lunes, 4 de julio de 2011

Bermúdez: Tener Seguridad

Salvador Muñoz
Los Políticos

Cuando abordo la moto, mi Harry se muere por hacer lo mismo. Pongo una franela en el tanque para evitar que raye más la pintura con sus garritas y lo subo. Arranco y disfruto verlo disfrutando del aire, en actitud soberbia, altanera, viendo a los demás perros que van caminando por la calle... proyecta mucha seguridad... creo que confía en mí.
II
Seguridad... ¿tiene usted seguridad?
La pregunta en sí es tan ambigua que cualquier respuesta que me diera, la tomaría en cuenta con el mismo interés que usted dio a mi pregunta.
Pudiéramos hablar de diferentes niveles, conceptos y acepciones de la Seguridad para ir enfocándonos a nuestra pregunta inicial...
Seguridad implica ausencia de riesgos, peligros, amenazas.
Cuando me preguntan a dónde iré estas vacaciones, la mayoría se sorprende de decirles que, si me opero de la vista, he de pasarla en casa, en cuatro paredes, en el lado favorito de mi sillón donde los únicos que me pueden quitar son mi esposa y Harry, mi perro, por lo que deja de ser mi lado favorito. La razón para quedarme en casa es que disfruto la seguridad que me brinda...
Seguridad también implica una cualidad, un estado de ánimo que se puede ver reflejado en actitud, a la hora de hablar, de estar ante algunas personas, en alguna entrevista solicitando empleo y hasta a la hora de vender un producto.
Otro modo de ver la Seguridad, es cuando se deposita en alguien, cuando se confía en alguien. Podemos dejar el trabajo porque tenemos la Seguridad de que “Pérez” habrá de sacar la chamba...
Aunque la Seguridad a la que nos referimos en esta ocasión es al cargo que a partir de esta semana ocupa Arturo Bermúdez Zurita... encargado de la secretaría de Seguridad Pública del Gobierno estatal.
III
Arturo Bermúdez es de los pocos funcionarios polifacéticos de a devis...
Me explico: En la política podemos ver a licenciados en Derecho (carrera más usual) siendo “lo que sea”... se vuelven todólogos, lo mismo “saben” de agricultura, de finanzas, de administración, que de salud...
En el caso de Bermúdez, es todo lo contrario. Lo mismo se le puede ver detrás de un escritorio que en el combate, pero no desde la barrera. Sabe lo que es disparar un arma y aún peor, sabe lo que un plomo ardiente te coma las carnes, las entrañas. Hombre de carácter, júrelo que habremos de ver a un encargado de SSP activo, movido y quizás de más acciones que de palabras.
Eso, en cuanto al ámbito de su encargo.
Preocupado por su preparación, se licenció en Ciencias Administrativas y siempre está en constante educación.
Curiosamente, la mayor parte de su actividad ha sido en áreas del servicio público. Hay cierto parentesco con el capitán Alejandro Montano Guzmán, aunque su carrera política y administrativa la ha hecho solo con su trabajo.
Llegó con Sergio Maya, se quedó con Fidel y se mantiene con Duarte... su estancia no ha de ser de a gratis.
IV
Ayer, la noticia mañanera que me dan es una persecución por el rumbo de Coatepec con todo y helicóptero.
A mi interlocutor le dije: Lo que sea, es seguro que Arturo Bermúdez no va a parar hasta detenerlos.
¿Por qué? me preguntó mi amigo...
“Arturo es un perro de caza”.
No me malinterprete el lector, no pretendo ofender con ello a Bermúdez, pero en serio, ésa es la imagen que me da Bermúdez Zurita a la hora que trabaja, se percibe obsesivo, perfeccionista y es evidente que no le gusta fallar.
El ser “encargado” de nuestra Seguridad implica una gran responsabilidad para Bermúdez Zurita y quien conoce a Arturo, sabe que es de entrega total con tal de cumplir la tarea encomendada.
V
Creo que Arturo Bermúdez Zurita ya no disfruta como antes los paseos en su moto. Hace tiempo estuvo a punto de perder, si no la vida, una pierna.
Pocos lo saben, pero Arturo no perdió el control de la moto... evitó dar muerte a alguien que se le atravesó en su camino. Eso le costó una fractura expuesta increíble en una de sus piernas. Los doctores que lo atendieron lo prepararon porque la lesión a simple vista, auguraba malas, muy malas noticias. Y sin embargo, “alguien” le dio una oportunidad... la vida intacta, la pierna con cicatrices, pero el alma fortificada.
Arturo expuso su vida por no atropellar a un perro que se le cruzó en la carretera. A lo mejor muchos hubieran decidido llevarse al perro entre las llantas. Quizás Bermúdez igual lo pensó pero su espíritu ganó y prefirió salvar a ese can.
Perdón, pero alguien que ofrenda su seguridad por la de otros, sin importar dos o cuatro patas, hable o ladre, merece que le dé mi voto de confianza porque su acción habla más de él que esta columna. Deseo en buena lid que le vaya bien a Arturo Bermúdez en esta encomienda... tengo la Seguridad que así será.

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