viernes, 15 de julio de 2011

Adelante para todos

Salvador Muñoz
Los Políticos

La analogía es muy simple, pero no por eso deja de ser buena:
Si en los cambios de Gabinete nomás se pasan de una oficina a otra oficina, ¿por qué no hacer lo mismo con los empleados de los organismos que sufrieron el decretazo de extinción?
Vaya, se entiende la molestia cuando se dice que más que cambios fueron “castigos” en algunos casos, las remociones que se dieron…
Por ejemplo, Guillermo Herrera, ¿qué motiva quitarle de una secretaría poderosa? Los rumores en torno a su desempeño, que no dejan de ser rumores, poco lo ayudan para sostenerse allí.
Obras inconclusas, entregadas a “consentidos” y con su respectivo beneficio (diezmo) no dejan de ser parte de la leyenda política-urbana que se teje en torno a su salida y es entonces que uno se pregunta: ¿Y por qué mantenerlo en nómina?
Otro ejemplo es el del buen Harry Grappa, a quien la primera versión que se corrió en torno a su salida de la secretaría privada del Gobernador, fue por el abucheo que recibió Duarte durante la presentación de la Young Orchestra of the Americas tras llegar 45 minutos tarde al espectáculo.
Sí, claro, totalmente absurda esa versión, poco creíble. En un momento dado, si se hubiera tenido que correr a alguien por ello, sería a la persona que permitió la entrada del señor Duarte y compañía a medio acto, cuando se es sabido por todos, que eso, en ningún teatro está permitido… sólo en Xalapa.
Pero supongamos que a Harry lo “corrieron” de la secretaría privada para mandarlo como subsecretario. Sería un absurdo. De ser así, todos pediríamos “castigo”.
En fin…
Pero esos absurdos son parte del sostén con que basan empleados de los diversos organismos descentralizados que desaparecieron hace poco, su protesta y demanda al Gobernador, en especial los del Inveder.
Dicho instituto, creado por decreto el 25 de marzo de 1999, tenía la finalidad de alcanzar el desarrollo rural mediante capacitación y entrega de apoyos a hombres, mujeres, organizaciones y agrupaciones.
El asunto es entender por qué desaparecen dichos organismos como éste. ¿Por ser una carga para el erario, un nido de corruptos, ambos?
Una vez entendiendo esto, comprender que la desaparición de dichos organismos va a originar una cosa simple: desempleo.
Despedir a la gente es una forma de resolver un problema… desde la perspectiva administrativa, que no política.
Del lado político, a los empleados de extintos organismos, según dicen, les han ofrecido adherirse al programa de “Corrido Voluntario” aunque ello limitaría la oportunidad de laborar en dependencias o entidades del Gobierno estatal aun cuando el decreto que los “desaparece” dice que se habrá de salvaguardar sus derechos laborales.
El asunto es el malestar de personal de Inveder y otros 15 organismos… malestar entendible, pues se pierde fuente de trabajo, sustento de familias. Quizás en este momento sólo sean considerados “daño colateral” en aras de resolver los millones de problemas que dejó la administración pasada plagada de irregularidades, corruptelas, amiguismos y compadrazgos y por ello, estos nuevos desempleados sean para un administrador político no más que “fondo perdido” en materia de recursos humanos. Lo importante para el administrador político es la “lanota” que se van a ahorrar… a costa de despedidos.
En realidad, es difícil saber en qué van a terminar todas estas personas que de la noche a la mañana se quedan sin chamba y que expresan un mensaje muy simple, tan simple como resolvió el Gobernador sus cambios en el Gabinete: esperamos que, como su programa Adelante, “sigamos adelante con un futuro de oportunidades y desarrollo como personas y profesionistas, que el Adelante sea para todos y no sólo para los altos funcionarios de su administración que aun cuando no han sabido trabajar en el corto tiempo que lleva su administración, sólo han cambiado de secretaría o dependencia”.
Buen fin de semana a todos y suerte a esa gente que laboró en los organismos hoy desaparecidos. Servidos.

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