Salvador Muñoz
Los Políticos
Oigo por la tele que dicen: “Ven al carnaval más alegre del mundo”... mi pensamiento se traslada al sur, muy al sur del continente: Brasil.
Sí, ódienme queridos jarochos pero no lo pude evitar... el pensamiento me traicionó.
Por supuesto, nunca he estado en el carnaval carioca... lo más cerca que estuve de esa festividad fue una vez que pasé a un lado del sambódromo aunque he de ser sincero, me emocionó más ver el Maracaná.
Una sola vez he estado en el carnaval de Veracruz... tenía unos 17 años y me fui con unos amigos de la prepa.
Disfruté del hotel “Camarena” y entendí lo que es un despertar en la playa: ¡Un pinche frío!
Tomamos y comimos lo que nuestra raquítica economía nos permitió.
Caminamos por las calles porteñas viendo la alegría de la gente con la música pero, perdónenme de nuevo: No me quedaron ganas de volver.
¿Por qué?
Mucho ruido, mucho ebrio, mucho conflicto y quizás lo peor: ¡Mucha gente! mi sentido fatalista me dice que donde hay un “gentío de gente” es inherente que también haya peligro.
Y conste que entiendo que en el Carnaval hay permisividad para todo, para gozar un estado de descontrol universal y dar rienda suelta a nuestras pasiones humanas.
Sin embargo, estoy aún más en desacuerdo que la quema del mal humor esté representada por el huracán “Karl”, un fenómeno natural que si bien causó mucho daño, más daño han hecho las personas a nuestro entorno... pero los porteños han de entender mejor que yo tal decisión.
¿Qué nos queda? Pues nada más observar y preguntarme si la gente usa máscaras y disfraces en esta fiesta carnestolenda.
En serio... no lo sé. Cuando fui, no vi a nadie con máscaras o disfraces... y entiendo que estos dos aditamentos son parte de ese juego de permisividad total para el desmadre.
De gustarme el carnaval, créanme que yo iría disfrazado del sorprendente Hombre Araña pero... nuestros funcionarios y políticos ¿qué disfraz o máscara utilizarían?
* La mayoría de los fidelistas utilizarían la máscara que desde hace tres meses vienen usando: La del Duartismo.
* El disfraz de Danilo Alvízar sin duda alguna sería de Judas con su respectiva bolsa con 30 denarios.
* Rey Escobar Pérez se disfrazaría de lo que hasta el momento lo ha hecho: De Procurador de Justicia.
* Carolina Viveros usaría una máscara de Demócrata.
* Memo Herrera no usaría disfraz ni máscara... sino una mascarilla de Yogurth con miel y unos pepinos para las ojeras, para seguir con cutis terso.
* Jorge Carvallo utilizaría el mismo disfraz que ha usado desde que llegó a Veracruz: De jarocho.
* Fidel Herrera Beltrán cumpliría su máximo sueño: Disfrazarse de Bombero.
* Marcos Theurel se disfrazaría de Michael Douglas para ir “En Busca de la Esmeralda perdida”... de tarea.
* Raúl Arias Lovillo tendría el dilema de usar una máscara del Economístico o de la nueva versión del luchador de Oro y Plata: Sin cara... para decir en qué se fueron los millones desviados que detectó la Auditoría Superior de la Federación.
Pero como dice Manuel Lila de Arce, el turismo sexual se hará presente en estas festividades así que no le extrañe que más de un funcionario (y hasta periodista) use el disfraz más temible que puede haber en un carnaval... ¡el de víbora de cascabel!
¿Cuál es ése?
Uno muy vistoso y económico: Que consiste en despojarse de toda ropa para quedar en cueros. Agarrar una sonaja de buen tamaño y clavarla en salva sea la parte y ahora sí ¡el carnaval llegó llegó! ¡el carnaval llegó llegó!
e-mail: dor00@hotmail.com
twitter: Los_Politicos
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