miércoles, 13 de abril de 2011

Jugando al payaso para poder comer

Jorge Arturo Rodríguez
Tierra de Babel

No sé si tenga razón el escritor español Ramiro de Maeztu cuando dice que quizá la obra educativa que más urge en el mundo sea la de convencer a los pueblos de que su mayores enemigos son los hombres que les prometen imposibles. No lo sé, la verdad, pero en mi caso que no creo ni en mi sombra, ¿cómo carajos he de creer a nuestras autoridades y políticos quienes casi siempre prometen imposibles?
Pero en cuanto a esto de la educación, el ex embajador Héctor Vasconcelos, hijo de José Vasconcelos, creador de la Secretaría de Educación Pública (SEP), en entrevista expresó que el sistema educativo mexicano vive un conjunto de “tragedias”, entre las cuales existe un “entreverado perverso” entre educación y política, que ha hecho imposible que ocurran reformas de fondo para formar a los ciudadanos que México necesita. Lo que ahora tenemos es un “aparato de operadores políticos”, una “mercancía política que se ofrece a los candidatos y a los partidos, pensado solamente en los intereses de la dirigencia del sindicato”. ¿Será?
Las otras “tragedias educativas” son el analfabetismo, la falta de oportunidades para muchos jóvenes y un Estado laico vulnerado. No, pos sí.
En entrevista con El Universal (4 de abril de 2011), Héctor Vasconcelos sostuvo que la educación nacional se encuentra en una situación de postración; una educación pública atrapada por un sindicato que utiliza su poder, su peso para ofrecerlo al mejor postor político. ¿En serio?
Héctor señaló que “son los factores políticos los que siempre se entrometen e inciden en que no haya una reformulación de fondo en los programas y en el ejercicio de la tarea educativa. Todo ha sido corrompido por la política, gracias a un liderazgo de un Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación que se ocupa más de política que de educación”. ¿A poco, Elba Esther Gordillo?
Para Héctor Vasconcelos el problema es que los proyectos, sobre todo educativos, debieran ser transexenales, no sexenales. Y tiene razón: desde hace tiempo todo se ha medido en lo que Salvador Novo llamaba, el sistema métrico sexenal, “esto es uno de los grandes problemas en el país, que no puede haber proyectos de largo plazo y cuando los hay, cuando se esbozan, la siguiente administración hace todo lo posible por liquidarlos, simplemente porque pertenecía a un grupo político diferente”.
Y Héctor añadió: “Creo que a todos los gobiernos de las últimas décadas hay que reprocharles que la educación se encuentre en las condiciones en las que se encuentra, y en no haber podido generar respuestas de fondo a la problemática del magisterio nacional, en la educación de los niños y jóvenes”.
Y enfatizó: “El modelo económico que hemos tenido en las últimas décadas claramente ha fracasado, claramente no da para más y el resultado son los millones pobres mexicanos sin educación y sin empleo, que por otra parte se vuelven carne de cañón de la delincuencia organizada”.
Quizás por eso tengamos que unirnos a Elías Mussali Bissu, de 13 años de edad, quien durante una comida con la comunidad judía en México, expresó al presi Calderón: “Como hijo de esta Nación y en estos momentos voz de los niños de mi edad, quisiera pedirle que ningún niño mexicano se quede sin la posibilidad de estudiar, porque cada vez que veo a alguno de ellos en la calle pidiendo limosna, limpiando los parabrisas de los coches, o jugando al payaso para poder comer, mi corazón se entristece”.
Ahí se ven.

Hasta la próxima
jarl63@yahoo.com.mx

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