¿Qué pasa con los Centroamericanos?

Fernando Hernández Fernández
El Marcaje

Realmente ya me preocupé. El tema de los Juegos Centroamericanos y del Caribe 2014 en Veracruz no está tan fácil como parece y más porque se está a tres años del comienzo y no se tiene nada.
O sea, sí hay cierta infraestructura, porque es con la que ya cuenta la entidad, y que es más de lo que contaba Mayagüez en la pasada edición, pero eso no es una garantía, más allá de que se sabe que se deben hacer remodelaciones y adecuaciones.
La bronca se viene a la hora de levantar nuevos escenarios y en la organización interna, porque a los nuevos manejadores del Fideicomiso de los Juegos, así como al director general de los mismos, David Velasco Chedraui, se le viene una avalancha de cosas que habrá de resolver.
Los argumentos han cambiado mucho en un corto tiempo, desde que la hoy alcaldesa xalapeña, Elizabeth Morales García, encabezaba la organización de los JCC-2014.
Lo primero es la cuestión económica, porque el titular de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deportes, Bernardo de la Garza, aseguró que el Fideicomiso ya tiene en sus arcas 250 millones de pesos, contradiciendo a Velasco Chedraui que afirmó sólo tener 100 millones y que restaban por llegar 138 millones, correspondientes a la partida destinada por el Gobierno Federal en 2010.
Es decir, los números no cuadran y aunque ya estuviera esa cantidad en la cuenta veracruzana, estarían volando 12 millones de pesos.
Para colmo, Bernie dice que lo correspondiente para este 2011 es de 200 millones, mientras que Vicho afirmó que serían 170, aunque si le dan 30 más no creo que se enoje.
Y el ex niño verde remató con una frase que refleja perfectamente lo que sucede actualmente en torno al evento: “Esperemos que esto arranque y que se vea una dinámica distinta, porque la aplicación de estos recursos ha sido más lenta de lo que debería ser, hay mucho tiempo aún y tal vez por eso la gente está muy relajada, habrá que ponerse las pilas para después no estar con los dedos en la puerta”. Qué chulada.
Luego viene el asunto de la pista de canotaje en Tuxpan, casi descartada para ser subsede, así como los municipios de Córdoba y Orizaba, con el pretexto de que el Comité Olímpico Mexicano no quiere que los atletas viajen mucho y se topen a diferentes climas y alturas.
Me llama la atención que sea ahora cuando salgan estos argumentos, cuando en antaño Elizabeth Morales siempre ponía de escudo el recinto en el norte veracruzano, al que ya se le ha invertido y tiene un Comité que desconocía que no entraban ya en planes para los Juegos.
Ahora, en el caso de Orizaba, allí se dio un compromiso de levantar un estadio, parecido al Victoria de Aguascalientes, para los Albinegros de la Liga de Ascenso, incluso con la intención de candidatearlo como sede de algunos partidos para el Mundial Sub 17 de este año en nuestro país. A ese inmueble le destinarían 20 millones de pesos de inicio, porque aprovecharían que el presunto dueño del equipo, Fidel Kuri Grajales, gestionaría recursos como diputado federal, y por ende daría el recinto al Gobierno del estado.
Pero con todo lo que ha sucedido en torno a la franquicia chayotera y su virtual mudanza a Boca del Río, es muy posible que la construcción se quede como está, con unas cuantas piedras y ya.
Ahora sólo queda esperar a la nueva redistribución de los dineros que haga el Fideicomiso, que para el 15 de mayo ya tendrá en su poder el mentado Plan Maestro, y tras esto no deberían existir más pretextos para estar detenidos, no vaya a pasar lo que en Guadalajara, que a cinco meses de comenzar los Panamericanos están en peligro porque su Villa fue parada en su obra por supuesto mal uso de suelo.
Aquí ni sabemos dónde estaría.

Hasta la vista.
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