martes, 22 de febrero de 2011

Las coincidencias políticas

* Agenda con la Federación
* Camino despejado a Ebrard


José Ortiz Medina
En Corto... sin Cortes

Aunque podría ser de otra manera —porque hay casos de parejas disparejas— el ejemplo de la sintonía política del gobernador Javier Duarte de Ochoa y su esposa Karime Macías de Duarte es digno de un comentario.
Estudiando Derecho en la Universidad Iberoamericana, en México, Karime conoció a Javier.
En el 2000 se graduó con la tesis “Naturaleza Jurídica del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), reflexiones jurídico-sociales”.
Y en 2001 decidió irse con Javier a estudiar a España la maestría en “Derecho, Economía y Políticas Públicas” en el Instituto Universitario Ortega y Gasset, y después el Doctorado en “Economía e Instituciones” en la Universidad Complutense de Madrid.
Las carreras académicas de la pareja han sido coincidentes. Seguramente en lo personal o familiar tienen también muchas coincidencias.
Lo que al columnista llama la atención es la coincidencia en la perspectiva política, y para muestra un botón de ejemplo.
Ayer, el gobernador Javier Duarte de Ochoa —en una inercia que ya no es novedad sino algo natural de su actuar público— se reunió con el Secretario de Comunicaciones y Transportes (SCT), Dionisio Pérez Jácome Friscione, donde se acordaron grandes acciones para obras de infraestructura y planeación que repercutirán en la vida de los veracruzanos.
Por la tarde, tuvo un encuentro con el ingeniero José Luis Luege Tamargo, Director General de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), en sus oficinas de Insurgentes Sur No. 2416.
Desde que inició su gobierno Javier Duarte ha mantenido esa inercia de buena vibra y relación con el gobierno federal.
Y ayer, también en la ciudad de México, la señora Karime Macías de Duarte, presidenta del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), en Veracruz, se reunió con la presidenta del DIF nacional, Margarita Zavala, esposa del Presidente Felipe Calderón Hinojosa.
Al acudir a la XXXIX Reunión Nacional de Directores Generales del DIF, la esposa del gobernador Javier Duarte de Ochoa saludó a la señora Margarita Zavala, con quien dialogó sobre la importancia de unir esfuerzos en la lucha contra la pobreza y en la atención a las familias más vulnerables de Veracruz y el país.
La esposa del gobernador Duarte dijo que la coordinación entre los tres órdenes de gobierno es fundamental para alcanzar mejores resultados en la asistencia social.
Ni hablar, la señora Karime, al igual que su esposo Javier Duarte, han tenido la sensibilidad política para sumar en pro del pueblo veracruzano.
Por todos los frentes, la relación del estado con la Federación sólo traerá buenos dividendos sociales para Veracruz. No hay de otra.

UN EPISODIO MÁS en la lucha por el poder que emprendieron desde hace tiempo Andrés Manuel López Obrador y los chuchos perredistas, encabezados por su actual líder nacional, Jesús Ortega, es el anuncio realizado el pasado domingo por AMLO, en el sentido de que éste pedirá una licencia para alejarse de manera temporal del PRD. La respuesta no se hizo esperar, pues ahora el diputado federal e integrante de la Comisión Política del PRD, Jesús Zambrano, adelantó que no le otorgarán dicha licencia a López Obrador, y en términos claros, dijo que “se es o no se es... se quiere o no al PRD, no hay términos medios”. Este desprendimiento de AMLO con el PRD era cuestión de tiempo, pues desde que perdió Alejandro Encinas la posibilidad de dirigir al PRD nacional López Obrador sabía que nada podía conseguir de ese partido estando al frente Jesús Ortega. Ahí se le fue la última oportunidad de ser el abanderado perredista para la Presidencia de la República en el ya próximo 2012. La cada vez más cercana concreción de una alianza del PRD con el PAN para las elecciones en el Estado de México este año apresuró la decisión de López Obrador de separarse del Sol Azteca y buscar la candidatura presidencial cobijado por el Partido del Trabajo y por Convergencia, aun cuando bien sabe que son partidos sin una gran estructura partidista a nivel nacional, lo que lo va a colocar en una franca situación de desventaja.
En tanto, se le despeja el camino a Marcelo Ebrard para competir en 2012 por el PRD, más si el jefe de Gobierno capitalino estaría dispuesto a aliarse con los panistas, siempre y cuando éstos decidan apoyarlo como abanderado a “la grande”, algo que no se ve tan descabellado, dada la “luna de miel” que viven estos dos partidos. Porque en verdad que la caballada está flaca en el PAN. ¿Cuáles diez prospectos? Ni Ernesto Cordero, ni Javier Lozano, ni Josefina Vázquez Mota, ni Gustavo Madero, bueno, ni Santiago Creel tienen el suficiente peso político para competir, al menos en estos días, con un muy bien encumbrado (gracias a la televisora de Emilio Azcárraga) Enrique Peña Nieto. Ante este pobre escenario, un posible as bajo la manga podría ser que busquen a su candidato en las filas ciudadanas, para lo cual Juan Ramón de la Fuente podría ser una excelente opción, aunque faltaría saber si el ex rector de la UNAM aceptaría abanderar la causa panista. Por su parte, al actual gobernador mexiquense le falta todavía pasar lo que podría ser tal vez su último examen, antes de obtener la candidatura tricolor por la Presidencia de la República. Pues de perder la gubernatura mexiquense en las elecciones de este año de manos de los probables aliancistas PAN-PRD, a Peña Nieto se le podría caer dicha candidatura y por ahí podrían tener su oportunidad Manlio Fabio Beltrones, Beatriz Paredes y el mismo Humberto Moreira, desmarcándose a tiempo de la dirigencia nacional del PRI. Aunque aquí cabría cuestionar si realmente el grueso de los priístas, especialmente los gobernadores tricolores, quieren que el PRI regresa triunfador a Los Pinos, pues estos mandatarios priístas dejarían de ser lo que son desde que no tienen presidente de la República: auténticos señores feudales, dueños de todas las decisiones y presupuestos estatales, y entonces, de ganar el PRI en 2012, volverían a ser simples alfiles del Señor Presidente de la República. ¿A qué jugarán?

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