Ser americanista

Arturo Reyes González
Burladero

¿Qué tienen en común el diputado federal peroteño y Presidente de la Comisión de Desarrollo Social, José Yunes Zorrilla, el jefe de presa y mero mero de la comunicación social del Congreso del estado, Mario Lozano Carbonell, el talentoso e irreverente columnista Salvador Muñoz, Sandra García, subdirectora de noticias de RTV, la procuradora de la defensa del menor, la familia y el indígena del DIF estatal Veracruz, Adelina Trujillo, el productor de televisión Centinela Guillermo Memo Wong, el actor Manuel el Loco Valdés, Javier López Chabelo, la conductora de Telever Araceli Baizabal, y el joven empresario dueño del bar lounge ROOS de Xalapa, Daniel Reyes?
Respuesta, que son americanistas. Americanistas clásicos, de hueso colorado, de toda la vida, aficionados que viven, gozan y sufren en cada partido y a cada minuto las acciones de su equipo, el de las águilas.
Con una gran semejanza con el dueño de las Chivas rayadas del Guadalajara, su histórico y acérrimo rival, son personas con un ego y un estima muy alta; se sienten objeto de la envidia del resto de los aficionados de las oncenas contrarias a los azul cremas, es decir, argumentan que todos quieren vencerlos y que si se llenan los estadios a donde acuden es gracias a ellos.
Viven con la firme creencia de que el fútbol mexicano gira en torno a ellos, para muestra un botón en la opinión generada por uno de nuestros personajes arriba señalados:
“Nos odian, nos quieren, nos desprecian, somos como el motor de vida para los demás fanáticos... ganarle al América es su motivo de vida... todo gira en torno al América, si te das cuenta, el verdadero americanista no va y se burla si perdió el Cruz Azul, las Chivas u otro equipo, pero si pierde el América, todo mundo va y se mofa”.
En lo último, nada más en lo último, puede tener algo de razón, ya que efectivamente son motivo de llamadas, mensajes, gritos, burlas y rechiflas de parte de los amigos cuando pierden, pero también cuando ganan.

Ganar perdiendo

Cuando el accionista mayor del ROOS lounge (no deje de visitarlo), Daniel Reyes, mi hermano, trabajaba en su puesto de hamburguesas en la colonia 2 de abril de Xalapa, cerca de la casa de mis padres y de la casa Veracruz, y coincidía que había un partido importante como lo es el clásico América-Chivas, o el clásico joven América Cruz Azul, y el azul crema perdía, ese día mi padre era feliz porque sabía que todos los cuates del barrio y de otros lados acudirían al puesto sólo para fregar a Daniel, pero ya de paso, para disfrutar el castre se echaban una hamburguesa o un hot dog mientras lo molestaban. Ese día se registraba una buena venta.

No sufren, aceptan

Y es que son objeto de burla por el estereotipo que priva en torno a ellos de tratarse del equipo de los millonetas por ser el sueño la empresa Televisa, sin embargo, han demostrado que eso de nada sirve, ya que aún con escandalosas y publicitadas contrataciones, el equipo no es el triunfador que refleje la millonaria inversión que año con año se hace en él.
Hablando de millonetas, basta ver cuál será el fin de la presente campaña en la liga nacional, en la que se encuentra abajo en el marcado por un 2-1, el cual luce como una muy pesada loza que le carga el equipo de Monarcas Morelia, quien le ganó a las Águilas en su terruño temporal, el estadio de la Corregidora de Querétaro.
De manera lamentable para nuestros amigos americanistas, una vez más se imponen los intereses extra deportivos de los dueños del mismo, por lo que el estadio Azteca ha sido rentado para los conciertos de la banda irlandesa U2, afectando la situación del equipo, quien ya quedó fuera de la copa Libertadores y ahora está con un pie fuera de la liguilla nacional.
Vaya pues un fuerte abrazo de consuelo para los amigos americanistas que me parece disfrutan como nadie del fútbol, y que así como sufren, también gozan de manera intensa cada acción más allá del resultado final, dándole sabor a cada torneo.
Como dice el teacher Joaquín López Dóriga, sin ustedes, sin ustedes no seríamos nada.