Fundación Colosio

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Brenda Caballero
Números Rojos

Estaba tranquilamente en casa, aún era menor de edad, algo así como 16 años, es más, no entendía de política (bueno creo que sigo sin entenderla), pero claramente recuerdo cuando estaba viendo la televisión. Era el 23 de marzo de 1994. De repente un corte a la programación vespertina cotidiana, interrumpían para dar la noticia de que el candidato a la presidencia por el Partido Revolucionario Institucional, Luis Donaldo Colosio había sufrido un atentado durante un mitin de campaña en Lomas Taurinas, Tijuana. Poco después se confirmaba que había muerto.
Claro que sentí algo, no sé si se me puso la piel chinita, o de repente no creía lo que escuchaba, saltó en mí la incredulidad, ¡jamás había visto en México el asesinato de un alto funcionario! Y mucho menos de un ¡político del PRI!
La transmisión era confusa, algunos trataban de auxiliar al candidato a la presidencia de la república, trasladándolo a su camioneta, mientras otros corrían a detener al presunto asesino, un obrero de 23 años llamado Mario Aburto.
En aquel entonces, todo era en torno a la muerte de Luis Donaldo: noticieros, periódicos, conversaciones, etcétera, el pueblo mexicano estaba consternado, pues el hombre que se habría propuesto transformar a México, estaba muerto.
Asimismo se apagaba la esperanza de un cambio en los millones de mexicanos, un cambio que con su frase principal “Veo un México con Hambre y Sed de Justicia” supo ganarse algo más que los corazones de los mexicanos.
Pero si algo no muere es la ideología, esa no es posible matarla, ni con un complot internacional, pues es trascendente a través de los años y 17 años, después los mexicanos seguimos recordando al gran hombre que fue Luis Donaldo Colosio.
Al menos esa es la intención de la Fundación Colosio Nacional, mantener una ideología de bienestar ante un pueblo que no cree en la política ni en los políticos; que se siente lleno de inseguridad así como falto de certeza jurídica y de transparencia, razón por la que ha implementado una propuesta denominada “Programa para México”, enfocado principalmente a que la sociedad mexicana emita sus propuestas para que el que gobierne, lleve al país con rumbo.
Necesariamente esta Asociación civil necesita de filiales para cumplir con su objetivo nacional y Veracruz, con su alto número de electores, no se podía quedar atrás.
Por eso, el pasado miércoles, ante el secretario general de la Fundación Colosio a nivel nacional, el poblano Guillermo Deloya Cobián, militantes del PRI, así como anteriores presidente de la fundación estatal como Juan Antonio Nemi Dib y Harry Jackson Sosa; el Presidente del tricolor veracruzano, Héctor Yunes Landa, le tomó posesión a Fernando Sánchez García en sustitución de Inocencio Yáñez Vicencio.
Yunes Landa mencionó que el perfil de Fernando Sánchez era idóneo para dirigir la Fundación Colosio Veracruz, y en eso tiene razón, pues Fernando es de las personas que ama la política, le apasiona al grado que puede pasar el horario de la comida y si está enrolado en esos temas ni cuenta se da.
Alguna vez tuve la experiencia de conversar con él y no puedo olvidar el fervor con el que contaba sus anécdotas sobre pasajes políticos del estado y del país a tal grado que te contagiaba y esperabas escuchar más y más.
Hombre que gusta de la lectura, reservado, discreto, de poco gusto a los reflectores, que gusta de decir algo mas no algo por decir, y sobre todo es un político de resultados, como los que Veracruz y nuestro país necesitan, así es Fernando Sánchez García.
Y créame que no acostumbro a echar flores cuando alguien no se las merece, pero en este caso me congratulo con su designación.
Así que espero no olvide su horario de comida porque la gastritis está canija.

caballero_brenda@hotmail.com