jueves, 19 de mayo de 2011

Las andanzas de Víctor Ego

* Los médicos de semana inglesa
* Respeto a migrantes: J. Duarte


José Ortiz Medina
En Corto... sin Cortes

Dicen que la esposa del marqués no sólo debe ser honesta sino parecerlo.
Lo anterior viene a cuento por uno de los funcionarios de la administración pública estatal cuya calidad moral arroja más dudas que certezas.
Nos referimos, por supuesto, a Víctor Hugo Alarcón Limón, quien en el pasado sexenio se desempeñó como director de la Coordinación Estatal de la Junta de Mejoras.
En esa dependencia fue muy cuestionada la abultada deuda que tenía con grupos musicales a los que, hasta donde sabemos, nunca les pagó.
En otras palabras, a los modestos músicos les aplicó la “fideliña”, o sea, los agarró de tarugos.
Además, se sabe que a toda costa estaría usando el poder que le confiere el cargo público para proteger a su hermana, Themis Alarcón Limón, quien se habría visto involucrada en el fraude de las casas que supuestamente iba a respaldar la Unión Europea.
Esto lo sabemos porque en los últimos meses de la anterior administración municipal de Coatepec, eran muchas las personas que iban a buscar a la funcionaria a su oficina, pero la astuta Themis se hizo ojo de hormiga y sólo cobraba a escondidas su cheque quincenal.
Pero eso no es todo. Alarcón Limón es también primo de Javier Limón Segovia, quien junto con el senador perredista Arturo Hérviz Reyes, la misma Themis Alarcón Limón, entre otras personas, habrían cometido el fraude del siglo al recibir millonarias cantidades y no entregar las viviendas reguladas por una dichosa Sofom.
Diría Pompín Iglesias, “¡qué bonita familia!... ¡qué bonita familia!”.
Hace poco, Alarcón Limón anunció pomposamente que tras realizar exámenes de confianza, despidió a 34 agentes de esa corporación.
Con ese cuento, el señor Alarcón Limón nos quiere vender el rollo de que ya se erradicó la corrupción cuando en los hechos los ciudadanos sabemos que no es fácil eliminar de golpe y porrazo añejos vicios que se han enquistado en dicha dependencia.
Dicho sea de paso, tampoco sería mala idea averiguar bajo qué criterios serán contratados los agentes que suplirán a los despedidos. No sea que el señor Alarcón meta a sus cuates o familiares.
Y es que hace algunos meses fue cuestionado el hecho de que en su natal Coatepec, Víctor Hugo designó como delegado a Jesús Sánchez Limón.
De inmediato el director de Tránsito se apresuró a negar que Jesús fuese su pariente.
Pero no basta con que Alarcón lo niegue. El Órgano de Fiscalización Superior del Estado (Orfis) debe investigar si realmente hay un lazo consanguíneo.
O ya de perdis deberían aplicarle un examen genético (ADN) al buen Chuchito pues no se necesita ser muy inteligente como para percatarse de que Sánchez Limón tiene la misma jeta de Víctor Hugo.
Ojalá que nos equivoquemos pero el gobernador Javier Duarte de Ochoa está a tiempo de colocarle una lupa a la dirección de Tránsito y su titular, no sea que al rato haya un escándalo de corrupción de proporciones inimaginables.
Por último, Víctor Ego (por su soberbia) ha sido un pésimo operador político pues se le han salido de las manos diversas propuestas en materia de servicio público de pasajeros, en su modalidad de autos de alquiler.
Primero, ante las constantes quejas de los dirigentes de organizaciones de taxistas, en estos días se tuvo que dar marcha atrás a la reforma que prohibía a los concesionarios de taxis heredar dicho permiso a sus familiares.
De igual forma, no se le avizora mucho futuro al programa “Un día sin taxis”. Aunque en breve dicho plan será implementado como prueba piloto en algunas ciudades, lo más seguro es que Alarcón Limón también termine reculando.
Y qué decir de la idea de cambiar de color las unidades. Ya algunos líderes transportistas como Rubén Barrera Ordóñez, ya le mandaron a decir al titular de la DGTyT que si él va a pagar los 2 mil pesos de la pintada pues encantados de la vida, pues de lo contrario, lo van a mandar a freír espárragos.

DURANTE LA VISITA de estado que realizó ayer el secretario de Gobernación José Francisco Blake Mora, el gobernador Javier Duarte de Ochoa le dijo, en la estación migratoria de Acayucan, que en Veracruz trabajamos de manera coordinada con la federación en la atención a migrantes. Precisó que esa estrecha relación, esa vinculación entre los gobiernos estatal y federal, ha permitido dar resultados concretos a la sociedad veracruzana. Duarte de Ochoa felicitó a los diputados que aprobaron la reforma constitucional federal en materia de derechos humanos y dijo que Veracruz se suma a este esfuerzo y apoya la firme decisión del presidente Felipe Calderón Hinojosa.
Y es que la visita del Secretario de Gobernación pone el punto en la llaga de una de las preocupaciones del gobierno estatal en materia de respeto a los derechos humanos de quienes por diversas circunstancias llegan a la entidad. “En Veracruz trabajamos porque se respeten las garantías individuales de los migrantes y sus derechos humanos, en su aspiración por buscar mejores condiciones de vida más allá de sus fronteras”.

DEBIDO A LAS constantes quejas registradas en la mayoría de las unidades médicas del Sector Salud, el contralor del estado, Iván López Fernández, inició auditorías técnicas y administrativas para verificar el funcionamiento de las clínicas y hospitales veracruzanos. De acuerdo con la información que posee el servidor público, entre las quejas más recurrentes se encuentran malos medicamentos y pésimo trato del personal médico hacia los pacientes y sus familiares, lo cual se presenta incluso en el Hospital General de Alta Especialidad de Veracruz. Sin embargo, si López Fernández se aleja de las grandes ciudades encontrará que además de estas constantes, se reporta otro tipo de quejas, pues en la inmensa mayoría (para no asegurar que en todas) de las unidades médicas ubicadas en las pequeñas y medianas poblaciones los médicos laboran en estricta semana inglesa, es decir, de lunes a viernes, por lo que la gente que tiene la mala ocurrencia de enfermarse o accidentarse un sábado, domingo o día festivo, simplemente no tiene quién la atienda. Los médicos se van a sus lugares de origen y por lo general no se quedan galenos de guardia para atender a la población enferma los fines de semana. Asimismo, muchos de estos médicos de semana inglesa son inexpertos, con nula experiencia y pésima preparación, por lo que no pocas veces incurren en negligencia y sus recetas, como ellos, son “muy chafas” y en caso de haber medicamentos en la farmacia de la unidad, no los curan. Por ello, el contralor deberá meterse a fondo en esta problemática, si realmente quiere resolverla.

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