viernes, 6 de mayo de 2011

Que alguien le hable al Presidente

Arturo Reyes González
Burladero

¡Por favor, que alguien haga algo, que alguien le mande un mensaje, que le informe y le hable con la verdad al Presidente!
Lo sucedido el día de ayer con la Marcha por la Paz a la que convocó el poeta Javier Sicilia, cuyo hijo fue asesinado junto con otras seis personas en Cuernavaca, no puede ni debe ser minimizado por las descalificaciones que hacia su persona se han hecho, donde se le acusa de vínculos con delincuentes y su condición de drogadicto.
No se puede invalidar así nada más, a la ligera, a alguien por su pasado, cuando han mandado decir que se drogaba, cuando muchos de los muertos de la guerra contra el narcotráfico padecen del mismo mal.
Esta vez el hartazgo, la molestia, el dolor han encontrado causa, se han materializado en un movimiento al que se suman mexicanos tanto en la Ciudad de México como en Chihuahua y Tamaulipas, que logra unir a empresarios como José Martí, a académicos e intelectuales e incluso al mismo Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
A quienes así les convenga podrán decir que se trata de la izquierda mexicana y tratarán de partidizar el asunto o de suavizarlo llevándolo al plano político, porque además ya se sumó también el PRD, pero al respecto Sicilia aclaró al hacer una pausa en la marcha en el kilómetro 67 de la Autopista Cuernavaca-México que hay personalidades de diversos de sectores debido a que la naturaleza del movimiento los unifica, “se trata del dolor, el dolor humano, el dolor por la perdida de los seres queridos que ya rebasó cualquier ideología, buscamos consuelo”.
De hecho, en el norte organizaciones como el Comité Médico Ciudadano, el Movimiento Pacto por la Cultura, el Centro de Derechos Humanos Paso del Norte, la Red Mesa de Mujeres del Norte, Redes Universitarias, la Organización Popular Independiente de Juárez, Comunidades Eclesiales de Base, Plan Estratégico de Juárez, Centro de Mujeres Tonanzi, Centro de Estudios Económicos, Pastoral Obrera, Centro de Derechos Humanos del Migrante y Frente Plural Ciudadano, entre otros, han hecho llegar información a los medios de comunicación nacionales adhiriéndose a la causa y aprovechado la situación para manifestarse y sumarse, no a Sicilia, sino al reclamo de un cambio en la estrategia que utiliza el Gobierno Federal para combatir al narcotráfico en nuestro y país y que registra decenas de miles de muertos, en una batalla en la que nadie se atreve a predecir el fin de la misma ni en el corto ni en el mediano plazo.
Es una guerra entre mexicanos donde el saldo positivo y los avances no se sienten y por el contrario ha destruido la vida y la convivencia social de ciudades y estados enteros, misma situación que priva en el aspecto económico nacional.
Los mensajes son insistentes, vamos bien, hay recuperación, hay mejoras, y vemos a las autoridades hablar de índices económicos, de inflación, de recuperación del empleo, etcétera; sin embargo, algo extraño sucede porque la nación no lo resiente en el bolsillo ni en la tranquilidad del hogar.
Posteriormente, en otro punto de la marcha Sicilia declaró e insistió: parece que el presidente no nos escucha. ¿Cuántos mexicanos pensarán lo mismo? ¿Cientos, miles, millones?
Estoy seguro que no se duda de la determinación del presidente Felipe Calderón para combatir a las bandas de narcotraficantes del país, de eso no cabe la menor duda, como para que salga a decir que tiene la razón, pero además la fuerza y el poder para mantener al ejército en la lucha.
Sale a los medios y nos dice que ya basta, pide un alto a la simulación y el apoyo de los sectores de la sociedad, de los mexicanos. ¿Qué nadie le ha informado que estamos de acuerdo con él? ¿Que pedimos lo mismo y que lo apoyamos?
Que en sus manos han estado al menos en los últimos años la vida de más de cien millones de paisanos y nuestro destino como nación, y que aunque no estamos de acuerdo en muchas situaciones, aquí seguimos confiando en que resuelva sus encargos como presidente de los mexicanos.
Pareciera que lo que declara es para tratar de auto convencerse de que hace lo correcto. Pero, ¿No le dicen otra cosa las narcomantas, las marchas, las ejecuciones, los enfrentamientos armados, los secuestros, las narcofosas y los descuartizados de todos los días?
Que alguien le diga al Presidente que estamos con él, pero tal parece no nos escucha.

argo_reyes@hotmail.com

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