domingo, 26 de junio de 2011

A Milo Vela, mi cariño y gratitud por siempre

Claudia Guerrero Martínez
Entre lo utópico y lo verdadero

Ira, enojo e indignación, son los sentimientos que embargan a la que aquí escribe, por la muerte del amigo y colega Miguel Ángel López Velasco, su esposa Agustina e hijo Misael. “Milo Vela”, como lo conocía toda la comunidad periodística estatal y nacional. El hombre que quizá, era envidiado por algunos, pero en su mayoría, respetado por su labor periodística y el don de ser amigo y compañero.
Hace 13 años conocí a Milo Vela. Fue un encuentro casual en un evento institucional. Me sentía intimidada y nerviosa por conocer al hombre mejor informado del Puerto de Veracruz. Y lo sostengo, pues cada columna publicada en exclusiva en Notiver, sacudía la sociedad política veracruzana. Cada colaboración de “Va de Nuez” contenía las tablas investigativas de un periodismo puro.
Lo saludé y le dije que estaba estudiando la carrera de comunicación. Me felicitó y puntualizó que esta profesión era muy difícil, pero con empeño, me podría colocar. Después, junto a Raúl Olivares hice mi servicio social y aprendí el lado amable de la noticia. Lo chusco en los encabezados y la ligereza de los apodos. Parte de mí aprendió la escuela de Notiver. Este medio de comunicación señalado por críticos de traficar con el morbo y deformar el lenguaje. Pero también, es uno de los pocos medios, que han sobrevivido a la represión política de varios sexenios, gracias a la venta de periódicos y poniendo en jaque a Gobernadores y Gabinetes Estatales. Se dignifica ante sus críticos, al buscar la nota en información oculta y hasta debajo de las piedras. Así es Notiver. Milo Vela fue parte fundamental de esta doctrina.
El día de su muerte, observé en conferencia de prensa a una reportera y una columnista de Notiver platicar amenamente. Digamos felices, cuando nuestros sentimientos estaban enfermos por la pésima noticia. No había nada qué festejar. La indignante ejecución de Miguel Ángel López Velasco deja más preocupaciones y disminuyen las pocas expectativas en la administración de Javier Duarte de Ochoa. Pensé, al oír las risas de éstas flamantes periodistas, compañeras de Milo Vela en el mismo medio, que este gremio nunca será fuerte hasta que se termine el individualismo. Además, la intención de comerse unos con otros como caníbales y estar preocupados por su bienestar económico personal. Ya me lo había comentado en ese momento un reconocido columnista, que nuestra flaqueza como gremio es la dispersión y la nula unión entre colegas para exigir certeza y seguridad al ejercer esta hermosa profesión. Medité y me preocupé más, pues sus palabras tenían mucha razón.
La actitud de políticos es, en su mayoría, incongruente. Se desgarran las vestiduras por tonterías y chismes de lavadero. Cuando asesinan o ejecutan a un periodista, se limitan a externar que lo lamentan y esperan la pronta detención de los agresores. Después, fin del tema. Se cierra el ciclo y vamos a otro tenor. Como si su valor como ser humano no vale. Como si ser periodista es consecuencia de la agresión y el escarnio. Finalmente, terminó la añeja palabra de clasificar como “Caso aislado”, la violencia imperante en Veracruz. Ahora, el asesinato periodista se quiere tildar como: “Murió a manos del crimen organizado”…
Sabía usted, inteligente lector que se ha deformado ante la opinión pública las palabras “crimen organizado” o “delincuencia organizada”… Para delinquir, deben ser más de tres personas y así, se forma la figura jurídica de delincuencia organizada. Pueden ser albañiles, choferes y hasta políticos. No importa el estrato social. El crimen organizado puede ser secuestradores, ladrones, extorsionadores y hasta funcionarios. Por eso, al externar con ligereza que a Miguel Ángel López Velasco, su esposa e hijo, fueron ejecutados por el crimen organizado, provoca encasillar este indignante suceso, para que la opinión pública determine al final, que su muerte fue por culpa del narco…
Y qué tal si fue por otras causas. Platicando con una experta abogada, quien criticaba la forma en que muchos Ministerios Públicos y Peritos adquieren vicios jurídicos. Al llegar al lugar de los hechos, con sólo ver la escena y el cadáver, aseveran el móvil del crimen y la probable muerte del cadáver, sin esperar el dictamen del forense, al realizar la necrocirugía. Tienen tanta prisa, que indebidamente ventilan a los medios de comunicación su percepción, sin esperar el diagnóstico del experto, confundiendo a la ciudadanía, por publicaciones erróneas. Igual, cuando se han conocido casos de algunos psicópatas que tienen la intención de matar y montan todo un escenario en el lugar del crimen, para así, adjudicarle el hecho a venganzas del narcotráfico o delincuencia organizada.
Lo ocurrido a Miguel Ángel López Velasco no se justifica por su forma crítica de escribir. Ni tampoco, por ventilar escándalos en gobiernos estatales, que trascendieron en al ámbito nacional. Ni tampoco por exponer la corrupción de altos funcionarios, como diputados o políticos estatales, sin olvidar a procuradores, secretarios de seguridad pública y hasta gobernadores. Nadie se salvaba de la pluma de Milo Vela, quien agendó temas, decenas de veces. Cada columna tenía un toque de humor, pero también, de denuncia y acusación. El doble lenguaje lo manejaba de forma excelente, provocando risas, ante un hecho político vergonzoso. Muchas veces dio cátedra a muchos colegas.
Hoy, ante esta humilde colaboración, pido que la ejecución de Miguel Ángel López Velasco, su esposa Agustina y su joven hijo Misael, no sea otra estadística más. Tampoco archivar el expediente, como muchos otros lo están. La rápida localización de sus agresores y no buscar chivos expiatorios, sería dignificar a esta administración estatal tan cuestionada.
A Miguel Ángel López Velasco le debo mucha gratitud y certeza. Él fue uno de los pocos amigos que me cobijó cuando más necesitaba. Me ayudó muchísimo y sin ningún interés económico o personal. Decía: “Al amigo no hay que sangrarlo”. Ante esto, tuve la oportunidad de darle las gracias y decirle que su amistad era valiosa para la que aquí escribe. Sensible a mis palabras, Milo Vela se limitó en decir: “No me agradezca usted señora, estamos para apoyarnos”, sin querer más agradecimientos, pues en el fondo, ante tanto reconocimiento social, era un hombre sencillo y sin medias tintas…
Esta columna la escribo en memoria de Miguel Ángel López Velasco, como el amigo, confidente y benefactor. Muchas gracias por su apoyo y confianza. Mi gratitud a su ayuda desinteresada en apoyo de mi persona. Y por eso, le envío unas palabras, allá, en el mejor lugar, donde no hay envidia, venganza, traición y violencia…
Querido Milo: Si alguna vez pensaste en ser un periodista famoso, ahora lo eres más. Lo malo es el cómo. Tu nombre ha dado la vuelta al mundo. Tu muerte ha conmovido al gremio político y periodístico. Tu trabajo no fue en vano. Serás referencia para las próximas generaciones de jóvenes periodistas, pues pasaste a la historia, como uno de los mejores periodistas de Veracruz.
Días después de tu muerte, las autoridades estatales han mostrado el retrato de tu agresor y una gran recompensa. Lástima que ya no estás aquí, para realizar una investigación exhaustiva y comprobar o desechar los rumores que giran alrededor de tu muerte. Son muchos para enumerarlos, como el largo historial de Juan Carlos Carranza Segovia Alias El Ñaca, de quien se dice haber tenido nexos con la muerte del Jefe de APIVER Francisco Aramoni. Además, de estar involucrado en el atentado de un funcionario de Tránsito de Veracruz, así como robos y hasta tener nexos con el crimen organizado. Rumores extraños asegurando que Carranza Segovia está muerto desde hace dos meses y otros, desde hace seis. Algunos puntualizan haberlo visto recientemente y muchos confían en su pronta detención. Hay mucha esperanza en que se haga justicia de tu muerte y la de tu esposa Agustina e hijo Misael. La descomposición es tal, que impera el miedo y confusión entre la colectividad periodística… Como decías, “El Traca traca” cumplió su cometido…No estés triste, por perderte la cabeza de Sucesos o la entrevista de Reynaldo Escobar Pérez. Tampoco te desanimes por no estar cuando Javier Duarte de Ochoa visitó tu segunda casa Notiver. Mucho menos por las lágrimas de todos los que te queríamos y teníamos un buen recuerdo de ti.
Me resta decirte que mi cariño y gratitud, siempre estarán contigo Milo, donde quiera que estés.

Notita importante: Agradezco al Frente Social Independiente, me hayan galardonado entregando el reconocimiento a la labor periodística. Al Mtro. Efraín Sánchez Cruz, Presidente de FRESI y a Jorge Sierra Gallardo, Secretario General de la Confederación de Trabajadores y Campesinos (CTC) por sus excelentes atenciones y además, al Lic. Omar Guerra, Vicepresidente de FRESI por habernos invitado y considerado a este importante evento. A todos ellos, muchas gracias.

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