domingo, 24 de julio de 2011

La Bestia pide paz

Miguel Ángel Gómez Polanco
Vía Crítica

A unos días de cumplirse el primer año de la Ley SB-1070, también llamada “Ley del odio” aprobada en Arizona, la polémica por su ejecución se ha visto disminuida debido a la coyuntura que representa el tema en México actualmente.
Las quejas de los connacionales por el trato y consecuencias de esta disposición, así como los señalamientos del gobierno mexicano, han tenido que cesar debido a las complicaciones diplomáticas que han surgido entre ambos países como consecuencia de otros temas como narcotráfico, Jaime Zapata, Fast and Furious, Carlos Pascual, etc.
Ejemplo de esto es lo relacionado a la Iniciativa Mérida, un tratado que hasta el momento no ha conseguido tener el impacto deseado, comprobable en la situación que vive actualmente la tierra del presidente de México, Michoacán, con la terrible crisis que ahí se vive a causa de la presencia y enfrentamientos de grupos criminales.
En este renglón, es curioso –y ciertamente paradójico e indignante- que la firma de inteligencia gringa, Stratfor, “asegure” que será difícil que los esfuerzos que realice el Gobierno Federal mexicano para desarticular a sus mafias, logren tener los resultados que se esperan.
A esto se suma un tema que se ha convertido en la “piedra en el zapato” para el gobierno de México: la migración centroamericana y su obligado paso por tierras aztecas.
Y es que las cifras de secuestros, muertes y afectaciones generales a los derechos humanos de personas provenientes de Centroamérica han aumentado exponencialmente, sobre todo cuando se habla de estados como Veracruz, Tabasco y Tamaulipas, en los que el paso “obligado” de estas personas ha terminado por revelar a tales entidades como depósitos a granel de víctimas para la delincuencia.
Por ello la importancia de un movimiento como el que realizarán inmigrantes centroamericanos acompañados por diversas ONG, quienes marcharán por “la Ruta del Migrante” hasta llegar a la Ciudad de México, exigiendo seguridad en su largo camino rumbo al sueño americano.
La Bestia –como llaman los centroamericanos al tren que los transporta por nuestro país- pedirá paz, ante los esfuerzos poco eficientes y ampliamente cuestionables de dos países que a estas alturas parece convenirles la mitigación de inmigrantes, aún a costa de lo que ellos mismos dicen atacar: la delincuencia organizada.
La expectativa está en saber qué trascendencia lograrán, en algo así como el “Siciliazo Migrante” con el que esperan mejorar sus circunstancias, rumbo a lo que conserva el incómodo pero innegable apelativo de invasión a los Estados Unidos.

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