretendieron hincar el diente para que “le entrara a Belén cantando” con dicho puente pero pues ya no había de dónde.
Alrededor del templete, la gente, acechando al gobernador, papel en mano ¡y hasta cuadro en mano! como don Jorge A. Lara Mateos, que quería obsequiarle al gobernador un óleo sobre tela, hecho por sus propias manos, para agradecer el apoyo en el proyecto ecoturístico en Jalcomulco llamado Campamento Selva Esmeralda.
Acababa de dar su discurso David Velasco Chedraui y ya daba un paso Fidel Herrera para dirigirse al micrófono, cuando se lo gana doña Maru López Rojas, la presidente del Patronato del puente peatonal, rompiendo totalmente el protocolo establecido y a pesar de la queja del maestro de ceremonias, le cedieron el micrófono a la señora mientras la gente de Acción Social “tragaba gordo”.
Pero no, no hubo nada que ofendiera a ninguna autoridad la petición de la señora: “No queremos puestos de nidos de ratas… el puente lo defenderemos con manos y dientes”.
Doña Maru se refería a puestos de comerciantes en el puente peatonal y a que tomaran como “motel”, los travestís que hoy pululan en este tramo de Lázaro Cárdenas.
Pasado el susto, el gobernador tomó el micrófono para hacer lo que le gusta: Hablar, hablar y hablar. Y a sabiendas de que una vez terminado su discurso iba a ser la última oportunidad que tenían, los peticionarios se iban acercando más al templete.
Como doña Noemí Beatriz Reyes, maestra de primaria, que estando en su casa, vio la transmisión en RTV; rauda y veloz tomó papeles y taxi y se acercó al evento. Quiere que el gobernador la ayude con una doble plaza. Ya el 20 de noviembre le dijo que fuera a ver a José A. Ojeda Rodríguez, el subdirector de Recursos Humanos de la SEV pero lamentablemente, fue “bateada” por este funcionario. Por eso quería ver al gobernador, para que le dijera a Ojeda que la atendiera.
Eso sí, agradece con todo el corazón lo que el gobernador ha hecho por su familia: A su nuera, una prótesis; a su esposo, atención médica pues tiene cáncer; a una media hermana la apoyó para inscribirla en el Seguro Popular; las ayudó a hacer un testamento… el último estironcito era esa doble plaza.
No era la única que esperaba hablar con el gobernador. Medalla colgando orgulloso en su pecho, José de Jesús Solano Hernández esperaba solo una oportunidad. Su petición es sencilla: Una silla de ruedas especial para carreras y una computadora. No quiere todo gratis, sino una ayuda para que él y su familia completen el resto. Estudiante de secundaria, con 14 años, esperaba con sus parientes que el gober acabara el discurso. Su hermanita cargaba una jaula con un ratón blanco. No lo quiso dejar en casa porque tienen un gato. Mal augurio un ratón en jaula cuando hay tanto funcionario cerca.
No habiendo dicho la última palabra, la gente se abalanzó al gobernador con papeles en mano mientras su equipo de seguridad conformaba un cerco humano para protegerlo mientras Fidel Herrera exclamaba “¡Me van a tumbar!”
Un guardaespaldas puso en práctica sus habilidades y su codo se enterró en el estómago de un hombre que con dos niñas quería acercarse al gobernador. Ya no lo intentó. Sus ojos se llenaron de lágrimas pero quien terminó llorando fue una de sus pequeñas.
Alguna persona se quejó de que iba a perder la beca y Fidel preguntó quién les había dicho eso: “¡La de Becas!” a lo que el gobernador respondió, provocando la risa de los presentes: “¡Claudia Ramón enloqueció… le voy a llamar la atención!”
A lo mejor porque Claudia Ramón sigue soñando en llegar a una dirección de Finanzas ahora que asuma la gubernatura Javier Duarte… digo, sólo así se entiende su locura.
Pero el gober, como bien dice, “prefiero Becarios, no Sicarios”.
Como pudo, el gobernador inició el trayecto para subir a inaugurar el puente peatonal y entonces, la gente sencillamente no midió el peligro y empezó a intentar a cruzar la carretera para ganarle el paso y esperarlo al otro extremo. De inmediato, el director de Tránsito municipal, Marco Antonio López Domínguez, pito en boca se paró en la avenida y siendo ejemplo, paró el tráfico para que cruzara la gente y alguno que otro funcionario.
Por supuesto, para los automovilistas no fue de todo su agrado que les pararan su trayecto y Javier Ángel, en estaquitas blanca, echó pestes y un recordatorio clásico con el claxon.
El mariachi América arrancó y Fernando Sánchez García, el subsecretario de Gobierno, se veía satisfecho. La fiesta iba en paz y así seguiría.
Unos 160 niños del programa Superación Ciudadana, auspiciado por Grupo ADO, estaban en la parte alta del puente, acompañando al gobernador. Soltaron unos globos y confeti. ADO les regaló unas mochilas con libros…
Abajo, del lado de la colonia Pomona, Blanca Hernández, con la desesperación en las manos, esperaba hablar con el gobernador. Dice que le dio una concesión de taxi pero que una secretaria de Tránsito, de nombre Elia Preza Camacho, le dijo que así viniera el gobernador y se lo pidiera, no le daría nada. Y no era la única que lo esperaba, todo mundo estaba al acecho del gobernador, esperando que bajara del puente. Y de repente, el gober empezó a descender a trote y ya iba a doblar parte de las escaleras cuando da de golpe sorpresivamente y regresa para arriba ante el estupefacto de sus guardaespaldas y de la gente que volvía a atravesar la avenida por la carretera, poniendo en apuros a los agentes de tránsito que detenían el tráfico. Pero el regreso del gober fue para probar el paso peatonal para los discapacitados y allí empezó a bajar. Al final de su descenso, una joven chaparrita, de ajustados pants y blusa de escote generoso, lo esperaba. En cuanto lo tuvo cerca, confianzuda, lo tomó del brazo mientras que en la otra mano sostenía un folder, pero hábil, como es Tío Fide, se zafó y siguió su camino. La presidenta de la Fundación Dimensión Veracruzana, Karla Pineda Valenzuela, se quedó con las ganas.
El gober se retiró mientras un grupo de paleros le gritaba con pancartas en mano el agradecimiento a su apoyo.
Y al menos por unas horas, un puente peatonal tuvo el poder de transformarse en un puente de esperanzas para mucha gente que aún tiene fe en un hombre que tiene menos de ocho días para dejar el poder. Es innegable, Tío Fide tiene carisma y el pueblo cree en él.
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