miércoles, 23 de febrero de 2011

El común dominador

Miguel Ángel Gómez Polanco
Vía Critica

México pasa por una situación que pudiera tornarse positiva si se aprende la involuntaria lección que comienza a desprenderse. Dos de los países con mayor importancia e influencia en las relaciones internacionales de México, protagonizan atípicas situaciones que con sus respectivos intereses de por medio, ponen en evidencia al talón de Aquiles de nuestro país, de donde emerge otro evento que a través del séptimo arte, complementa el examen de conciencia al que debiera someterse principalmente la sociedad.
Primeramente, mientras el presidente francés Nicolás Sarkozy actúa con sublime descaro una ofensa que ha logrado acaparar la atención de ambos países; la esencia del conflicto en disputa, derivado del tema Florence Cassez, colabora con el llamado inconsciente de una nación ávida de justicia y libertad; ambos factores condicionados y envueltos en consecuencias que para nada favorecen nuestra soberanía.
Así pues, la situación de la francesa acusada de secuestro comienza a dañar severamente la diplomacia entre dos países, que bajo la insistencia de un presidente reacio y empeñado en utilizar la confusión mediática como clara distracción, junto a la falsa habilidad de su similar azteca para evadir circunstancias que pongan en entredicho el sistema judicial de México, dividen criterios que a toda luz buscan descontrolar la percepción de la ciudadanía.
En este contexto, los antecedentes son claros: por un lado, la errática y cínica cooperación entre medios de comunicación y gobierno mexicano, en un montaje que descubrió el secreto mejor guardado del procurador de justicia Genaro García Luna como realizador audiovisual, luego de la “detención” de la pareja Cassez/Vallarta en el rancho Las Chinitas, que con la ayuda de la desvirtuada televisora de San Ángel, aumentó las dudas sobre una utópica justicia mexicana y la ayuda mediática con la que cuenta.
Además, el proceso interpuesto hacia estos dos secuestradores –de quienes por cierto, sólo se ha dictado sentencia a una, Florence Cassez– y que una vez más le “echa limón a la herida” de cientos de familias mexicanas que han sufrido del secuestro de alguno de sus integrantes, pues con una evidente manipulación del contexto que encierra a “Los Zodiaco”, ha entretenido a la opinión pública dejando que se desarrolle la querella que el presidente francés insiste en difundir y que nada tiene que ver con la consecuencias legales del caso.
Por otra parte, la vergonzosa ventilada –y muy probable motivo principal del arrebato de Sarkozy– que recibiera la ministra de asuntos exteriores de Francia, Michele Alliot-Marie, luego de saberse la intervención financiera que realizara el padre de ésta, Bernard Marie, en una empresa inmobiliaria propiedad del magnate hotelero Aziz Miled, socio de un yerno del presidente derrocado de Túnez, Ben Ali, y quien además proporcionó un avión a la familia de la francesa para trasladarse durante su estancia en aquel país, en las ya célebres “vacaciones del terror” para esta integrante clave del gabinete de Sarkozy.
De esta manera, el teatro que ha alcanzado sus momentos climáticos en el senado del país galo, con desplantes entre cancilleres, reclamos en comuna y “cerillos” indiscretos por parte de la propia Alliot-Marie, ha dejado a México en una disyuntiva que ahora se refuerza por el asesinato de Jaime Zapata, agente de inmigración y aduanas de los Estados Unidos de América, que junto su compañero Víctor Ávila fueron atacados en la carretera 57 del estado de San Luis Potosí por supuestos miembros de la organización delictiva “Los Zetas”, de quien ya se ha detenido a Julián Zapata, “el Piolín”, y ocho personas más como presuntos responsables de dar muerte al citado elemento norteamericano.
Sin embargo, aun cuando la secretaria de seguridad interna del país de las barras y las estrellas, Janet Napolitano, ha manifestado su confianza en el arresto de “El Piolín”, además de reiterar el apoyo que su país proporciona al gobierno mexicano para aclarar el caso; la situación deja ver, una vez más y al igual que con Cassez, los dudosos procedimientos en los que basa sus logros la justicia mexicana, a sabiendas de los antecedentes que existen con otras víctimas de quienes de repente, dejan de verse en los medios de comunicación.
Estas dos acciones, inevitablemente han tensado las relaciones con Francia y Estados Unidos. Incluso se podría decir con los segundos, se han tocado fibras más delicadas pues ya había antecedentes de agentes asesinados en territorio mexicano, como el sucedido en 1985 con el enviado de la DEA, Enrique “Kiki” Camarena, a manos del Cártel del Pacífico; por lo que una vez más surge la pregunta de si México tendría que replantearse seriamente la severa crisis de inseguridad que lo aqueja y que en determinado momento, pudiera causar una ruptura sensible y definitoria con estos u otros países y no sólo con el pueblo mexicano.
Y por si estos hechos fueran insuficientes para justificar lo que pretende explicar este panfleto, otro elemento surge para el objetivo: el documental “Presunto Culpable” realizado por los “Abogados con Cámara”, Leyda Negrete y Roberto Hernández –que por cierto, ha tenido insufribles problemas para su distribución– en el exhiben las deficiencias del sistema penal mexicano, aprovechando un recurso contenido en la Constitución Mexicana que define a todos los procesos judiciales en nuestro país como eventos abiertos a los que cualquiera puede tener acceso.
La historia narra las desavenencias de Antonio Zúñiga, quien es acusado de homicidio y que sin pruebas fehacientes del crimen que se le imputa, comienza un camino apoyado por los dos realizadores del film, que además son abogados, con la meta de desenmascarar las irregularidades entorno al caso y por ende conseguir la libertad de “Toño”, apostando por el despertar de las conciencias de la sociedad mexicana, con un ejemplo real del desempeño de las autoridades.
Por estas razones, ofrezco a su criterio considerar cuál vendría siendo el vínculo entre sí. Tal vez sea un sistema manoseado por diversas élites de nuestro país y desatendido por la ciudadanía en general. O quizás por otro sistema que además de sembrar serias dudas en los mexicanos, ahora evidencia una “presunta” incompetencia a nivel internacional, sirviendo de complemento a los métodos de manipulación popular de otros países. O tal vez un sistema que más allá de generar confianza, genera miedo, incertidumbre y muchos titubeos.
De lo que sí estoy seguro es que al final se tratará de un sistema judicial mexicano que en estos momentos está a prueba y se presenta ante nosotros como un común dominador de voluntades que sólo puede componer su camino con el interés y participación de los ciudadanos, exigiendo, abogando, informándose; creyéndonos nuestro papel y ser verdaderos mexicanos.
¿O ustedes que piensan?

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