martes, 11 de enero de 2011

Creer y actuar: no todo está perdido

Jorge Arturo Rodríguez
Tierra de Babel

Cierto, Denise Dresser, una densa neblina de miedo e incertidumbre se posa sobre el país y hace difícil distinguir el blanco del negro, el bien del mal, lo correcto de aquello que no lo es. México lindo y querido, ¿dónde has quedado?, ¿en qué te has, te han, te hemos convertido?
Y sí, es sumamente importante “retomar nuestros deberes ante el infortunio: creer y actuar. De reflexionar, aunque sólo sea un momento, sobre las siguientes preguntas: ¿Cuáles son las palabras que capturan sus creencias más fundamentales? ¿Puede nombrar un principio que guíe su vida? ¿Cuál es la verdad descubierta que lo sigue alentando? Si se preguntara “¿en qué creo?, ¿cuál sería su respuesta?” Chin, excelentes preguntas en momentos que no divisamos horizonte alguno. Sobre todo si por más que queremos ver algo bueno, se nos viene encima demasiada estupidez –iba a escribir “estupidez humana”, pero “humana” sale sobrando– que se empeña en echarlo todo a perder.
Con mucha razón Eduardo García Valseca (uno de los tantos secuestrados y pocos liberados que aún la justicia no los ha asistido), en entrevista expresó que es increíble que todos nos quedemos callados ante un sistema que está en podredumbre. Y sin embargo, García Valseca cree en un México mejor, donde no seamos cómplices de un sistema que nos ha vuelto inhumanos, tanto que el dolor y el sufrimiento ya no nos importa porque es lo de todos los días: matanzas, secuestros, corrupción, impunidad.
Dijo García Valseca que “nos hemos convertido en una sociedad hipócrita que aguanta todo eso y nadie reclama por miedo, por complicidad, por comodidad, o por importamadrismo”. Los valores ya se perdieron en México, “ya no puedes confiar en la policía, ni en el sistema judicial, muchísimo menos en los políticos, ni en el rumbo que lleva el país. En lugar de ello, el gobierno pretende crear una falsa realidad, sin tomar el toro por los cuernos, sin buscar soluciones. México va directo a ser un Estado fallido, sin duda”. ¡Glup!
Ni duda cabe, hay que ser realistas: el problema de México no va tener solución rápida, “llevará muchos años, porque estamos cosechando lo que sembramos en muchos años. Todos los días hay dolor en México, injusticias terribles. Por eso da tristeza ver que las autoridades de todo el país hacen propaganda con logros pequeños; le “echan mucha crema a sus tacos” cuando en realidad el país está invadido de crimen”. ¿A poco?
Quizás por eso Eduardo del Río (Rius) ha lanzado la campaña “¡Basta de sangre!”, a la que me uno para invitar a una movilización ciudadana en demanda de un alto a la violencia que padece el país.
Pero aun así, Denise, tenéis razón, se trata de decir creo en México: creer y actuar, declararle a México nuestro amor, no callar, gritar…
Claro, creo en mi México. Y les iré diciendo en qué más creo de mi país lindo y querido, y del mundo… No todo está perdido.

De cinismo y anexas
Ludwig Wittgenstein dijo que lo que se deja expresar, debe ser dicho de forma clara; sobre lo que no se puede hablar, es mejor callar. Es decir, que a veces más vale callar y pasar por tonto, que abrir la boca y demostrarlo, como expresó Noel Clarasó. Vaya, que en boca cerrada no entran moscas. Ahí se ven.

Hasta la próxima
jarl63@yahoo.com.mx

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